Aumenta la facturación del sector de la legumbre aunque baja algo el consumo
Harinas y preparados avivan el irregular consumo de legumbres en España
Cada español consume 3,3 kg de legumbres al año, un dato irregular en los últimos ejercicios que el sector trata de avivar a golpe de innovación en los productos, con alimentos como las harinas de garbanzo y los platos ya preparados. Así lo ha explicado el secretario general de la Asociación de Legumbristas de España, José Manuel Álvarez, organización que aglutina más de una veintena de empresas, entre las que se encuentran Luengo, Legumbres la Asturiana, La Pedriza y La cochura.
Los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) muestran que, en el acumulado del último año móvil (de julio de 2023 a junio de 2024) se ha producido un incremento en la compra de legumbres en los hogares españoles de un 4,9%, respecto al mismo periodo del año anterior.
En cuanto a la ingesta, en total, durante este periodo cada español ha consumido 3,34 kg de estos productos hasta junio, lo que supone un aumento del 2,3%. Es una tendencia diferente a la que mostraba este mismo informe a finales de 2023, cuando hubo una caída en la ingesta del 2,3% respecto al año anterior, con un total de 3,26 kilogramos per cápita y un gasto medio de 7,10 euros.
“Hemos tenido diez años de un aumento paulatino en el consumo de legumbres, aunque, en los últimos años, llevamos un periodo de estancamiento e, incluso, de un ligero retroceso”, ha indicado el secretario general de la asociación. Y todo esto sin "un motivo concreto que explique esta situación”.
A juicio de Álvarez, entre los consumidores sigue latente la idea de que estos productos exigen una “elaboración muy difícil”, con la necesidad de dejarlos en remojo y, con ello, una planificación más detallada para su consumo.
No obstante, el portavoz ha recordado que existen otros tipos de formatos para cocinar estos alimentos como la legumbre ya cocida, aquellas que vienen en un envase con más tipos de verduras o las propias harinas de legumbres, como la de garbanzos, este último un formato para el que prevé un crecimiento en los próximos años.
Con ello, la intención del sector no es que los consumidores elijan este tipo de productos en detrimento de las legumbres secas, si no que "aumente el consumo global" y que se conozca los diferentes tipos de opciones que pueden encontrar en los lineales de los supermercados.
El factor precio
Por otro lado, mientras que, en general, el consumo ha bajado, el precio medio de las legumbres no ha dejado de crecer, con un alza del 7,3% a cierre del 2023 con respecto al año anterior, es decir, un total de 2,18 €/kg.
El motivo reside en los problemas globales que han sufrido en las cosechas las zonas productoras a nivel mundial, con un descenso de la producción que se une a una campaña “desastrosa“en el ámbito nacional durante el año pasado.”Esta situación impulsa los precios al alza”, ha resumido el secretario general, a la vez que ha recalcado los beneficios de incluir estos productos en la dieta dado su aporte nutricional, como la proteína que “comparado con la carne es mucho más barata”.
No se trata de sustituir una proteína por otra, ha puntualizado, si no de “ser conscientes de lo que se come y del peso que tiene la proteína animal y sus repercusiones a nivel de sostenibilidad frente al cultivo de las legumbres que son mucho más saludables".
El garbanzo, la legumbre favorita
Según los datos de la propia asociación, la legumbre más consumida por los españoles durante el 2023 han sido los garbanzos, con una ingesta per cápita de 1,40 kg, además de ser en la que más se han gastado, con una meda de 2,85 €/per cápita.
Le siguen las lentejas, con 0,92 kg/per cápita, las alubias con 0,90 kg/per cápita. A la cola se sitúan las lentejas secas y, por último, las lentejas cocidas.
Por región, Cantabria se alza como la comunidad en la que se hace un mayor consumo de legumbres, con una media de 4,72 kg/per cápita, seguida de otras zonas del norte como Navarra, Cataluña y el País Vasco, frente a Galicia, Canarias y Andalucía, que lideran la lista como las zonas en las que menos ingesta se produce.