Descarbonización en estudios de arquitectura: Un Imperativo Ineludible

En los últimos años, la sostenibilidad y la preocupación por el medio ambiente se han convertido en temas centrales en numerosos sectores, y la arquitectura no es una excepción, especialmente porque el sector de la construcción representa el 40% de las emisiones de carbono globales. En este contexto, las estrategias para reducir las emisiones y la huella de carbono de los edificios adquieren especial relevancia. Iniciar un verdadero proceso de descarbonización implica cambios profundos que afectan el núcleo de la empresa, muy lejos de campañas de marketing que sólo buscan mejorar la imagen sin un impacto ambiental significativo.

María Antonia Sabater.

La experiencia de Ortiz Leon Arquitectos demuestra que la descarbonización es un proceso complejo, pero ineludible. No hay vuelta atrás ni posibilidad de no acometerlo. La ciencia nos alerta con datos y proyecciones claras sobre el cambio climático y la necesidad urgente de actuar. Por ejemplo, según el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) se necesita una reducción de las emisiones globales de CO₂ en un 45% desde los niveles de 2010 para 2030, alcanzando cero emisiones netas en 2050, para limitar el calentamiento global a 1,5°C. La falta de acción puede resultar en eventos climáticos extremos, aumento del nivel del mar y pérdida de biodiversidad, con graves consecuencias para la vida humana y la economía.

En el camino hacia la descarbonización es crucial distinguir entre acciones genuinas y el ‘eco-blanqueo’ o greenwashing. La verdadera descarbonización implica cambios sustanciales que pueden llegar a afectar al núcleo de la empresa y pueden requerir una gestión del cambio interno.

Hasta la fecha, no existen sanciones específicas dirigidas a las Pymes por sus emisiones de carbono diarias. Sin embargo, el entorno regulador en constante evolución sugiere que las medidas de cumplimiento podrían intensificarse, haciendo que la proactividad en la adopción de medidas de sostenibilidad por parte de los estudios de arquitectura sea más que prudente.

Un plan estratégico de sostenibilidad bien estructurado es esencial. Este plan debe basarse en un análisis de doble materialidad, identificando tanto riesgos como oportunidades relacionadas con la sostenibilidad. De este análisis surgirán las áreas prioritarias en las que se debe trabajar, para asegurar el éxito en la descarbonización. El cálculo de la huella de carbono en los estudios de arquitectura impacta tanto en los proyectos del estudio como en la parte corporativa. Esta dualidad es esencial para comprender el nivel de compromiso necesario para una descarbonización efectiva.

Elaboración de un Plan de Descarbonización para Proyectos del Estudio

La reflexión Miesiana, “menos es más” nunca ha sido más cierta que ahora. La arquitectura contemporánea que afronta el reto descarbonizador está llamada a ser un ejemplo de arquitectura, que huye de lo superfluo y se enfoca en lo esencial sin dejar de lado la belleza y la funcionalidad que siempre fueron los pilares de toda buena arquitectura.

La reflexión de Ortiz León Arquitectos contempla la doble visión en la que la descarbonización afecta a los estudios de arquitectura. Esto es, tanto su parte corporativa como su parte productiva u operativa.

En lo que se refiere a la parte productiva de los estudios de arquitectura, cada proyecto debe ser evaluado en términos de su huella de carbono, tanto embebida como operativa. Las estrategias que comentamos a continuación nos ayudan en la reducción del impacto de nuestros proyectos:

La selección de materiales sostenibles, la incorporación de tecnologías eficientes y la gestión adecuada de residuos son pasos críticos. Además, es fundamental implementar prácticas de diseño sostenible, persiguiendo certificaciones como LEED, BREEAM, WELL, Passivhaus o EnerPHit, para garantizar que los edificios no sólo cumplan con las normativas actuales, sino que también sean ejemplos de sostenibilidad y /o accesibilidad (sostenibilidad social) en el caso de AIS.

El despacho Ortiz Leon Arquitectos.

La prefabricación, que consiste en la producción de componentes de construcción en un entorno controlado antes de su instalación (con lo que ello supone de cara a minimización de recursos, así como de emisiones de carbono del transporte), puede ser un gran aliado en la descarbonización.

Diseñar pensando en el desensamblaje es otro mecanismo importante. Esto implica crear edificios que puedan ser fácilmente desmantelados y cuyos materiales puedan ser reutilizados o reciclados, minimizando así los residuos al final de su vida útil. Este enfoque requiere una planificación meticulosa desde la fase de diseño, seleccionando materiales y técnicas constructivas que faciliten dicho desensamblaje.

Estar al día respecto al estado del arte en lo que se refiere a los productos disponibles en el sector de la construcción (priorizando los de km cero) es igualmente importante.

