"A día de hoy no se prevén problemas para el suministro de semilla en los países de la UE"
Entrevista a Berta Redondo, secretaria general de Europatat
La española Berta Redondo es la secretaria general de Europatat, la entidad sin ánimo de lucro con sede en Bruselas que agrupa tanto a asociaciones nacionales como a empresas dedicadas al comercio de semilla y patata de consumo e industria en toda Europa.
¿Qué sensaciones se trae de Fruit Logistica 2024?
Un año más, la feria berlinesa ha roto récords y ha llenado todos y cada uno de los pabellones volviendo a cifras de participación pre-covid. Desde mi punto de vista, ha sido sin duda una de las ediciones más ajetreadas. Para nuestro sector, Fruit Logistica supone un punto de encuentro con clientes, no tanto para cerrar ventas, sino para fortalecer relaciones y fomentar nuevas colaboraciones. La presencia creciente de la patata no solo se debe a empresas de países como Holanda, Bélgica, Alemania o Francia, sino que también hay cada vez más presencia del sur, de países como España o Portugal.
La campaña el año pasado fue muy complicada para los países de Europa central, debido a las abundantes lluvias del otoño e invierno, y de las heladas de principio de año que han hecho que alrededor del 5% de la cosecha en países como Bélgica o Alemania se haya quedado en los campos sin recoger. Por este motivo, este año estos países dependerán más de las importaciones hasta poder suministrar sus mercados con producto nacional, por lo que todas las miradas están puestas en la patata nueva de España, Portugal e Italia y en que el clima facilite una buena producción en el sur de Europa.
¿Qué opinión tiene sobre las movilizaciones de los agricultores europeos de las últimas semanas?
Las campañas de los últimos años, debido sobre todo al cambio climático y al aumento de los costes de producción, han sido muy complicadas para los agricultores en la Unión Europea. Si a eso se suma una legislación europea cada vez más restrictiva en la que nos siguen faltando alternativas para la producción de alimentos -como por ejemplo, fitosanitarios, nuevas técnicas de edición genética, etc.-, el hartazgo de los agricultores es fácil de entender.
Desde Europatat compartimos los objetivos de la agenda 2030 en lo que tiene que ver con producción sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Pero como hemos repetido en numerosas ocasiones en los últimos años, no se puede restringir el uso de ciertos productos o técnicas de producción, si no existen alternativas viables en el mercado.
Un ejemplo muy claro es el de la plaga del 'alfilerillo' o gusano del alambre, a la cual se enfrentan cada vez más productores de patata en Europa (y no solo en los países del sur), y para la cual, a día de hoy, no existen medios eficaces para combatirla. No se puede pretender restringir aún mas el uso de ciertas sustancias sin que existan alternativas que funcionen, ya que, de ser así, la agricultura europea se enfrentará a graves problemas en los próximos años.
Por otra parte, es contraproducente atacar a los productos de países vecinos, ya que todos están producidos bajo la misma norma europea, una de las más restrictivas del mundo. Las imágenes de camiones parados y saqueados en las fronteras internas de la UE van en contra y dañan los principios del mercado único del que tanto disfruta y necesita la agricultura europea en general, y nuestro sector en particular.
¿Cómo se están adaptando los productores europeos a la situación actual de mercado? ¿Cree que en España es necesaria una mayor unidad y cohesión de los actores que participan en el mercado nacional?
En la campaña 2024, ¿cómo de escasa es la oferta de semilla en Europa y qué consecuencias puede tener esta situación en el mercado?
Es la pregunta del millón en esta campaña. Lo cierto es que, aunque la reducción de hectáreas de patata de siembra en Europa y su producción se ha visto reducida hasta un 10% en ciertos países, a día de hoy no se prevén problemas para el suministro de semilla en los países de la Unión Europea.
Otra cosa son los precios que se están viendo, mucho más elevados que en campañas anteriores, lo que puede provocar que los agricultores se lo piensen dos veces antes de apostar por el cultivo de patata.
Hablando de semilla, ¿qué puede suponer la posibilidad de aplicar las NGTs para el cultivo de patata en Europa? ¿En qué aspectos considera que estas técnicas pueden suponer una auténtica revolución para el cultivo?
Desde Europatat, seguimos muy cerca el desarrollo de la propuesta de la Comisión Europea para el Reglamento sobre Nuevas Técnicas Genómicas (NGT). Si bien estas técnicas no resolverán de golpe todos los retos relacionados con el cambio climático y las expectativas sociales a los que se enfrenta nuestra agricultura, sin duda pueden contribuir a acelerar su transición hacia un modelo más sostenible.
Estas nuevas técnicas -que no deben de confundirse con organismos genéticamente modificados u OMG-, podrían utilizarse en el desarrollo de plantas con mayor rendimiento, mayor resistencia a las enfermedades, mejor calidad alimentaria y mayor resistencia al cambio climático. Para ello, es importante concienciar a toda la cadena de valor, y al público en general, sobre la seguridad y la naturaleza distinta de las NGT en comparación con los OMG. Combatir la desinformación y aclarar el panorama normativo será crucial a medida que avanzamos hacia un futuro con NGT.
Por este motivo, acogemos como positivo el apoyo del Parlamento Europeo a la propuesta de la Comisión, que establece dos categorías distintas para las plantas NGT con marcos reguladores adaptados. Aún queda mucho por negociar, pero tenemos que claro que se debe abrazar toda aquella innovación que permita una producción de alimentos más eficiente.
Bruselas vuelve este año a albergar el Congreso de Europatat bajo el lema ‘European Potato Trade in 2030: a sector in transition’… ¿Qué cambios principales se esperan en el comercio de patata durante los próximos años?
Es la pregunta que intentaremos responder durante el congreso. Como hemos comentado, actualmente el sector se enfrenta a muchos retos, desde la reducción en producción de patata de siembra y su aumento de precio, pasando por los elevados costes de producción y la amenaza del cambio climático, sin olvidar también los cambios en los hábitos de consumo y las tendencias hacia productos más fáciles y rápidos de cocinar.
Todo ello, enfrentado a la maquinaria legislativa europea que, aunque se frenará durante unos meses debido a las elecciones europeas y a la consecuente formación del nuevo Parlamento y Comisión, seguirá dictando el futuro de la agricultura y el comercio de patata en los próximos años.
La transición hacia un sector aún más sostenible será sin duda la clave de futuro, y para ello deberemos hacer un buen uso de nuevas tecnologías (desde NGT hasta inteligencia artificial y robótica, nuevos materiales y formatos de embalaje) y de datos basados en la ciencia. Asociaciones sectoriales como Europatat serán fundamentales para guiar esa transformación de manera que nadie se quede atrás, asegurando también tiempos adecuados de transición hacia los objetivos de la agenda 2030.