Armstrong publica tres guías técnicas sobre acústica
28 de noviembre de 2007
La inteligibilidad de los mensajes, la privacidad al hablar y la concentración, son necesidades acústicas comunes para todos los ocupantes de cualquier espacio (despachos, oficinas abiertas, cafeterías…). Para garantizarlas, es necesario disponer de una absorción acústica apropiada, de un buen aislamiento sonoro y de un tiempo de reverberación adecuado. De esta manera, se evita que los diferentes sonidos que se generan alrededor (teléfono, ordenadores, tráfico…) repercutan en la actividad diaria y en las relaciones interpersonales.
Por activa y por pasiva, los techos suspendidos Armstrong garantizan un confort acústico inigualable
La eficacia acústica de los techos Armstrong, los convierten en una pieza clave para gestionar la relación señal-ruido (lo que queremos entender y lo que no queremos oír) en diversos espacios funcionales, es decir, en aquellos lugares ocupados y con diversas fuentes de ruido. Las placas de techo suspendido, según su porosidad, espesor y densidad, influyen en la absorción y el aislamiento acústico de una estancia. El techo, junto con el suelo o los muebles son importantes elementos de acústica pasiva. No obstante, tras numerosos ensayos en diferentes espacios se ha comprobado que a veces son insuficientes. Ante esta limitación es recomendable emplear tratamientos de acústica activa. Los techos Armstrong integran sistemas de sonido que gestionan de forma activa la relación señal-ruido mediante la difusión de una fuente de audio amplificada a través de una red de altavoces en un espacio delimitado (iceilings). De esta manera, el tratamiento acústico pasivo se completa.