El sector gasista evita en 2017 la emisión de 25.261 kilotoneladas de CO2 a la atmósfera
La utilización de gas natural como energía tanto para el sector doméstico – comercial; industrial; funcionamiento de ciclos combinados; y creación de nuevos puntos de suministro, consiguió evitar 25.261 kilotoneladas de CO2 a la atmósfera en 2017. Este dato ha sido presentado por el presidente de Sedigas, Antoni Peris, durante el acto de presentación del 'Balance Energético 2017 y Perspectivas para 2018'.

Papel esencial de los ciclos combinados
La falta de lluvias para la generación eléctrica marcó 2017 y también el funcionamiento de los ciclos combinados, que aumentaron su demanda de gas en un 26,8%, respecto al año anterior, con una utilización del 17,2%.
Una vez más, los ciclos combinados demuestran su valor como garantes de la estabilidad del sistema eléctrico y como complemento de las renovables, en momentos de bajo funcionamiento de estas energías.
“Los ciclos tienen un rendimiento de hasta un 25% más que las térmicas alternativas por lo que suponen menos consumo de energía primaria; ahorran 550gr CO2 por cada kWh generado; su combustión está libre de SO2 y partículas. Por lo que en el año 2017, gracias a su funcionamiento se evitaron casi 5.000 kilotoneladas de CO2 equivalentes”, ha apuntado Peris.

Durante la presentación se ha destacado el papel clave de los ciclos combinados en un escenario de bajas precipitaciones.
El gas natural sigue expandiendo sus redes de distribución llegando al 79% de la población española en 2017
En términos globales, la demanda de gas natural en el mercado nacional alcanzó la cifra de 350.870 GWh, 30 bcm, al finalizar el año 2017, representando un incremento del 9,1% respecto al año 2016, y el tercer año con crecimiento alcista.
Respecto a la demanda convencional (doméstico-comercial e industria, incluida la demanda para usos no energéticos) aumentó un 5,1 % con respecto al 2016. Destacar la punta de consumo en los meses de agosto y septiembre debido a las altas temperaturas y la utilización del gas para la refrigeración en el sector doméstico-comercial.
Por otra parte, la demanda industrial sigue una tendencia alcista, llegando a suponer el 62% del consumo de gas nacional, indicador de la recuperación económica del sector. La industria necesita gas natural no sólo para minimizar sus costes de operación sino también para la operación de ciertos procesos donde se requieren temperaturas muy altas no alcanzables con otros combustibles.
Así, el gas natural sigue expandiendo sus redes de distribución llegando al 79% de la población en España, con un 31% de penetración en viviendas. Durante el año 2017 se conectaron 172.487 nuevos puntos.

El sistema gasista español es el más diversificado y seguro de Europa

La demanda de gas en España crece 1,5 veces más que Europa por la generación eléctrica y por la recuperación de la industria.
Rol protagonista del gas en una economía baja en carbono en 2018
El año 2018 es un año clave para definir el futuro energético de Europa y de España. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la estrategia de Economía Circular y la Calidad del Aire, son los tres ejes que marcarán el camino.
En este entorno, Peris ha señalado que “el gas tendrá un rol protagonista en la economía baja en carbono y un papel clave en la transición energética global, en especial por la creciente inyección de gas de origen renovable en su infraestructura”.
El gas renovable ya es una realidad dado que es viable tecnológicamente y existe gran cantidad de materia prima. Su uso contribuye a mejorar la seguridad de suministro; la economía circular y a la independencia energética.
Y es que el gas mejora tanto el clima como los niveles de contaminación del aire, a través del transporte terrestre y marítimo, y en el ámbito residencial y terciario.
Para uso vehicular es el combustible más eficiente, limpio y sostenible ya que conjuga en equilibrio importantes ventajas medioambientales, a través de la reducción de emisiones tanto de CO2 como de contaminantes y de una menor contaminación acústica.
El gas natural también apoya la penetración de las energías renovables en el sector eléctrico. La Comisión Europea lo posiciona como el principal soporte de las renovables en su publicado 'Paquete de Medidas para la Energía Limpia de los Europeos-Winter Package', a sabiendas de que el gas natural es una garantía constante de suministro eléctrico cuando las condiciones climatológicas impiden el funcionamiento de las energías renovables.
Así, en el camino para la consecución de los objetivos medioambientales en el año 2050, el gas natural constituye un actor principal en el campo energético, favoreciendo la competitividad industrial y el ahorro en los costes de la economía.
Todas estas ventajas hacen que la participación del gas natural en el futuro mix energético sea fundamental, permitiendo seguir introduciendo renovables en el sistema energético y desplazando a los combustibles fósiles.
El gas renovable ya es una realidad dado que es viable tecnológicamente y existe gran cantidad de materia prima