Hortet del Baix, cuando se lleva el ‘Just in time’ de la industria al campo

“La inmediatez en el campo es muy difícil”, asegura Jaume Torres, uno de los socios fundadores junto a Marc Mas del Hortet del Baix, ganador del premio Delta a la mejor iniciativa comercial 2010. “Esta es una discusión que a veces tengo con los clientes, sobre todo los del sector de la restauración, ya que insisten en que no pueden hacer los pedidos el día antes. De no hacerlo así, a mí me rompen el stock y lo que yo no quiero es almacenar género”, argumenta. Y es que una de las gracias de este negocio aunque supone una ardua tarea según su fundador, es el hecho de recoger frutas y hortalizas del día, cada mañana, para hacerlas llegar, en menos de 24 horas, al domicilio particular.

Hace tres años, el proyecto Hortet del Baix empezó a dar sus primeros pasos, a través de una página web que vendía fruta y hortaliza fresca vía online. Tal y como rememora Jaume Torres, con el tiempo han cambiado muchas cosas. Por un lado, a principios del año pasado, Hortet del Baix dejaba de ser básicamente una página web con poca infraestructura empresarial para dar lugar a una razón social, Group Fructusweb, SL. Por otro lado, los pedidos ya no los reparten ellos mismos, sino que subcontratan un transportista que los hace llegar a toda Cataluña, aunque su principal área de influencia sigue siendo Barcelona. Por último, además de la venta online, la empresa ha inaugurado su agrotienda, con la que ofrece venta directa de frutas y hortalizas en su sede: una nave de 300 metros cuadrados situada en el municipio de Sant Climent del Llobregat (Baix Llobregat, Barcelona).

A pesar de las dificultades, desde el Hortet del Baix siguen fieles a su manera de trabajar inicial: “Aunque aquí tenemos cámara para refrigerar el género, nuestra filosofía no es la de almacenar frutas y hortalizas. Queremos llevar el ‘Just in time’ de la industria al campo. Porque el producto fresco, y esta es una frase de mi padre, ha de ser fresco”, puntualiza Jaume Torres. Una filosofía que, a su juicio, redunda en las virtudes organolépticas de alimentos “con sabor”. “No es nada fácil ofrecer productos con sabor, hoy en día. El hecho de recoger la fruta en el punto óptimo de maduración, como decimos nosotros, tiene un problema. Hay gente que no la quiere madura, sino verde, y te la devuelven. Dicen que la fruta madura se les estropea antes, y esto no es así. La fruta se estropea si ha madurado en la propia cámara y después, ya en casa, se almacena a temperaturas altas, a 35º por poner un ejemplo. Como cualquier alimento fresco, la fruta se ha de mantener en unas temperaturas óptimas”. Al respecto, aconseja lugares frescos, donde corra el aire. “No en la cocina, con los fogones que desprenden calor, pero tampoco en la nevera. Hay gente que compra la fruta verde, después la guardan en la nevera, y se la come fría, que no sabe a nada. Buena parte de los consumidores de 25 a 50 años desconocen cómo tratar y conservar la fruta”. En este sentido, Torres reivindica la cultura sobre estos alimentos que había, hace años, en mercados y establecimientos, cuando se aconsejaba sobre frutas y hortalizas de temporada, algo que, debido a las grandes producciones “se ha perdido”. “Aquí, funcionamos al revés. Producimos menos cantidad, y si se acaba, se acaba. Recogemos las frutas y hortalizas que necesitamos aquel día y si nos sobran, las destinamos al sector restauración o a mercados más grandes ”.

