El encuentro ‘Ciudad, luz y arte: de lo efímero a lo permanente’, en colaboración con la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación (APDI), en el marco de LuzMadrid, también sirvió para reflexionar sobre la nueva ordenación de la iluminación urbana

En el marco de LuzMadrid, el Centro Cultural Lázaro Carreter fue escenario del encuentro ‘Ciudad, luz y arte: de lo efímero a lo permanente’. Un punto de encuentro con artistas participantes en la presente edición del festival de iluminación, y también un espacio de debate para trazar la hoja de ruta del futuro de los festivales lumínicos, pero también la importancia de la luz en el entorno urbano.

Delia Piccirilli, comisaria de LuzMadrid destacó, durante la presentación del Encuentro, la gran aceptación por parte del público madrileño, que llenó las calles de la ciudad para vibrar y admirar de las obras poéticas urbanas, con la luz como hilo conductor. “En esta segunda edición se han superado las expectativas y, pese a que este festival se debía haber realizado en 2022, pero no pudo ser por las restricciones energéticas, hay que destacar la gran entrega de los creadores que se han involucrado en este proyecto cultural”. Y emplazó, de cara a futuro, “abrir la puerta a jóvenes creadores, para que tengan la oportunidad de tener en LuzMadrid su propio altavoz”.

Por su parte, Elena Hernando (directora general de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid) remarcó que “la luz crea un impacto social y cultural y festivales como LuzMadrid, acercan el arte contemporáneo a la ciudadanía. Un espacio de innovación y un laboratorio en el campo de la luz, para actuar de la forma más sostenible posible”.

Por su parte, Lara Elbaz, en representación de la APDI, quiso apostillar durante la presentación de este evento que “este festival sirve, a su vez, para dar reconocimiento a nuestra profesión en todos los niveles. Defendemos la excelencia como herramienta, para un mejor desarrollo del entorno y los espacios de vida”.

Tras la presentación del Encuentro ‘Ciudad, luz y arte: de lo efímero a lo permanente’, entraron en escena varios protagonistas de algunas de las instalaciones lumínicas presentes en esta 2ª edición de LuzMadrid quienes, además de explicar y analizar su proyecto, también participaron en una interesante mesa de debate en torno a ‘El futuro de los festivales de luz’.

Juan Gómez Cornejo, reputado Lighting Designer en artes escénicas, ha sido el encargado de poetizar alrededor de uno de los emblemas de Madrid: el lago del parque de El Retiro. Para ello, ha imaginado en ‘Detener el tiempo’ que “durante unos instantes, los visitantes pudieran evadirse del mundo y disfrutar de una composición de luz y música”, explicó. Pese a ello, el reto era importante al tratarse de uno de los espacios más populares de la ciudad, pero también tanto espacio como arquitectónico del propio monumento, además de hacer frente a factores como el agua o la climatología adversa que acompañó al montaje los días previos a la inauguración del propio festival.

“De mi experiencia con la luz en Mérida, durante el festival de teatro, donde se trabajaba en un monumento histórico y donde el agua también es un elemento escenográfico, me pude enfrentar a esta obra de grandes dimensiones. La parte más sugerente es el comportamiento de la luz con el agua de forma casi poética. Para esta instalación me propuse 3 cosas imposibles: parar el tiempo, irrumpir el aire y tejer el agua. No conseguí ninguna de las tres, pero si removí la imaginación de los espectadores ya es un éxito”, añadió.

Por su parte, Eloi Maduell, desarrollador y artista multimedia en Playmodes, ha aportado a LuzMadrid una de sus experiencias multimedia en VJYourself! en Carabanchel, una pieza de hace 15 años que sigue de actualidad. “Es un trabajo perceptual mediante herramientas algorítmicas para componer escenas digitalmente”, expuso. Un juego entre realidad y entorno digital, donde la música y, muy especialmente, la luz aporta ese componente inmersivo que permite crear escenas únicas.

También Ricardo Morcillo, autor de ‘Octantis’ una de las obras más visitadas durante los tres días de LuzMadrid, explicó el origen e interpretación de su instalación que remite, directamente, al nacimiento, vida y muerte de una estrella. “Se diseñó a medida para el espacio icónico en el que se instaló, el depósito de Matadero. El cubo central es el corazón de Octantis y transmite la energía que late al ritmo del paisaje sonoro”. Una estrella interactiva que se convierte en una oda “al espectáculo lumínico que nos brinda un paisaje estrellado”, matizó Ricardo.

