La ventilación, crucial durante la desescalada
Existe una evidente confusión respecto a las posibilidades de propagación del COVID-19 a través del aire, pero informes de la Organización Mundial de la Salud concluyen que las pruebas actuales son determinantes respecto a que el virus se transmite principalmente entre personas a través de las denominadas gotas respiratorias de más de cinco micras.
En este sentido la OMS afirma que la transmisión por el aire se produce cuando hay una presencia de microbios dentro de los núcleos de gotas, las cuales pueden permanecer en el aire durante largos periodos de tiempo -hasta tres horas según una publicación de The New England Journal of Medicine- y transmitirse a otros a distancias superiores a un metro.
Recientemente, desde Italia informaban que al no estar probada la concentración viral de coronavirus que puede desencadenar una infección, son recomendables todas las acciones posibles que permitan diluir la presencia de agentes infecciosos. En ese sentido, Rehva (Federation of European Heating, Ventilation and Air Conditioning) ha publicado un documento sobre ‘Cómo operar y utilizar las instalaciones térmicas en la edificación para prevenir la propagación del covid-19 en los lugares de trabajo’ y, a lo largo del mismo, hace referencia a diferentes estudios que han analizado los eventos de superdifusión. De esta manera, se demuestra que los ambientes cerrados con poca ventilación favorecen el incremento de infecciones secundarias.
Desde la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) y teniendo en cuenta la información vertida por las diferentes fuentes y organismos internacionales, coinciden en que una herramienta que puede ayudar a reducir el riesgo de contagio en los espacios cerrados es la ventilación mecánica de doble flujo, un sistema que funciona 24 horas al día 7 días a la semana y que permite extraer el aire viciado del interior -con sustancias perjudiciales para las personas - a la vez que filtra el aire de impulsión que proviene del exterior del edificio, eliminando sus elementos contaminantes. De esta manera, se asegura que el aire que respiran los usuarios es adecuado para la salud.