Incertidumbre y dudas del sector de la climatización y la refrigeración ante el nuevo Reglamento F-Gas
Desde hace varios años, la Comisión Europea viene trabajando en la revisión del reglamento de gases fluorados, conocido como F-Gas, vigente desde 2014. Este reglamento establece un sistema de cuotas de hidrofluorocarburos que pueden comercializarse en el mercado comunitario cada año. En abril de 2022, la Comisión Europea publicó la propuesta de revisión y en la primavera de 2023 tanto el Parlamento como el Consejo hicieron públicas sus propuestas.
El pasado 5 de octubre el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo político provisional sobre la eliminación gradual de sustancias que causan el calentamiento global y agotan la capa de ozono (SAO). Este acuerdo provisional finaliza las negociaciones sobre los gases fluorados de efecto invernadero y confirma un acuerdo informal alcanzado en junio sobre dichas sustancias. Si bien la legislación vigente de la UE ya ha limitado significativamente el uso de gases fluorados, las nuevas normas reducirían aún más sus emisiones a la atmósfera y contribuirían a limitar el aumento de la temperatura global, en consonancia con el Acuerdo de París.
Según el acuerdo provisional, el consumo de hidrofluorocarbonos (HFC) se eliminará completamente de aquí a 2050, y la producción de HFC, en términos de derechos de producción asignados por la Comisión, se reducirá progresivamente hasta un mínimo (15%) a partir de 2036. Tanto la producción como el consumo se reducirán progresivamente sobre la base de un calendario estricto que establece una asignación decreciente de cuotas.
El acuerdo provisional introduce una prohibición total de las bombas de calor y los equipos de aire acondicionado monobloque pequeños (< 12 kW) que contengan gases fluorados con un potencial de calentamiento atmosférico de al menos 150 a partir de 2027, y su eliminación completa en 2032. Por lo que se refiere a las bombas de calor y los equipos de aire acondicionado en dos bloques que contienen gases fluorados, los colegisladores han acordado una prohibición total a partir de 2035, con plazos más tempranos para determinados tipos de sistemas en dos bloques con un mayor potencial de calentamiento atmosférico. Se prevén exenciones en los casos en que el equipo sea necesario para cumplir requisitos de seguridad. El acuerdo provisional también incluye la posibilidad de liberar un número limitado de cuotas adicionales en lo que se refiere a las bombas de calor si las prohibiciones propuestas pusieran en peligro la consecución del objetivo de implantación de bombas de calor exigido en el marco de REPowerEU.
Aunque el sector esperaba que el nuevo reglamento se adoptara en el último trimestre de 2023, lo cierto es que aún no ha terminado el proceso de modificación. Una vez alcanzado el acuerdo provisional, el texto fue presentado a los representantes de los Estados miembros en el Consejo (Coreper) y a la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento para su refrendo. Si se aprueba, el texto deberá ser adoptado formalmente por ambas instituciones antes de que pueda publicarse en el Diario Oficial de la UE y entrar en vigor.
El nuevo reglamento F-Gas tiene implicaciones técnicas en las instalaciones térmicas y de climatización que fueron analizadas en una jornada celebrada en el marco de la feria C&R el pasado 15 de noviembre. El objetivo de esta jornada era valorar qué implicaciones podrían tener el nuevo texto normativo en términos de seguridad, formación, acreditación o responsabilidades. Los participantes en el encuentro pusieron sobre la mesa las principales preocupaciones y lagunas informativas de fabricantes, técnicos, ingenierías e instaladores.
Los ponentes de esta jornada fueron Iván Martín, Jefe del Departamento Legal y Medioambiental de Daikin y miembro de Afec; Emilio González, director de Desarrollo de Negocio en JG Ingenieros y miembro de Aedici (Asociación Española de Ingenierías e Ingenieros Consultores de Instalaciones); Miguel Ángel Llopis, presidente de Atecyr (Asociación Técnica Española de Climatización y Refrigeración); José Arboledas, de CNI (Confederación Nacional de Instaladores) y Diego Sanía, comisionado-vocal de Conaif (Confederación Nacional de Asociaciones de Empresas Instaladoras y Mantenedoras de Energía y Fluidos). Actuó como moderadora del debate Marta San Román, directora general de Afec.
Iván Martín, como representante de los fabricantes, indicó que lo más llamativo del nuevo reglamento es la restricción de productos puestos en el mercado, prohibiciones que no afectan a las instalaciones existentes, aclaró. Martín destacó que los fabricantes aún tienen muchas dudas y pidió a la Administración mayor agilidad para que el sector pueda adaptarse a los cambios.
Por su parte, Emilio González señaló que la revisión del reglamento genera grandes incertidumbres a las ingenierías, que se ven obligadas a confiar en el fabricante y en el instalador. No obstante, González se mostró optimista ante la capacidad de adaptación del sector. Asimismo, advirtió a las asociaciones y a la Administración sobre la importancia de una buena transmisión de información a todos los agentes involucrados en las instalaciones, desde los fabricantes hasta los propietarios.
Miguel Ángel Llopis mostró su preocupación sobre el uso del propano, un gas altamente inflamable, en los equipos split menores de 12 kW y alertó a los presentes sobre la necesidad de mejorar la formación de los técnicos para aumentar la seguridad, una responsabilidad de todas las asociaciones para salir de este gran reto.
Como representante de los instaladores, José Arboleda también reconoció la necesidad de introducir un plan de formación para los instaladores que se van a ver obligados a trabajar con gases inflamables, pero pidió a la administración un mayor control de las instalaciones y mayor apoyo a las pequeñas empresas.
Por último, Diego Sanía indicó una ventaja del nuevo reglamento: evita la piratería en la venta de gas y reduce el intrusismo. La necesidad de formación y la relación con la Administración fueron dos de las inquietudes que Sanía puso sobre la mesa y pidió que normativas como el RESIF o el RITE se adapten a la realidad del sector.
En resumen, la revisión del Reglamento F-Gas aún genera muchas dudas e incertidumbre en un sector que sí está comprometido con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050 pero se muestra preocupado con las consecuencias de una normativa que impone numerosas restricciones.