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Previsiones y desafíos de la horticultura para la campaña 2024/2025

Garantizar la sostenibilidad económica del productor a través de la PAC, principal reto del sector

Elio Sancho

05/11/2024

Coexphal estima que la superficie de cultivo de pimiento, pepino y calabacín crecerá este año, mientras se mantiene la de berenjena y la de tomate continúa en caída libre. Entre los principales desafíos pendientes de la actividad hortofrutícola, destacan la necesidad de aumentar la capacidad de negociación en Bruselas para recuperar competitividad, disponer de agua suficiente y legal, así como mejorar la inversión en promoción y comunicación.

El sector hortofrutícola se enfrenta a varios retos en la campaña 2024/2025, entre ellos, mejorar la rentabilidad
El sector hortofrutícola se enfrenta a varios retos en la campaña 2024/2025, entre ellos, mejorar la rentabilidad.

El sector productor y comercializador de frutas y hortalizas en España se enfrenta a una serie de retos de cara a la campaña 2024/2025, algunos de ellos, heredados de años anteriores. Además, las previsiones para este año, según desgrana el gerente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de la provincia de Almería (Coexphal), Luis Miguel Fernández, es que habrá un aumento de superficie de cultivo en algunos productos como el pepino que destaca con un incremento del 19%, seguido del pimiento, que aumenta en un 11%, y el calabacín, que crece un 6%.

Por el contrario, Coexphal prevé que el área destinada a tomate caerá este año un 3%, acumulando varias campañas de descensos y poniendo el foco, nuevamente, en este cultivo, que supone uno de los retos del sector para recuperar la pujanza del pasado, así como su valor en los mercados. Por otro lado, la berenjena mantendrá la superficie de cultivo del curso pasado.

En concreto, el pimiento sumará algo más de 4.000 hectáreas, seguido del tomate, que superará las 2.100; el pepino se sitúa en tercera posición en superficie, con algo más de 2.400 hectáreas; el calabacín superará las 1.500; y la berenjena contará con alrededor de 700, según las estimaciones de Coexphal para la campaña de otoño, que no incluyen aún los datos de los cultivos de primavera, correspondientes a melón y sandía.

Más concretamente, por categorías, el pepino Almería es el que más aumentará en extensión, con un 21%, seguido del pimiento california rojo, con un 13%. En tomate, el cherry es el único que crecerá, con un 1%, mientras el tomate suelto caerá un 10% en superficie, el tomate pera descenderá un 2% y el tomate rama disminuirá un 1%.

“Todas las campañas, más o menos, en superficie, vemos que se mantiene la distribución de los diferentes cultivos, si bien es cierto, vemos que, en tomate, cada campaña va disminuyendo y creemos que es debido a los costes que tiene. La mano de obra supone ahora mismo el principal coste de un cultivo, en una hectárea de tomate estamos hablando de en torno a 4 o 6 personas por hectárea, mientras una hectárea de pimiento necesita solo una persona de media, lo que hace que en tomate haya que afinar mucho para obtener rentabilidad y que cada año, disminuya un poco más la superficie de su cultivo y, desde hace unos años, el principal cultivo hortofrutícola sea el pimiento”, explica Luis Miguel Fernández.

Mejor uso de los grupos de presión

Entre los principales retos para esta campaña 2024/2025, el gerente de Coexphal destaca la importancia de hacer un buen uso de los lobbies o grupos de presión, aprovechando que se está negociando la nueva estrategia de la PAC. “Nosotros estamos presentes en la Asamblea de Regiones Hortofrutícolas Europeas (AREFLH), que es una asociación muy importante porque no solo vamos los productores, sino que vamos de la mano de la Administración local, que nos ayuda en esa interlocución y a ese planteamiento de requisitos y objetivos que tenemos los productores de frutas y hortalizas; también estamos en la Asociación Europea de Frutas y Hortalizas EUCOFEL, puramente defensora de los productores de frutas y hortalizas europeas y, aunque tenga menos interlocución con la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, es necesario estar ahí; y, por último, estamos en COPA COGECA, que representa a las organizaciones agrarias y a las cooperativas agroalimentarias de España, defendiendo los intereses de todas las cooperativas de Europa, en este caso, defendiendo a todos los cultivos europeos, no solo las frutas y las hortalizas”.

Analizando las dos últimas PAC que se han aprobado, Fernández reconoce que no han sido exitosas para el sector de las frutas y hortalizas. Por ello, en relación con los lobbies en los que está presente la actividad hortofrutícola, apunta que no solo es importante trabajar en sostenibilidad, “creemos que han sido injustos con los productores europeos, exigiendo una infinidad de reglamentaciones en los últimos diez años, sin poner los mismos requisitos para las producciones procedentes de países terceros, nos ha hecho perder mucha competitividad en materia de frutas y hortalizas y creemos que es el resultado de una estrategia poco acertada en la Política Agraria Común”.