Además, siempre que sea posible, es crucial replantearse, con el resto de los agentes, la gestión del proceso de redacción del proyecto. El modelo anglosajón, que aboga por una colaboración desde el inicio de proyecto por parte de todos los agentes, se presenta como una opción más que deseable a la hora de acometer cualquier encargo. Un buen trabajo en esta fase garantiza en un alto porcentaje la no aparición de desviaciones en fase de obra.

Hoy en día, los procesos en arquitectura son iterativos. La secuencialidad en cascada se reserva (y sólo de manera testimonial) en la fase de obra. Durante el proyecto, la única constante es el cambio. Trabajamos en un ciclo continuo de aportes de valor, donde la revisión constante con la propiedad reduce el riesgo de desviación respecto al producto deseado y maximiza el valor aportado para personalizar cada solución. Los procesos ágiles y con plena trazabilidad son una innovación en la manera de entender la arquitectura. No debemos temer al cambio, debemos ser el cambio. Así entendido, la ingeniería de valor no debería traducirse en un proceso de frustración, sacrificio o pérdida, sino en una ventana de oportunidad para proponer mejoras al proyecto.

Rem Koolhaas afirmó: “Todo edificio tiene dos vidas: una la que su creador imagina y otra la que finalmente tiene. Y no necesariamente son la misma”. Esta reflexión es igualmente crucial hoy en día. Si bien la idea y el proyecto originales del arquitecto están respaldadas de base por un análisis cada vez más certero y riguroso, basado en principios de optimización, no es menos cierto que puntualmente pueden sucederse cambios durante el proceso de obra. Lo importante de este momento es entender que la buena arquitectura es aquella que permanece pese a las contingencias. Los arquitectos de hoy deben entender que su asesoramiento en la consecución de una integración equilibrada entre el clima del emplazamiento, los requerimientos de este, las circunstancias de la construcción, las contingencias, los plazos y los costos es imprescindible.

Cálculo de Huella de Carbono de estudios de arquitectura

En lo que se refiere a la parte corporativa, la huella de carbono empresarial es una métrica fundamental para cualquier estudio de arquitectura que busque ser sostenible.

Estándares como el GHG protocol, actualmente con reporte obligatorio de los alcances 1 y 2 y voluntario a nivel de alcance 3, o la norma ISO 14064 son las bases para declarar el reporte de huella corporativa ante el MITERD (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).

En este contexto, las acciones que se deben implementar se articulan en torno a un enfoque tridimensional que, de manera ideal y cíclica, abarca el cálculo, la reducción y la compensación de las emisiones.

El primer paso a adoptar, como ya hemos adelantado, es un cálculo de la huella de carbono que comporta nuestro estudio de arquitectura. Aunque no sea obligatorio, contemplar de manera estimativa el alcance 3 es más que aconsejable de cara a sensibilizar acerca de vías alternativas para mitigar dichas emisiones. El Alcance 3 del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) contempla las emisiones indirectas que son consecuencia de las actividades de la empresa, pero ocurren en fuentes que no son propiedad ni están controladas por la empresa. Estas emisiones se originan fuera del límite de propiedad o control de la empresa y comportan tanto las emisiones producidas por proveedores, como las emisiones derivadas de la producción, las derivadas del transporte y/o las derivadas de viajes de negocios.

El marco europeo Levels puede ser útil al considerar, como un ejercicio de atención plena, las medidas necesarias para emprender el segundo paso: el plan de reducción de emisiones.

Implementar medidas como la eficiencia energética en las sedes físicas, el uso de energías renovables y la gestión adecuada de residuos no sólo reduce la huella de carbono, sino que también genera ahorros significativos a largo plazo. Un estudio detallado y continuo del impacto ambiental de nuestras operaciones diarias nos permite identificar áreas de mejora y establecer objetivos alcanzables para la reducción de emisiones.

Por último, o en algún caso como medida inicial que contrarreste las emisiones de huella hasta conseguir reducirlas, se puede optar por la compensación.

Sin embargo, es crucial recordar que el objetivo primordial que debe buscarse es siempre la reducción de emisiones. La compensación puede ser una solución inmediata, pero si no se complementa con un compromiso de reducción a corto y medio plazo, y que se mantenga en el tiempo, se corre el riesgo de tener una comprensión superficial del problema.

La descarbonización es un imperativo ineludible para los estudios de arquitectura. Sumarse al cambio que queremos ver en el mundo es vital no sólo para cumplir con las normativas vigentes, sino también para liderar en la transformación hacia un futuro sostenible. La urgencia de este cambio no puede ser subestimada. Como arquitectos, tenemos la responsabilidad de actuar ahora y ser los líderes que guíen a otros sectores hacia la sostenibilidad.

Debemos entender que cada encargo es una oportunidad para mejorar el futuro. Esta tarea nos involucra a todos: estudios de arquitectura, propietarios, constructores. La descarbonización no es sólo una meta es una responsabilidad que debemos asumir colectivamente, para garantizar un planeta habitable para las futuras generaciones.