Actualmente, la clientela del Hortet del Baix, se divide entre restauración, un 60% de la facturación, 20% venta online, 10% venta directa en la propia tienda y el resto, se destina a escuelas y establecimientos diversos. Desde hace año y medio, trabajan “de domingo a domingo”, según Jaume Torres, para recoger, comercializar y repartir frutas y hortalizas por todo el país (un 2% de las ventas), a través de agencias de transporte urgente y el resto por toda Cataluña, siendo Barcelona ciudad la principal destinataria al concentrar un 70% de las ventas. “La página web nos ha servido para que se nos conozca”, reconoce. Además de socios fundadores, Jaume Torres y Marc Mas llevan las riendas del Hortet del Baix, para el que trabajan varios miembros de la familia del primero. Sin embargo, ambos proceden de dos familias de Sant Climent del Llobregat vinculados al oficio de payés desde hace más de cinco generaciones. “Mis padres tenían una parada en el mercado de la Barceloneta (Barcelona). Hace cuatro o cinco años, cuando finalizó la remodelación del mismo, dejaron la venta directa. Se quejaban del poco margen que tenían y así surgió el Hortet del Baix. No fue algo premeditado, ya que una serie de circunstancias nos llevaron a ello”. Quizás, este conocimiento del sector primario ha influido en su manera de trabajar. “Le preguntamos al payés qué precio necesita para seguir subsistiendo, siempre que los estándares de calidad sean los que se merecen. El género extra se ha de valorar como tal, al igual que lo que sea de calidad inferior”. Entre sus principales objetivos, a corto plazo, Torres resalta la contratación de un perito agrónomo que visite las plantaciones y seleccione los mejores productos. En la actualidad, entre 10 y 15 payeses trabajan para el Hortet del Baix que cuenta con una plantilla fija de ocho personas.

“La venta online tiene dos inconvenientes: los costes de transporte y el anonimato, la gran desventaja a la hora de vender. En los textos que publicamos en nuestra web, añadimos explicaciones sobre los productos, como se hacía antes, para así poder aconsejar a nuestros clientes y que confíen en nosotros. Que se den cuenta de que somos especialistas en frutas y hortalizas y conocemos aquellos productos que vendemos. Esto les da confianza. Esto solo lo sabe la gente que se ha pasado la vida recogiendo fruta y hortaliza para después venderla en el mercado”. Asimismo, la venta por internet de productos frescos es complicada, por otros motivos. Aunque las fotos que se cuelgan en la web son naturales, el comprador no ve el producto físico, a menos que acuda a la tienda situada en la propia nave. Allí lo puede ver e incluso probar y comprar. “En internet no puedes fallar. Tienes que pensar en cómo quiere recibir el producto el cliente, qué expectativas puede tener y que le llegue así, como él espera. De lo contrario se decepciona y no repite”, reconoce Jaume Torres, quien acentúa que “ en la red no hay fidelidad”. Así pues, se han de asegurar de que el transporte de las cajas sea el correcto, que los productos se coloquen bien, que no haya ninguna pieza algo deteriorada..., porque el producto fresco “es volátil, cambiante y evoluciona a medida que pasa el tiempo”. Vistos estos hándicaps sólo cabe llegar a una conclusión: el éxito del Hortet del Baix es una cuestión de “boca-oreja”. “Los clientes más fieles que tenemos, nos los han recomendado otros”.

El coste logístico que conlleva este negocio graba buena parte de su actividad, y más aún, con la reciente subida del precio de los carburantes. Así, desde el Hortet del Baix han de recalcular los precios de los portes del transporte porque el precio de los combustibles ha afectado al margen que obtienen y que fijan entre un 25 y un 40%, según el producto. “Por ejemplo, en una compra a partir de 35 euros no cobramos el transporte, pero el encarecimiento del combustible afecta a la maquinaria agrícola y también al camión de transporte. La única opción es establecer rutas por zona con el mayor número de repartos posible para así rentabilizar estos costes”. Para ello, próximamente redoblarán sus esfuerzos para promocionar su nueva web elaborados.cat, en la que ofrecerán productos envasados y transformados para establecimientos ‘delicatessen’. A pesar de esta diversificación, que les permitirá dirigirse a nuevos mercados, no quieren perder su especialización: la venta de fruta y hortaliza del día. Un modelo de negocio que empieza a ganar adeptos en un sector primario que aspira a revitalizarse. “El futuro de la agricultura está en la IV y la V gama, uno de nuestros propósitos, a pesar de que la inversión en maquinaria es muy importante. Pero IV y V gama de calidad, buena, a pequeña escala. La gente ya no quiere productos del campo como antes, llenos de tierra que se han de trocear y preparar. Se pide comodidad sin tener que comer peor por ello”.