Sostenibilidad en la arquitectura
Pero... ¿cómo llegamos a este punto?
En otras palabras, tenemos un modelo productivo que ha traspasado los límites físicos y que considera al planeta como una fuente ilimitada de recursos cuando en realidad no lo es. Es precisamente la antítesis de la definición de Sostenibilidad que consiste en satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las de nuestras próximas generaciones.
La situación en el campo de la arquitectura y la construcción
Veamos ahora unos datos suministrados por el World Watch Institute.
- El 40% de la energía consumida en el mundo corresponde a los edificios y a la construcción de los mismos.
- El 40% de los materiales usados en el mundo son destinados a la construcción de edificios.
- El 55% de la madera aserrada, sin finalidad de combustible, es usada para la construcción.
- El 30% de obras de nueva construcción o rehabilitación presentan el síndrome del 'edificio enfermo', definido por la Organización Mundial de la Salud como un conjunto de enfermedades originadas por la contaminación del aire en los espacios cerrados.
La construcción es indudablemente un sector productivo de gran importancia en nuestra sociedad y los números anteriormente expuestos no hacen más que reforzar esta aseveración. Mueve una cantidad ingente de recursos materiales y humanos, modela el paisaje terrestre a gran escala, genera una repercusión económica de altísimo valor pero es también la causante de impactos negativos en nuestro medioambiente que contribuyen a su deterioro.
En la Unión Europea actualmente hay construidos unos 160 millones de edificios, que son responsables aproximadamente del 40% del consumo de energía. La gran parte de ese consumo se usa para calefactar espacios: En viviendas en torno a un 70%, en edificios de oficinas el porcentaje es menor. En Catalunya, según datos del Institut Català d’Energia (ICAEN), del total de edificios que han recibido el certificado de eficiencia energética, el 85% de ellos tienen una calificación de una E, F o G en lo que respecta al consumo de energía primaria. Son de las más bajas en la escala, lo cual indica el mal estado de nuestro parque construido.
Dispositivos de aire acondicionado en fachada. Foto: Raül de Castro Argudo.
¿Qué puede aportar la arquitectura en favor de la Sostenibilidad?
Nos encontramos en un momento crítico, pero es una oportunidad histórica para la arquitectura y el sector de la construcción para dar una respuesta positiva a gran escala en favor de la Sostenibilidad a través de un cambio de paradigma y de la mejora del entorno construido.
Esta mejora puede ser alcanzada de diferentes modos, pero el más apropiado, en mi opinión, debe ser dado desde la propia arquitectura actuando principalmente con estrategias de diseño pasivo. Cuando hablamos de diseño bioclimático, 'pasivo' y 'activo' son términos utilizados como límites para desarrollar estrategias con integración del clima (pasivas) o de sistemas mecánicos (activas). La arquitectura debe actuar teniendo en cuenta dos objetivos principales que luego desarrollaré en detalle:
Primero, incrementar radicalmente la eficiencia energética en los edificios de nueva construcción y a rehabilitar. Hay que potenciar la tendencia actual en la arquitectura sostenible de diseñar y construir edificios con consumo energético nulo o casi nulo, son los llamados near Zero Energy Buildings, (nZEB).
Segundo, adoptar un modelo constructivo de ciclo de vida cerrado 'de la cuna a la cuna' (Cradle to Cradle) que permita la reutilización de los residuos constructivos y así paulatinamente abandonar el actual modelo tradicional de construcción 'de la cuna a la tumba' (Cradle to Grave) con gran generación y deposición de residuos.
Objetivo Uno: Incrementar la eficiencia energética de los edificios - Estrategias
Puede ser alcanzado desarrollando tres estrategias principales:
Reducir la demanda energética de los edificios:
Por medio del diseño pasivo y a través de variables arquitectónicas, optimizando el volumen construido por medio del adecuado factor de forma del edificio, controlando la relación de llenos-vacíos de las fachadas y realizando el control solar adecuado, mejorando la envolvente constructiva con cerramientos y carpintería de baja transmitancia térmica, eliminando puentes térmicos y aumentando su estanqueidad. Y por último, a través de una aproximación bioclimática, aprovechando las condiciones naturales del lugar, orientando el edificio adecuadamente, maximizando el uso de la iluminación y ventilación natural, sacando partido a su vez de la inercia térmica de los materiales utilizados.
Incrementar la eficiencia de los sistemas activos del edificio:
Una vez bajada la demanda energética por medio de estrategias pasivas, el aspecto de los sistemas activos de un edificio es un tema crucial de diseño. El objetivo es reducir la demanda y el consumo de energía, disminuir costos operativos y maximizar el confort de los ocupantes utilizando sistemas eficientes de iluminación, climatización, ventilación y ACS, e incorporando energías renovables tales como la solar térmica, solar fotovoltaica, geotermia y biomasa.