Ahora es el momento de actuar porque se está trabajando en la nueva estrategia de la PAC, recordó Fernández, a través de grupos de expertos, en los que ya ha participado el propio presidente de Coexphal, Juan Antonio González. Como resultado de este trabajo, se pretende que dentro de esta campaña 2024/2025, se ponga en marcha una estrategia dirigida a proteger el producto europeo, el agricultor europeo. “Es muy importante, para dejar de perder competitividad, y en materia de cláusulas espejo, algo muy complicado de conseguir, lo que tenemos que hacer es establecer una política agraria que vaya a facilitar la actividad y garantizar la sostenibilidad económica del producto europeo”. A partir de ahí, “habrá que legislar” los reglamentos oportunos, tras la anterior estrategia del Pacto Verde.

El gerente de Coexphal recuerda la necesidad de contar con recursos hídricos suficientes, en cantidad y calidad, como otro de los desafíos del sector. “Tenemos que disponer de agua suficiente, legal y segura. Legal porque necesitamos acreditar que toda el agua que utilizamos proviene de fuentes legales para poder seguir obteniendo los fondos operativos que tanto ayudan al sector a la hora de realizar sus inversiones, y suficiente porque en este inicio de campaña ya hemos tenido problemas en algunas zonas por falta de agua y esperemos que los decretos de sequía publicados por la Junta de Andalucía vayan ejecutándose lo antes posible para garantizar este recurso”, apunta.

Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal
Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal.

0,0001 euros por kilo para promoción

Comunicación y promoción es otra de las asignaturas pendientes. “El sector destina muy poco dinero a la comunicación”, reconoce Luis Miguel Fernández, que detalló que, en el caso de Coexphal, destina “0,0001 euros por kilo para hacer promoción, lo que supone un presupuesto sectorial de unos 250.000 euros al año, que, al introducirlo en los programas europeos, se multiplica por cuatro”.

En este sentido, ahondó que “debemos hacer comunicación para poner en valor nuestros productos, explicar mejor nuestros métodos de producción, totalmente sostenibles, y recordar las características de nuestros productos, incidir continuamente en que vendemos salud”, por lo que insiste en que se va a invertir más en este tipo de acciones.

Por otro lado, el sector hortofrutícola va a seguir apostando e invirtiendo en mejorar la tecnología, los sistemas para mejorar el control de clima y seguir impulsando el uso del control biológico. Todo ello se consigue a través de un “continuo esfuerzo en innovación y en transferencia del conocimiento hacia el sector”, recalca Luis Miguel Fernández.

En esa misma línea, debe continuar trabajando en la certificación de la calidad y la seguridad alimentaria para ganar en diferenciación frente a la competencia, “ya no solo de Marruecos, también de Turquía, que ha crecido en diez años un 800% en la exportación de tomate con destino a la Unión Europea”. También es importante diferenciarse utilizando herramientas de protección e identificación de productos de calidad, “mediante mecanismos que nos facilita la UE, como ya estamos utilizando, para compensar la pérdida de rendimiento en el campo que tiene, por ejemplo, la agricultura ecológica, o utilizar sellos de protección como es el caso de la Indicación Geográfica Protegida de Tomate La Cañada, que estamos reactivando”.

Seguir concentrando la oferta

Mientras por el lado de la distribución de alimentos, el número de operadores cada vez se está reduciendo más, los comercializadores de frutas y hortalizas aún siguen muy dispersos y con una oferta muy atomizada. “Necesitamos ganar volumen y dimensión, se ha recorrido ya mucho camino, pero hay que seguir trabajando en ello, hacer que las cooperativas de primer grado sean más grandes, que se incorporen más agricultores y trabajen más en conjunto, lo que ayudará a planificar mejor el cultivo y garantizar el suministro a las cadenas de supermercados, además de que sigan creciendo las cooperativas de segundo grado, tanto en su territorio como en otras zonas, para que sigan diversificándose”.

Por otro lado, es necesario seguir trabajando en el desarrollo de las interprofesionales. “Hay que elaborar normas que ayuden a proteger al sector, quizá la promoción sea una de ellas, a través de una extensión de norma que nos ayude a contar con el presupuesto necesario para emprender las acciones de comunicación que necesita el sector”, resalta Fernández.

También es fundamental apoyar y poner en valor el trabajo que realizan los técnicos agrícolas cada día en las explotaciones hortofrutícolas “porque se trata de un asesoramiento esencial y que, desgraciadamente, está muy poco reconocido, por lo que hay que seguir promoviendo su presencia en el campo”.

La trazabilidad es otra de las herramientas que deben seguir mejorando y actualizando, a través de la incorporación de códigos que contengan toda la información necesaria que pueden ayudar a la distribución y al consumidor a la hora de tomar una decisión de compra, así como “para tener un etiquetado seguro y luchar contra el etiquetado fraudulento”.

En materia de seguridad, el sector va a continuar también trabajando en la prevención de riesgos laborales, con protocolos de calidad en las prácticas agrícolas, para garantizar la seguridad de los trabajadores. En esta misma línea, es necesario seguir ahondando en el autocontrol de los residuos químicos, poniendo en valor “estos más de 15 años que llevamos sin recibir una alerta sanitaria”, destaca el gerente de Coexphal.

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