“El factor medioambiental y la seguridad alimentaria fueron los dos grandes nexos de unión del congreso”

Bogotá, la capital colombiana, acogió del 12 al 14 de septiembre la 11ª edición del Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, una cita fundamental para conocer los últimos proyectos y avances en el sector en toda Latinoamérica. Pedro Melgarejo, responsable de la Línea de Negocio de Envase y Embalaje de Aimplas, fue uno de los invitados a este congreso anual, en el que presentó una ponencia sobre los nuevos desarrollos en plástico para la industria alimentaria. De su mano, hemos querido conocer las conclusiones del congreso y el futuro de un sector clave, en el que, más que nunca, desarrollo y conciencia medioambiental van de la mano.

Pedro Melgarejo, responsable de la Línea de Negocio de Envase y Embalaje de Aimplas.

En efecto, presenté esa ponencia, y la presentación cursó por los cinco motores de desarrollo de la industria del packaging. El primero de ellos el desarrollo de nuevos materiales, los cuales cada día más están mejorando las propiedades del envase final. El plástico como se sabe es el material más versátil en sus diferentes tipologías, pero tiene el gran hándicap de ser un material que en sus diferentes tipos, metodologías de fabricación y diferentes composiciones puede llegar a ser un producto final muy diferente, y en muchas ocasiones nos encontramos como un mismo plástico no puede cubrir todas las necesidades que un producto alimentario exige para una conservación óptima. Es aquí donde la industria está centrando los esfuerzos en conseguir tipos de plásticos más completos en su versión final.

Otro motor de desarrollo importante es la mejora de los procesos de transformación que cada vez hacen que los productos finales sean más eficaces al fin para el que son fabricados. La seguridad alimentaria de los plásticos también sigue siendo una preocupación incipiente en la sociedad, y son muchas las empresas que también están desarrollando sus investigaciones en este sentido, materiales plásticos más seguros para el contacto con alimentos.

El cuarto motor de desarrollo es la sostenibilidad con el medio ambiente. Todos sabemos la cantidad de residuos que genera el packaging, y esto es una inquietud tanto para los consumidores, como para los gobiernos y empresas que gestionan estos. En este sentido, la industria está buscando métodos de valorización de estos residuos que hagan que el consumo creciente de envases no sea en un futuro problema para nuestro medio ambiente. Y por último, el quinto motor de desarrollo en el mundo del packaging es lo que se conoce como ‘envases activos’. Son envases que no solo protegen al producto alimentario de los factores ambientales que aceleran la degradación de éste, sino interaccionan con el alimento para mejorar alguna de sus propiedades que sea valorada por el consumidor. Son la nueva generación de envases del futuro.

En el nuevo desarrollo de materiales se está trabajando con aquello que aporte mayor barrera al oxígeno del envase final, y preserve al producto de una degradación acelerada por parte de éste. En el sentido de la sostenibilidad, se está trabajando de manera muy efectiva en la incorporación de material reciclado a los envases y en el desarrollo de materiales biodegradables, que tras su función de preservar el producto vuelvan a aportar al medio ambiente materia orgánica y obtención de energía, completando así el ciclo de vida. En relación con los envases activos se está trabajando mucho en el desarrollo de envases que emitan conservantes, y otros aditivos que ayuden al producto a conservar sus propiedades organolépticas en un estado apto para el consumo. Y así se podría enumerar un sinfín de proyectos que harán que el plástico siga situándose como el principal material en el packaging alimentario.

Pedro Melgarejo durante su ponencia en el congreso Conecta 2012.

La conclusión extraída del congreso fue muy positiva. Colombia es un país que está sufriendo en estos momentos un fuerte crecimiento industrial, y como todo crecimiento es recomendable que vaya unido con una conciencia medioambiental. En estos momentos estamos más preparados para hacer frente, desde el punto de vista medioambiental, a ese cambio que hace unas décadas, ya que el fuerte desarrollo en este sentido ha provocado que haya soluciones para combinar este desarrollo con una conciencia medioambiental. Por tanto, el factor medioambiental y la seguridad alimentaria fueron dos grandes nexos de unión de todas las ponencias sobre alimentos a las que tuve la suerte de asistir.

En efecto, la I+D es un factor importantísimo en un país en crecimiento industrial como es el caso de muchos países de Sudamérica, y esto se puso de manifiesto tanto en las presentaciones que tuvieron lugar, como en el número de empresas asistentes al evento, con más de 300 asistentes que mostraron continuamente una inquietud por trasladar parte del conocimiento a sus productos y proyectos.

“La I+D es un factor importantísimo en un país en crecimiento industrial como es el caso de muchos países de Sudamérica”

Hubo un bloque, muy interesante, en el que se abordó la importancia de la seguridad alimentaria en los productos elaborados en el país. Tengamos en cuenta que estos países hasta hace muy poco eran países que autoabastecían a sus poblaciones y el número de alimentos procesados era muy inferior en comparación con los números actuales. Estos países se han convertido en fuertes potencias industriales donde las grandes multinacionales han invertido en zonas de producción y las empresas propias del país, han empezado a exportar productos a otras zonas del mundo. Esto ha provocado que el panorama industrial alimentario tenga que adoptar medidas de seguridad alimentarias análogas a las de otras zonas del mundo donde ya llevan muchos años practicando. Este reto parece que se está consiguiendo con cierto nivel de éxito, pero todavía queda trabajo por hacer.

Cuando hablamos de menos consumo de energía y menor generación de residuos hablamos principalmente de aplicar un concepto a la hora de diseñar un nuevo envase, lo que se conoce como ‘ecodiseño’. En pocas palabras se trata de aplicar en cada fase de la vida de un envase el concepto medioambiental. De una manera razonable aplicar la estrategia medioambiental más apropiada para un envase dependiendo de las características intrínsecas y extrínsecas del envase.

El envase alimentario, como se sabe, es el motor de consumo del plástico, es el segmento industrial donde más plástico se consume. Si está estimado que un 40% del plástico que se consume va dirigido al sector del envase y embalaje, y tenemos en cuenta que de este un 85% va dirigido al envase alimentario, uno empieza a entender la importancia de este sector. Por tanto, todas las acciones y proyectos, tanto en materia ambiental como en seguridad alimentaria que se desarrollen, tendrán una gran importancia en el mundo del mañana, puesto que mejorarán la contribución ambiental y la salubridad de los consumidores. En este sentido, la industria del plástico como se puede demostrar día a día está haciendo grandes esfuerzos, y Aimplas (Instituto Tecnológico del Plástico) secunda y ayuda con desarrollos propios y conjuntamente con empresas a estos esfuerzos de situar al plástico como un material seguro y sostenible, a nivel medioambiental.