El futuro de la construcción se asentará en las destrezas digitales

Como pasa en muchos otros países, el sector español de la construcción se enfrenta a una falta de destrezas. La tasa de puestos de trabajo vacantes en Europa en la construcción ha aumentado desde 2009 y la falta de destrezas disponibles está teniendo un impacto muy real en promotores y empresas de construcción.

Un déficit de mano de obra puede afectar de manera significativa la entrega de proyectos, aumentando el tiempo que se necesita para completarlos y eso también se ve en los márgenes. Es más, la construcción en la mayoría de los países no ha cambiado fundamentalmente en más de un siglo y el sector acarrea un retraso de varias décadas en todo lo que tiene que ver con la transformación digital. Esto hace que sea cada vez más difícil ofrecer una mejora en las destrezas y atraer a una nueva generación de trabajadores.

En estos momentos se presenta una oportunidad para que muchos trabajadores pueden aprovechar para mejorar sus destrezas digitales.

Por otra parte, en caso de que el sector se tenga que enfrentar a un reto importante, la situación puede convertirse en insostenible de forma rápida. Esto ha ocurrido, por ejemplo, con la COVID-19. Es algo que nadie podía haber previsto y ha obligado al sector a agilizar la curva de aprendizaje digital. Aunque el sector va a experimentar complicaciones, en estos momentos se presenta una oportunidad para muchos trabajadores que no pueden estar en la obra o en las oficinas y que ahora pueden aprovechar para mejorar sus destrezas digitales. Actuar ahora para acelerar el proceso de transformación digital ayudará al sector a reducir la brecha. Además, así podrá prepararse para las tendencias que se esperan en los próximos años: desde la construcción sostenible hasta el desarrollo de ciudades inteligentes.

Como suele pasar casi siempre que faltan destrezas, esto se debe a una combinación de factores. En el sector de la construcción hay tres elementos que debemos tener en cuenta:

• Retención del personal: De media, los trabajadores se quedan con una empresa durante tres años, por lo que las empresas de construcción tienen que contratar gente continuamente para reemplazar a los que se van. Sin embargo, contratar nuevos trabajadores en la construcción es un reto, dado que a menudo es visto como un sector menos avanzado tecnológicamente que otros.
• El envejecimiento de la mano de obra: En Europa, el número de personas con una edad entre 25-49 años que trabajen en la construcción ha caído en casi un 4 % entre 2008 y 2015, mientras que el número de trabajadores con edades comprendidas entre 50-64 años ha aumentado en un 6 %. Con una amplia proporción de los trabajadores a pie de una obra normal con una edad superior a los 50 años, podemos esperar que muchos se jubilen en un futuro cercano.
• Destrezas cambiantes: Hay una serie de destrezas que ahora resultan fundamentales, a medida que nos acercamos a un futuro de edificios sostenibles y ciudades inteligentes. Aquellos con destrezas digitales y técnicas son los más demandados, puesto que las ciudades inteligentes empiezan a necesitar la creación de una ‘huella’ digital además de la capacidad para gestionar mejor los datos.

Transformarse en un sector impulsado por lo digital puede hacer que la construcción se convierta en una opción profesional más atractiva para los jóvenes, que están preparados para suplir las carencias de destrezas. Ahora que la construcción está cambiando su enfoque para centrarse en ciudades inteligentes y métodos sostenibles, la siguiente generación de trabajadores con destrezas digitales resultará crucial para desarrollar edificios integrados y más eficientes. Las destrezas de gestión de datos también resultarán esenciales.

La siguiente generación de trabajadores con destrezas digitales resultará crucial para desarrollar edificios integrados y más eficientes.

Demostrar que el sector es innovador, colaborativo y con miras al futuro va a hacer que resulte mucho más atractivo para posibles nuevos trabajadores, lo que ayudará a reducir la falta de destrezas antes de que la situación se vuelva más complicada el día de mañana. Los ‘nativos’ digitales quieren trabajar en sectores dinámicos, que piensan en el futuro y que resultan emocionantes. Adoptar las herramientas y tecnologías digitales es una manera de demostrar que este sector avanza en la dirección adecuada.

Si bien la construcción en todo el mundo va a la zaga de otros sectores, como el de las finanzas o el retail, cuando se trata de transformación digital hay una región que rompe esta tendencia: la zona Asia-Pacífico (APAC). Debido a las inversiones a gran escala tanto en 5G como en digitalización en general, la infraestructura en esta región fomenta que la construcción tenga un enfoque más digital y hay países, como Japón y Singapur, donde está altamente digitalizada. Por ejemplo, Singapur cuenta con un Mapa de Transformación del Sector (ITM) que se centra en el uso de las tecnologías digitales para “integrar los procesos de trabajo y conectar a las partes interesadas que trabajan en el mismo proyecto”. Todos los trabajadores de la construcción tienen dispositivos móviles, la comunicación a través de una plataforma digital es algo que hacen de forma natural, del mismo modo que llevan a cabo inspecciones de daños y problemas con herramientas digitales o comparten datos sobre un problema de seguridad con otros compañeros. Es el ejemplo perfecto de cómo el sector en Europa debería digitalizarse para hacer algo antes de que empeore la situación actual de falta de destrezas.

Franck Le Tendre, CEO, Finalcad.

El sector de la construcción en Europa y en el resto del mundo tiene que seguir el ejemplo que marca la región APAC y dar el paso hacia un modelo digital impulsado por datos. No hacerlo supondrá el riesgo de que cada vez se encuentren con más frecuencia con esa falta de destrezas y, al final, pueden perder proyectos que serán encargados a las empresas con sede en la región APAC que ya han completado su transformación digital. La digitalización es la respuesta si se quiere atraer y conservar a los trabajadores, hacer frente al envejecimiento de la mano de obra y garantizar que se cuenta con las destrezas necesarias para el futuro de la construcción.