Mejorar la gestión:
La fase de uso de un edificio debe ser valorada con detalle, puesto que todos los esfuerzos y medios que se han tenido en cuenta en el proyecto para lograr la eficiencia energética pueden verse truncados y los objetivos no alcanzados. Debe estudiarse en detalle el perfil de ocupación, uso y gestión, el funcionamiento pasivo y activo del edificio, implementando un riguroso control y seguimiento de consumos energéticos y condiciones de confort de los ocupantes y además implementando un adecuado plan de mantenimiento y gestión integral. Los ahorros potenciales por una correcta gestión energética pueden ser de un orden del 15-20%.
Objetivo Dos: adoptar un modelo constructivo de ciclo de vida cerrado - Estrategias
El sector de la construcción- profesionales, técnicos, fabricantes de productos, instaladores, etc. - ha comenzado a dar pasos positivos en este aspecto, pero sin embargo éstos no han sido hasta ahora lo suficientemente decisivos y trascendentes para establecer una mejora sustancial de la Sostenibilidad en el ámbito de la arquitectura.
El uso de materiales de construcción reciclados y reciclables, naturales renovables, no tóxicos, con baja energía incorporada en su fabricación, de origen y producción local debe convertirse en un estándar y no en una excepción a la regla dentro del mercado. La inclusión de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) y declaraciones ambientales de productos (DAPs) en los procesos de fabricación debe ser una constante, puesto que es un hecho positivo que ayuda a conocer el comportamiento medioambiental de los productos y aportar transparencia al sector de la construcción.
El papel de la Administración Pública y el mercado
Las administraciones públicas a nivel europeo, estatal y autonómico juegan un papel vital no sólo desde el aspecto normativo - la última actualización del Código Técnico (CTE) en lo que respecta al ahorro energético llega con demora – sino también desde ayudas e inversión en investigación y desarrollo para cambiar el modelo actual, que ha demostrado ser fallido. En nuestro país, los objetivos de cumplimiento de la Normativa Europea 2020 que establece una reducción del 20% de consumo energético y las emisiones de CO₂ de los edificios públicos y privados para antes del año 2020 sufren retrasos que podrían haberse evitado. Hay que recuperar el tiempo perdido sin demora porque no llegaremos a tiempo para cumplirlos.
Sin duda la administración debe dar un mayor impulso a este nuevo movimiento y 'economía verde' que hacen de la Sostenibilidad su eje principal. El mercado de la construcción sostenible en nuestro país está avanzando muy lentamente en relación a otros países comunitarios, principalmente centro-europeos y escandinavos. Las herramientas y sellos internacionales de certificación ambiental como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), BREEAM o nacionales como Verde, junto con los standards de construcción como PassivHaus o Minergie se están abriendo paso cada vez con más fuerza en nuestro ámbito, lo cual es muy positivo.
Conclusión. Hacia una vision global e integrada de la arquitectura
Es necesario hacer una transición del actual modelo económico en general y de la de construcción en particular a uno basado en un equilibrio entre el aspecto económico, social y medioambiental, donde se penalice a las industrias más contaminantes y éstas den lugar paulatinamente a otras que lo son menos. El cambio del presente modelo energético basado en fuentes combustibles fósiles por otro de tipo renovable es necesario e inevitable y debe ser implementado sin demora. La situación presente y de cara a futuro es de escasez de materias primas y agua, disminución de reservas energéticas no renovables como el petróleo, aumento del precio de la energía, desforestación e incremento de las temperaturas globales.
La rehabilitación energética del parque existente de viviendas, muy antiguo e ineficiente, se presenta como una oportunidad excelente a presente y futuro: El margen de mejora para reducir emisiones de CO₂ y el gasto energético es enorme. Es necesario promover una visión renovada en la arquitectura donde el 'Business as usual' sea la norma habitual con prácticas más responsables y respetuosas con el medio ambiente.
Debe imperar una visión global en la Arquitectura, con integración de diseño energético eficiente - donde los consumos sean nulos o al menos tiendan a serlo- con eficiencia en el consumo del agua potable, uso de materiales naturales, reciclados, reciclables y de producción local, además de una gestión eficiente de los residuos de la construcción, incremento de la calidad, confort y biohabitabilidad de los espacios interiores, haciendo que estos sean más saludables y libres de tóxicos para sus ocupantes.
Apostar por este camino nos puede aportar beneficios como la disminución de costes operativos y de gestión de los edificios (Energía y agua) al crear edificios de bajo consumo energético y con sistemas eficientes. A nivel de mercado es posible también lograr un incremento del valor objetivo de los edificios tanto para venta o alquiler, y lograr una mayor tasa de retorno de la inversión. En los caso de edificios de oficinas mayor bienestar de los empleados lo cual se traduce en salud, productividad y disminución de absentismo. Los beneficios ambientales serán evidentes, al lograr una relación más equilibrada y respetuosa con el entorno.
Todo ello es posible lograrlo, pero sin olvidar lo más importante: La arquitectura sostenible no puede ser tomada como una prescripción o moda pasajera, sino como una aproximación y una actitud.