Patata de Burgos inicia la recolección en el sur de la provincia
La semana pasada comenzó la recolección de la patata de la marca colectiva Patata de Burgos en las plantaciones de la Ribera del Duero. Los rendimientos están siendo buenos, en torno a los 50.000 kg. por hectárea, y a la espera de las pruebas de calidad culinaria, las inspecciones en campo auguran unos buenos resultados de calidad. Durante las próximas semanas continuará la cosecha en el resto de las 50 Ha. que este año se encuentran controladas por la marca colectiva.
Los operadores Patatas Colina y Almacenes Arreba de Burgos, Cooperativa El Carmen de Montorio y Patatas Sualdea de Aranda de Duero, compran, almacenan y seleccionan el género de los agricultores de la marca buscando lograr precios justos para ambos sectores y sacar partido al carácter diferencial de la patata burgalesa basado en un sabor intenso y una buena conservación.
Promoción
Para mejorar su presencia en el mercado nacional se siguen desarrollando acciones de promoción. Así del 16 al 18 de octubre Patata de Burgos estará en Madrid, en la Feria Fruit Attraction, el stand 5E01C del pabellón 5, bajo el auspicio de la Junta de Castilla y León. Allí los cuatro envasadores autorizados, intensificarán los contactos con distribuidores a nivel nacional para posicionar este producto de cara a esta nueva campaña. El objetivo es comenzar la distribución directa en supermercados de otras provincias al igual que se ha hecho en Burgos en estos años, y también poder llegar a tiendas especializadas a través de los mercados centrales.
Nueva normativa de uso sostenible de fitosanitarios
Ante la inminente entrada en vigor de la reglamentación sobre Gestión Integrada de Plagas, los técnicos de la marca están poniendo en marcha todos los mecanismos que permitan a sus socios cumplir con los nuevos requisitos que buscan un ‘control integrado’ basado en parámetros agronómicos, sanitarios y medioambientales.
Supondrá un cambio importante en sectores como el de las hortalizas, patata, remolacha y viñedo, haciendo que cada explotación deba disponer de un “asesor” y exigiendo la puesta en marcha de redes de avisos y otros sistemas de información.
También supondrán un mayor control en la trazabilidad o camino que siguen los productos de la ‘huerta a la mesa’.