Balance de instalaciones y retos a futuro del sector de la biomasa 2020
Según las observaciones y análisis del Observatorio Nacional de la Biomasa de AVEBIOM (ONB), el número total de instalaciones de estufas y calderas de menos de 50 kW en viviendas individuales se acercó a las 400.000 unidades a final de 2020, con una potencia total instalada próxima a 5.000 MW.
En industria, el número de instalaciones superó las 7.100, sobre todo en agroalimentaria y en el sector forestal y de la madera, aunque es destacable que ya se encuentran calderas de alta potencia con biomasa en todo tipo de industrias. Al finalizar 2020, el ONB estimaba más de 3.800 MW, consumiendo el 43% de toda la biomasa que se destina a energía en España.
En el sector servicios, en 2020 contabilizamos 13.500 instalaciones operativas con biomasa, con una potencia media de 93 kW. Estas calderas, y estufas en menor medida, están ubicadas fundamentalmente en dependencias municipales, alojamientos, residencias, instalaciones deportivas y sector educativo.
Parte de esta buena tendencia se debe al precio estable de los biocombustibles sólidos a lo largo del tiempo, que contrasta con la especulativa fluctuación en los precios de los combustibles fósiles y los sobresaltos que provoca en las economías de las familias y empresas.
En 2020, un consumidor final pagó como media por el pellet entregado a domicilio 5,42 céntimos de euro por kWh. Un coste muy competitivo en comparación con el del gas natural que, incluyendo impuestos y costes fijos, fue de 11,8 céntimos de euro por kWh, en diciembre de 2020.
Las instalaciones de biomasa en 2020
- Sector residencial: Cerca de 400.000 unidades de estufas y calderas de menos de 50 kW en viviendas individuales, con una potencia total instalada próxima a 5.000 MW.
- Sector industrial: Más de 7.100 instalaciones, con una potencia de más de 3.800 MW.
- Sector servicios: 13.500 instalaciones operativas con biomasa, con una potencia media de 93 kW.
¿Y en los próximos años?
En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) proyecta un incremento en el uso de biomasa para calor renovable de 400 ktep, equivalente a una movilización de 1,2 millones de toneladas de biomasa. El proyecto Agrobioheat estima que nuestro país podría disponer de hasta 3,3 millones de toneladas de biomasa, incluyendo la de origen forestal y agrícola, suficiente para una aportación de 1.100 ktep al mix de calor renovable.
Mantener su liderazgo en este sector, al menos a medio plazo, y seguir desplazando a los combustibles fósiles para contribuir al cambio de modelo energético requiere seguir avanzando en varios frentes, donde el camino ya está bien trazado: asegurar la sostenibilidad de las cadenas de valor de la biomasa y mejorar aún más las tecnologías de combustión y depuración de los gases son puntos clave.
La sostenibilidad en el uso de la biomasa es clave para asegurar su contribución al mix energético renovable y lograr una mayor aceptación social
Sostenibilidad asegurada
La sostenibilidad en el uso de la biomasa es clave para asegurar su contribución al mix energético renovable y lograr una mayor aceptación social.
La directiva sobre renovables REDII establece unos criterios que los operadores deben cumplir y demostrar en la producción de electricidad y calor a partir de biomasa o biogás. De momento, afectan a instalaciones de más de 20 MW. Sin embargo, ya está en discusión la tercera versión de la directiva, que podría situar el límite en 5 MW térmicos.
El sector de la calefacción residencial y las redes de calor de pequeño y mediano tamaño no estarán obligados a cumplir estos criterios, aunque algunos clientes de estos sectores podrían demandar biomasa con certificado de sostenibilidad.
Sistemas de certificación voluntaria como Biomasud o SURE facilitan los trámites a cualquier agente de la cadena de suministro, incluidas empresas de servicios energéticos o suministradores de biomasa que deseen proporcionar este valor añadido de sostenibilidad a sus clientes.
Tecnología avanzada e instalación profesional
El uso eficiente de la biomasa en pequeñas y medianas instalaciones requiere la instalación de tecnologías modernas y automatizadas por profesionales, que además se encarguen de su mantenimiento regular y utilizar biocombustibles estandarizados.
Los fabricantes de equipos de combustión y auxiliares siguen innovando e introduciendo mejoras tecnológicas de tal importancia que están consiguiendo la práctica desaparición de emisiones de contaminantes a la atmósfera. Los logros más relevantes estarán presentes una vez más en Expobiomasa y en su convocatoria al Premio a la Innovación en Biomasa.
Los fondos para la recuperación que España empieza a recibir desde la UE, y que tienen en el cambio de modelo energético el principal objetivo de inversión, serán un acicate para el sector de la biomasa para usos térmicos.
A principio del verano se ha publicado un Real Decreto que aprueba conceder ayudas a las comunidades autónomas para fomentar la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial, además de apoyar a los más mediáticos autoconsumo y almacenamiento. A esto se suman otras convocatorias como el PREE o las ayudas para eficiencia energética en pymes y gran empresa industrial del IDAE, y otras específicas de las comunidades autónomas, donde la biomasa es una tecnología de peso.
Comunidades energéticas y digitalización
El uso eficiente de la biomasa en pequeñas y medianas instalaciones requiere la instalación de tecnologías modernas y automatizadas por profesionales, que además se encarguen de su mantenimiento regular y utilizar biocombustibles estandarizados
Las comunidades energéticas, un modelo novedoso y disruptor de producción, suministro y consumo de energía promovido por ciudadanos sin un ánimo de lucro, tienen como principal reto ser aceptadas y demandadas por los ciudadanos.
En el caso particular de la biomasa, el reto consiste en ampliar la aceptación de la biomasa como fuente de energía, en promover sistemas de calor y frío y en integrar en redes de energía urbanas –calor, frío y electricidad- a las viviendas y edificios de servicios en calidad de prosumidores.
En España, el número de redes de calor con biomasa, un concepto similar a las comunidades energéticas que ahora se quieren impulsar, se ha multiplicado por 15 en los últimos 10 años, acercándose a las 450 instalaciones según los datos recogidos por el Observatorio Nacional de la Biomasa de Avebiom para 2020. La biomasa alimenta las tres cuartas partes de todas las redes de calor existentes en el país.
Otro frente fundamental es la digitalización de las empresas del sector, clave para que mejoren sus procesos, competitividad, diferenciación y calidad de servicios.
De hecho, la digitalización será indispensable para facilitar la gestión de las futuras comunidades energéticas integradas por ciudadanos. Los instaladores necesitarán, pues, ampliar sus conocimientos sobre sistemas de gestión y de facturación directa automatizada, ciberseguros, etc.
Durante el Congreso Internacional de Bioenergía y a lo largo de seminarios específicos en los próximos meses, nuestras empresas podrán dar los pasos para aplicar la digitalización en actividades de suministro de biomasa, fabricación de equipos o servicios energéticos.
Tenemos el reto de ampliar la aceptación de la biomasa como fuente de energía, en promover sistemas de calor y frío y en integrar en redes de energía urbanas –calor, frío y electricidad- a las viviendas y edificios de servicios en calidad de prosumidores