Más de 8.000 personas despiden a Ricardo Bofill en su Taller de Arquitectura
Las puertas del Ricardo Bofill Taller de Arquitectura abrieron sus puertas al público, en una jornada emotiva, para despedir al aclamado arquitecto, fallecido el pasado 14 de enero a los 82 años de edad. Pionero de la arquitectura postmodernista catalana, Bofill reinventó el diseño urbano y logró un éxito sin precedentes a escala mundial. Edificios como el Hotel Vela o el Walden, ambos en Barcelona, son parte del importante legado del diseñador internacional.
El Taller de Arquitectura Ricardo Bofill se llenó de fotografías para homenajear a uno de los mayores exponentes de la arquitectura internacional.
Nacido el 5 de diciembre de 1939 en Barcelona, Ricardo Bofill destacó, desde su juventud, por sus inquietudes políticas e ideas revolucionaras, apostando por cambiar el perfil de muchas ciudades, para adaptarlas a un postmodernismo urbano que ha sido clave en su prolífica carrera profesional.
Pese a que fue expulsado de la Escola Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, prosiguió sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Ginebra (Suiza). Las tendencias vanguardistas surgidas tras la década de los 50, llevaron a Bofill a experimentar sobre nuevos materiales industrializados y a recuperar edificios históricos, pero adaptándolos a los nuevos tiempos.
Sin lugar a dudas, ha destacado por su enfoque radical del diseño, creando una arquitectura a escala urbana, destinada a abordar cuestiones políticas y sociales más amplias, asociadas al movimiento posmodernista. Si bien en los primeros años Bofill intentó recuperar elementos artesanales tradicionales, pronto se sintió atraído por las nuevas tendencias urbanísticas, que le han llevado también a ser aclamado fuera de nuestras fronteras.
Atrevido y comprometido, Ricardo Bofill reunió en su taller a arquitectos, poetas, ingenieros, sociólogos y filósofos, para convertir su espacio de trabajo en un laboratorio de ideas multidisciplinar, con la finalidad de redescubrir una nueva realidad, abanderando lo que se ha conocido como la utopía constructivista. Una mente prodigiosa que deja varios proyectos en curso y alrededor de un millar de obras en 40 países.
Importante legado arquitectónico
La obra de Ricardo Bofill, que siempre ha investigado y desarrollado nuevas propuestas urbanísticas, parecen desafiar las leyes de la física. Desde geometrías modulares de sus primeros proyectos hasta el simbolismo monumental de sus urbanizaciones surrealistas, pasando por el elegante uso del acero y el cristal en su producción madura, el arquitecto barcelonés ha dejado huellas en ciudades de todo el mundo.
Entre sus propuestas destacan el emblemático edificio de apartamentos Walden 7, en San Just Desvern (Barcelona), situado a pocos metros de su Taller de Arquitectura, donde consigue plasmar la idea de ciudad en el espacio, a base de células de habitación. Una propuesta que desarrolló unos años antes en el Barrio Gaudí de Reus, apostando por una gran dinamicidad a la hora de enlazar las viviendas, creando un sistema que sirve de alternativa al bloque racionalista, que debía resolver los problemas urbanísticos de muchas ciudades. En ambos casos se vislumbra su gran pasiós por las siluetas de castillos que tiene su mayor apogeo en el complejo Xanadú en Calpe (Alicante).
El emblemático hotel W Barcelona es uno de los últimos trabajos de Ricardo Bofill. Una impresionante torre de casi 99 metros de altura que ha revolucionado el skyline de la ciudad.
Su fama no conoce fronteras y en la década de los 70 empezó a recibir encargos de Francia, ampliando así su conocimiento aportando nuevas propuestas arquitectónicas. De ahí surgió su marcado eclecticismo, como en La Petite Cathedrale o en el dramático bloque perimetral Le Palais d'Abraxas (1978-83), considerados como verdaderos monumentos habitados.
Para Bofill no había límite y además de proyectos residenciales, aportó en construcciones públicas como el Teatre Nacional de Catalunya en Barcelona, el Santuario de Meritxell en Andorra, el Palacio de Congresos de Madrid o la T1 del Aeropuerto de Barcelona. Así como complejos hoteleros. Una de sus últimas apuestas es el W Barcelona, una impresionante torre de 98,8 metros de altura y 473 habitaciones que se inauguró en 2009 y que ha conseguido cambiar el skyline de la costa barcelonesa.
Durante su dilatada carrera, Bofill recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos la Cruz de San Jordi que otorga la Generalitat de Catalunya. También fue elegido miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Metz, Francia y Officier de l’Ordre des Arts et des Lettres, del Ministerio de Cultura de Francia.
Homenaje en su taller
El pasado 26 de enero, pocos días después de conocerse su fallecimiento, familia, amigos y compañeros del arquitecto abrieron las puertas de su Taller de Arquitectura para que ciudadanos, admiradores y allegados pudieran rendir su particular homenaje a la figura de Bofill en su ‘templo’.
Más de 8.000 personas se acercaron hasta su ‘laboratorio’ para conocer su espacio de trabajo y profundizar en su obra, gracias a la infinidad de fotografías repartidas estratégicamente por distintas estancias, tanto en el interior como en la zona exterior del edificio, que resumían la intensa vida del diseñador. Una muestra que se completaba con maquetas de sus proyectos, así como proyecciones de entrevistas realizadas a lo largo de estos años.
Oriol Bohigas in memoriam
En las últimas semanas, también hay que lamentar el traspaso de Oriol Bohigas, fallecido el 30 de noviembre de 2021, a los 96 años de edad. Nacido en Barcelona en 1925, fue un prolífico arquitecto, urbanista, profesor y político español. Bohigas estuvo muy vinculada a la vida cultural de la ciudad, que le llevó a ser miembro fundador del grupo editorial Edicions 62; pero también por impulsar la transformación de Barcelona, desde su posición en el Ayuntamiento.
Entre sus obras destaca la más reciente, el edificio Disseny Hub (2013) que se ha convertido en un emblema cultural de Barcelona, pero también es obra suya la estación del metro del Liceu, la Torre Blanca de la Plaza Europa de l’Hospitalet de Llobregat, la escuela Thau o la Villa Olímpica y el Puerto Olímpico de Barcelona para los JJOO de 1992, entre otras. Bohigas será recordado por ser una figura clave en la recuperación del Modernismo y la reivindicación de las vanguardias, que le llevó a construir el Auditorio y la Sala Gaudí de la mítica La Pedrera.
Sus obras también cruzaron fronteras como el edificio de viviendas Kochstrasse de Berlín (Alemania). Durante su carrera fue galardonado en diversas ocasiones con el Premio FAD, pero también ha recibido el Premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura y Urbanismo y el Nacional de Arquitectura.