Presentación de medidas para fomentar la utilización del gas en España
Antoni Peris: “El Gobierno debería facilitar el crecimiento de un sector que aporta eficiencia, ahorro y empleo”
“El gas natural debe continuar siendo uno de los motores económicos de España”, asegura Antoni Peris, presidente de la Asociación Española del Gas, Sedigas. Y, para ello, “el Gobierno debería facilitar el crecimiento de un sector tan estratégico para la competitividad de la economía española”. Peris ha realizado esta afirmación a raíz de la presentación, la mañana del 28 de mayo, de una serie de medidas para fomentar la utilización del gas en España, fruto de un estudio realizado por la empresa Boston Consulting Group.
El presidente de Sedigas ha destacado en su intervención los desajustes del sistema gasista en 2012 motivados por la drástica caída de la demanda, fundamentalmente debida a la infrautilización de los ciclos combinados. Frente a esta situación, Peris ha advertido de la necesidad de que el gas se siga expandiendo para rentabilizar un sistema moderno seguro y de referencia en Europa. También ha comentado que “las medidas dirigidas a resolver los desajustes del sector eléctrico podrían afectar gravemente a la situación del mercado gasista, en cuanto se sigan desajustando los ingresos del sistema que proporcionan los ciclos; por demanda o por peajes fijos”.
Sin embargo, el presidente de Sedigas ha manifestado su convencimiento de que el Gobierno aprobará las medidas necesarias para ajustar los desequilibrios del sector eléctrico. También entiende que el Ejecutivo tomará otras medidas que permitirán la expansión del mercado gasista en nuestro país: “el Gobierno debería eliminar aquellas trabas administrativas y de mercado que están lastrando el crecimiento de la industria y que impiden alcanzar los niveles de penetración de gas natural de otros países de la Unión Europea”.
Entre las principales medidas para la promoción del sector destacan aquellas destinadas al sector convencional (doméstico-comercial e industrial), como son la mejora de la eficiencia en edificios públicos, el plan de renovación de calderas, el impulso de la cogeneración, o la expansión del gas en el transporte.
Ahorros de hasta el 25% en edificios públicos
La mayor parte de las sedes públicas están ubicadas en edificios antiguos, que en su día no se construyeron bajo parámetros de eficiencia energética. En este sentido, la implantación de diversas medidas podría suponer unos ahorros en la factura energética de entre el 15% y el 25%. Una de las opciones más favorables de cambio es la instalación de cogeneraciones a gas, la implantación de sistemas electrónicos de gestión energética y de sistemas de iluminación eficiente, o la mejora en el aislamiento de los edificios.
Según el estudio, el gasto energético de los edificios públicos ronda los 682 millones de euros (correspondientes al consumo de 4,9 TWh). Implantando buena parte de estas medidas los ahorros potenciales serían de unos 150 millones de euros (1,1 TWh). Estos proyectos son acometidos por Empresas de Servicios Energéticos (ESES) que plantean inversiones propias a cambio de compartir los ahorros obtenidos.
Ahorros de hasta el 50% por el cambio de calderas
Sedigas propone el lanzamiento de un plan de renovación de calderas de gasoil a gas canalizado, consiguiendo un triple impacto: ahorro en la factura energética de los consumidores, mejora de la balanza de pagos del país y mejora de la calidad del aire en las ciudades.
En relación con los consumidores, la sustitución de las antiguas calderas de gasoil por nuevas a gas puede suponer un ahorro en la factura energética no eléctrica del 50% para empresas y del 36% para hogares. Este cálculo se basa en la sustitución de 7,3 TWh de gasoil por gas canalizado hasta 2017 —a partir de los 50,2 TWh de gasoil que se consumen en la actualidad—.
Por otro lado, esta actuación supondría un potencial para mejorar la balanza de pagos de al menos 274 millones de euros, teniendo en cuenta la sustitución de importaciones de petróleo y derivados, por gas natural. A este hecho, se le debería sumar la reducción del consumo de energía primaria a causa de la mayor eficiencia de las calderas de gas y el menor coste del transporte energético.
Además, cabe destacar que el medio ambiente también se vería favorecido por la reducción de emisiones de CO2 (25% menos que el gasoil), de NOx (17% menos que la biomasa y 25% menos que el gasoil) y partículas en suspensión (100% menos que la biomasa y 95% menos que el gasoil), reduciendo de esta forma las afecciones respiratorias, entre otros efectos nocivos para la salud humana.
Marco regulatorio estable para la cogeneración
Las medidas que presenta el sector gasista también recogen la necesidad de que se establezca un marco regulatorio estable que impulse la cogeneración, fuente de competitividad de la industria española. Esta técnica alcanza eficiencias de hasta el 90% mediante un alto grado de aprovechamiento del calor, a la vez que evita pérdidas en el transporte de la electricidad generada, al consumirse en el mismo sitio donde se produce; ambos elementos repercuten directamente en la factura energética. Además, en relación con el carbón, la cogeneración genera un 71% menos de emisiones.
España todavía tiene un potencial importante en cuanto al desarrollo de la cogeneración si la comparamos con el resto de Europa. Mientras la media europea se sitúa en el 11,7% —porcentaje de cogeneración sobre generación eléctrica—, España alcanza el 7,4%. Los países punteros en la utilización de esta tecnología son Finlandia, con un 36,2%, y Holanda, con un 33,2%.
Transporte por carretera y mar
El documento presentado hoy también propone impulsar el gas vehicular hasta alcanzar niveles de países europeos, aprovechando las menores emisiones de este combustible frente al petróleo y también el menor coste, que en el caso de los vehículos impulsados por gas natural comprimido puede llegar a los 22,8 euros por cada 100 kilómetros, si lo comparamos con el coste de la gasolina.
Por otro lado, el GNL utilizado como combustible marítimo es otra de las tecnologías que se quiere impulsar. Aprovechando la baja inversión que deba desarrollar el sector gasista español, a causa de su extensa red de gas por todo el territorio, el GNL para propulsión de barcos supone una reducción de emisiones de azufre, así como nitrógeno y partículas sólidas, tanto en mares como en zonas portuarias y áreas metropolitanas cercanas. Con el fin de conseguir el desarrollo de esta industria, es necesario adaptar la normativa a la nueva actividad.
Este servicio se vería beneficiado por la situación puntera de nuestro país en cuanto a recepción de GNL a nivel europeo. Actualmente, España recibe gas de 11 mercados distintos, a través de sus 6 plantas de regasificación operativas (7 en total), que permitieron en 2012 la descarga de 291 buques metaneros.
Otras medidas
Antoni Peris, además, ha comentado la necesidad de implantar medidas que aumenten el hueco térmico de los ciclos combinados, que en 2012 tuvieron un índice de utilización del 19%, frente al 10% del primer trimestre de 2013. Dicha tecnología, se ha vista mermada por la entrada masiva de fuentes renovables durante los últimos años, a la vez que actúa como garante para la integración de estas mismas fuentes intermitentes en el sistema.
Finalmente, el documento recuerda la importancia para España de disponer de unas interconexiones con Europa competitivas, que permitan el flujo de gas desde nuestro país hacia el continente, posicionando España como puerta de entrada de gas hacia Europa.