Nuevas alternativas para un óptimo resultado en los tratamientos de superficies
Bautermic fabrica varios tipos de máquinas para solucionar estas necesidades de la forma más práctica y económica posible, garantizando todos los tipos de tratamientos necesarios que las piezas puedan precisar con el fin de conseguir unos acabados perfectos. Basándose en la idea de que la limpieza es la ausencia de sustancias no deseadas sobre una determinada superficie, la limpieza industrial lo que trata es de eliminar dichas sustancias contaminantes. Por ello, ante la necesidad de tener que limpiar diversos tipos de piezas, lo primero que se debe determinar es el grado de limpieza o desengrase requerido, matizando el estado final en el que deben de quedar las piezas, bien sea: desengrasadas, fosfatadas, decapadas, pasivadas o bien con solo una limpieza de tipo superficial, intermedia o final, saliendo las piezas mojadas, secas, sopladas o aceitadas. Y si se trata de una limpieza absoluta, marcando además los porcentajes máximos de impureza superficial admisible, marcando su granulometría y gravimetría.
Nadie pone en duda hoy en día que estos tratamientos son indispensables si se desea obtener un producto de calidad. Por ejemplo, en todos aquellos casos en que las piezas después de un mecanizado o una manipulación, precisan ser pintadas, almacenadas, montadas o entregadas a los clientes en un perfecto estado de acabado. Si tenemos esto en cuenta, es fundamental tratar las superficies de las piezas en función de su suciedad, adherencia, forma, y por supuesto los procesos de manipulación o los trabajos que deberán seguir posteriormente.
De todos son conocidos los problemas que surgieron hace tiempo con la utilización de disolventes clorados aplicados al campo de la limpieza y el desengrase industrial. Aunque nadie cuestiona su eficacia, algunos se tuvieron que prohibir o sustituir debido a los problemas de toxicidad y contaminación que originaban. Si bien los nuevos disolventes halogenados y los hidrocarburos actuales son eficientes —y no contaminan— precisan de cubas estancas en fase vapor y cámaras especiales con vacío y con seguridades antideflagrantes. Es por ello que estos tratamientos resultan más sofisticados y por consiguiente, más caros de utilizar que los tratamientos con detergentes en base acuosa, que son biodegradables y no contaminan.
Este tipo de máquinas —que funcionan con detergentes en base acuosa— permite la aplicación de los diferentes tratamientos de las piezas rociándolas con una solución desengrasante proyectada a presión o colocándolas —en inmersión— en cubas con o sin la aplicación de ultrasonidos, en máquinas que pueden ser continuas o de puesto. Un claro ejemplo son los tambores rotativos, ideales para el tratamiento en continuo de todo tipo de tornillería o piecerío pequeño. Los túneles de banda para todo tipo de piezas en medianas y grandes producciones. Las cabinas con cestas giratorias y carros de carga extraíbles. Las lavadoras rotativas de varias etapas, e infinidad de cubas estáticas o continuas. Todas ellas con la posibilidad de incorporar un gran número de tratamientos en las mismas máquinas, como son: pasivados, fosfatados, decapados, aceitados —y en la mayoría de los casos— secados para evitar la oxidación de las piezas. Debido a todas estas ventajas, este tipo de máquinas que funcionan con soluciones acuosas, actualmente son las más utilizadas en todas las industrias por su economía, facilidad de manejo y la gran eficacia de sus tratamientos.
Actualmente, en el mercado existen diferentes tipos de lavadoras industriales multifunción diseñadas para tratar todo tipo de piezas, fabricadas con diferentes materiales que puede que estén mecanizados, forjados, embutidas, con formatos pequeños o grandes, y con estructuras simples o complejas, normalmente cargadas con altos niveles de suciedad e impurezas, polvo, grasa, aceites, virutas, óxidos, resinas, etc.
Estas máquinas pueden ser de diferentes tipos según el tipo de piezas y los tratamientos superficiales a realizar y pueden estar preparadas para realizar diversos tratamientos con programas de lavado, aclarado, pasivado, fosfatado, secado, etc. Todo ello en la misma máquina con diferentes ciclos o etapas, sin necesidad de tener que manipular manualmente las piezas durante los procesos intermedios.
Todo este tipo de máquinas —dependiendo de su proceso de trabajo— se construyen en acero inoxidable con aislamientos térmicos y acústicos, van equipadas con niveles automáticos de reposición de agua y de detergentes, aspiradores de vahos, desaceitadores, filtros, dosificadores, ultrasonidos, temporizadores, bombas de trasiego y proyección de los detergentes de limpieza y dependiendo de cada tipo de máquina con: Grupos motorreductores para el movimiento de cintas transportadoras, giro de cestas o tambores, plataformas o volteadores... Puertas de inspección para acceder dentro de las máquinas, resistencias de calefacción o intercambiadores, válvulas, manómetros, y un cuadro de maniobra general con todos los aparatos e instrumentación para el control, protección y regulación automática de la máquina, como son: autómatas programables, paros de emergencia, controles digitales de temperaturas, presiones, etc.
Con todo ello, a la hora de elegir el mejor sistema de lavado, desengrase o tratamiento superficial adaptado a las necesidades de cada tipo de pieza, es necesario hacer un buen estudio teniendo en cuenta todos los factores enumerados y en base al mismo, proceder a la adquisición del tipo de instalación que sea más adecuado para el trabajo a realizar.