El Mercado de la Ribera, ubicado junto a la Ría de Bilbao, es una referencia comercial para toda Bizkaia. Desde sus comienzos, en el siglo XIV, ha convertido sus alrededores en un importante entramado económico-social que en la actualidad está viviendo una época de muchos cambios urbanísticos.
En 1929, el arquitecto Pedro Ispizua fue el encargado de construir este mercado. Muy moderno para su época, con un marcado componente funcional y monumentalista, el mercado asemeja internamente una fábrica, sin columnas interiores y espacios completamente abiertos para ventilación de olores. Se concede especial importancia a la luz, que siendo cenital atraviesa los suelos, realizados con material traslúcido, para así dotar a todo el conjunto de una iluminación natural. Externamente, el mercado cuenta con una decoración Art Decó ecléctica, que mezcla vidrieras, elementos decorativos, celosías y floretones.
En 1971 el Mercado de la Ribera deja de ser el centro de abastecimiento para mayoristas de la zona y pasa a ser un mercado de barrio más restringido y centrado en clientes del Casco Viejo y Bilbao La Vieja. Su volumen de actividad decrece y se teme por su continuidad. No obstante, y salvando esta circunstancia, en 1984, tras la profunda remodelación a que se ve forzado el Mercado tras la riada de 1983, se realiza un diseño de puestos que guardan cierta estructura, quedando limitados por muros e incorporando agua y electricidad.
Una ubicación privilegiada
Situado antiguamente en la Plaza Mayor de la Villa y rodeado como si de un triángulo se tratase por La Iglesia de San Antón y el primer Ayuntamiento, en uno de sus lados, las casas de la Ribera, en el otro lado y la Ría, cerrando el espacio, el Mercado se erige actualmente en pleno Casco Viejo, en la calle Ribera, manteniendo el mismo cerco monumental que antaño excepto el edificio del Ayuntamiento, actualmente en el Campo Volantín. Confluyen en el mercado la pasarela peatonal del Conde de Mirasol y el Puente de San Antón.
En el año 1990 el Mercado de la Ribera entra en el Libro Guiness como el Mercado Municipal de Abastos más completo y es considerado el mayor mercado en cuanto a número de comerciantes y puestos.
En el año 2000 el Ayuntamiento de Bilbao traspasa la gestión del mercado a los comerciantes, esta gestión se recuperaría en mayo de 2008 al no alcanzar los comerciantes un acuerdo sobre su remodelación. Dos años después se realiza un estudio inicial sobre su estado estructural el cual concluye que, a simple vista, no se detectan fallos estructurales pero que convendría hacer un estudio más en profundidad. Las propuesta municipal de realizar una reforma interior da pie a que se haga un estudio en profundidad del estado estructural del mismo que se encarga en el año 2008. En octubre la empresa Labein hace públicos los resultados de dicho estudio en los cuales se expone que hay un grave déficit estructural con daños graves que afectan al hormigón armado, habiendo áreas donde la carga por metro cuadrado no puede ser superior a los 100 kg.
En el año 1990 el Mercado de la Ribera entra en el Libro Guiness como el Mercado Municipal de Abastos más completo
El origen de los daños estructurales se sitúa en la utilización de arena de playa para la fabricación del hormigón. Esta arena, muy rica en cloruros, habría provocado la oxidación de los hierros que conforman la armadura del hormigón poniendo en entredicho la estabilidad de los elementos sustentadores estructurales. Esto obligó a reconstruir una gran parte del edificio, operación que se puso en marcha en el verano de 2009 con el compromiso de no cerrar ni un solo día durante el tiempo que duraran las obras.
El 9 de diciembre de 2010 se inauguró la primera fase de la obra, que se realizó bajo proyecto del arquitecto Emilio Puertas, que ocupa la parte este, la más cercana a la iglesia de San Antón, y central del mismo que suponen unos 7.000 metros cuadrados a los que se añaden otros 3.000 que se han ganado en el exterior, unos 1.300 en San Antón y el resto en la parte de la Merced. La reforma, aparte de corregir los graves problemas estructurales, ha implementado los recursos de venta más modernos y ha supuesto un cambio radical en la gestión de la luz natural con amplias superficies acristaladas. También se ha recuperado el antiguo camino de sirga.
Tradicionalmente el Mercado de la Ribera está compuesto por tres plantas y por 186 comercios, donde los compradores pueden encontrar alimentos para todos los gustos. En la planta baja se ubican los dedicados al sector de la pescadería (marisquería, congelados…), en la primera se encuentran los puestos de carnes (carnicerías, charcuterías, chacinería), y por último, en la segunda planta se ubican las frutas y verduras.