De Derek Redmon a Jordi Gamito
¿Os acordáis de Derek Redmon? ¿Aquel atleta británico que era aspirante al oro 400 en Barcelona, que se lesionó y que con lágrimas en los ojos de la frustración decidió correr hasta la meta? ¿De aquel espectador que saltó a la pista para ayudarle y resultó ser su padre? ¿De aquel ejemplo de coraje ante la desgracia? Pues la historia de Jordi Gamito en la Western States 100 2019 hace honores a la de Redmon.
El español partía como uno de los favoritos de la mítica carrera. En las primeras 8 horas, Gamito cumplió con los pronósticos y pasó de duodécimo a décimo. Pero en los cañones, justo el punto que podía destacar, llegó el verdadero problema: “El estomagó se me cerró, intenté comer algo a las 9 horas, pero no me entraba nada. Además, me había torcido el tobillo justo antes de la bajada”, cuenta Jordi Gamito.
Totalmente fuera de combate, no tuvo más remedio que andar desde Michigan Bluff hasta Forrest Hill para alcanzar el avituallamiento. Allí ocurrió la imagen de la jornada: “Cuando llegué allí la gente no me dejó parar. Me animaron a que me sentara a comer para reactivarme y así lo hice”.
A pesar de que había perdido ya las opciones que quería, la idea de su cabeza se convirtió en la misma que la de Redmon, y la palabra terminar sonaba con fuerza. Así que se puso otra vez el mono de trabajo y decidió avanzar. Pero a diferencia de la carrera de 400 metros de Barcelona 92, la Western States 100 son horas y horas de recorrido, y en el km 130 Gamito pensó con la cabeza: “El tobillo me dijo basta y tampoco quería hacerme más daño”.
UNA NUEVA LECCIÓN
Un mes aproximado de entrenamiento en América para estar al máximo nivel en la gran carrera para finalmente llevarse un chasco de agua fría. Si se analiza desde fuera puede parecer esto, pero conociendo la historia al detalle, Jordi Gamito ganó un oro virtual.
Al igual que Redmon, el corredor fue todo un ejemplo de coraje ante una situación crítica y, a pesar de la decepción del momento, la Western States fue "una experiencia única. He salido totalmente de mi zona de confort y he disfrutado al máximo”.
La carrera podía salir bien o mal, y finalmente “ha salido mal y volveré a las montañas, que es donde más cómodo nos sentimos”. No obstante, las conclusiones -ya en frío- son “positivas” y se queda con el “haberlo intentado. Simplemente no fue el día. Hemos tenido mala suerte. No me esperaba esto. Habrá un antes y en después. Quizá me ha hecho poner más serio de lo que estaba hasta el momento. Ahora me tengo que poner las pilas sí o sí porque la temporada pasa volando”.
¿Y AHORA QUÉ?
Si lesionado en plena carrera decidió continuar, se puede suponer que Jordi Gamito está loco para volver a ponerse las zapatillas. “Tengo ganas de volver porque soy un cabezón y si algo me ha salido mal intentaremos que salga bien. Daré todo lo que tenga y si termino lo que he finalizado a medias estaré contento”.