Finalmente, Suso33, aclamado graffitero y artista, traslada el arte de pintar en espacios urbanos a un plano digital y lumínico. Se sirve de una pantalla, un halo de luz y una proyección para extender su creación y convertir la instalación en un punto de experimentación. “Me he desarrollado en encontrar espacios incontrolados, donde la iluminación ha jugado un papel clave y, a su vez, que no he podido controlar, para crear escenas muy teatrales”, reconoció.

Para Suso33, su presencia en LuzMadrid ha sido un espacio de experimentación pintando con luz e interactuando con un público observador de su creación artística en '(((Graffphónica)))'. Esto abrió la puerta a analizar la importancia de este tipo de eventos y dar la alternativa al talento lumínico. No obstante, como apuntilló Eloi Maduell, “este tipo de festivales "pueden morir de éxito por la masificación. Hay que valorar que este tipo de obras necesitan más contemplación como una galería de arte más que como un show efímero”. Hacia esta misma dirección apuntó Juan Gómez Cornejo quien, además, propuso “aprovechar este arte y extenderlo en el tiempo. La luz se ha incorporado recientemente en arte y se debería crear conexión con la dramaturgia”.

De hecho, como también matizaron Ricardo Morcillo y Suso33, la luz siempre se ha intervenido en el patrimonio y la arquitectura de las ciudades, así que una forma de dar continuidad a estas intervenciones artísticas es que algunas piezas se queden en el espacio público. Aunque también este tipo de festivales sirven de reivindicación, de la luz como arte, como trampolín de jóvenes talentos, pero, muy especialmente, de la importancia de la sostenibilidad y la eficiencia energética, para disfrutar de un espectáculo lumínico de gran nivel.

Precisamente, este fue uno de los hilos conductores de la siguiente mesa de debate ‘Otras maneras de habitar la luz en la ciudad', que contó con la participación de Ignacio Valero (diseñador de iluminación), Coque Alcázar (ingeniero municipal), Guillermo Acero (arquitecto-urbanista) y Gemma Gallego Serrano (jefa del Servicio de Alumbrado Público del Ayuntamiento de Madrid). Tras el escenario de transformación social y económica actual, surge una oportunidad para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. En definitiva, construir ciudades más humanas, más saludables y respetuosas con el medio ambiente.

En este sentido, Guillermo Acero reconoció que “la iluminación es un elemento fundamental desde la perspectiva con el espacio. Pero el diseño lumínico se trata, no solo desde el punto de vista del impacto medio ambiental, sino sobre la contaminación de la propia flora y fauna, aunque, indudablemente, existe conflicto entre eficiencia, percepción y lectura de los espacios urbanos”.

Para ello, se requiere, no solo una reeducación social de cómo ver los elementos por la noche, sino de “iluminar según la luz que necesitamos”, como apuntó Ignacio Valero. No obstante, conceptos como la seguridad debe reinterpretarse, para transformar las ciudades en espacios más amables y sostenibles.

“Las personas tienen derecho a poder contemplar el cielo iluminado que, actualmente, por la contaminación o mal uso de la luz, no pueden. Pero no sólo en espacios urbanos, sino también en el interior de los hogares se debería iluminar solo lo necesario. Es un ejercicio para reivindicar nuestro derecho a la noche”, prosiguió Coque Alcázar.

No obstante, queda mucho camino por recorrer, como reconoció Gemma Gallego Serrano, en aras de “la seguridad ciudadana y hay que incidir en evitar la luz intrusa, para el desarrollo de instalaciones”. Por ello, se reivindicó la reordenación urbana de los espacios, pero, como señaló Coque Alcázar “la noche se percibe como algo negativo y hay que encontrar el perfecto equilibrio” y desmitificar que “a mayor iluminación, más seguridad”.

“No hay que plantear si hay más o menos luz, sino que se debe iluminar mejor y evitar dualidades”, destacó Ignacio Valero, quien también expuso que las nuevas tecnologías como el Smart Lighting podrían ser nuevos aliados. Sin embargo, como remarcó Coque Alcázar, esto implica una “formación ante las nuevas tecnologías que, si bien van a cambiar este escenario a corto y medio plazo, también implica un mayor esfuerzo de organización municipal, a partir de la automatización de sistemas”.

Un importante desafío que transformará las ciudades y obligará a sus ciudadanos a convivir con la luz indispensable. Un esfuerzo en pro del planeta, para crear ciudades más sostenibles y eficientes.