Soluciones para redes de distribución de aire acondicionado
Isover Saint-Gobain participó en la pasada edición de la feria Climatización 2013 con una conferencia centrada en el análisis de ciclo de vida de distintas soluciones para redes de distribución de aire acondicionado. Pero, ¿qué puede aportar este análisis? Según explica a Interempresas Claire Plateaux, jefa de Productos de Climatización de Isover Saint-Gobain, este análisis ofrece “una visión interesante” sobre el ciclo de vida enfocado a soluciones constructivas, y no a productos. “Lo que encontramos finalmente en un edificio, son soluciones constructivas, constituidas por productos, que contribuirán de forma distinta al ciclo de vida del edificio”, añade.
Las Declaraciones Ambientales de Productos EPD
La declaración ambiental de producto es un documento que presenta los resultados del LCA (siglas de Life Cycle Assessment o Análisis del Ciclo de Vida). Este análisis está considerado como la metodología de vanguardia para la evaluación del impacto medioambiental de un producto de construcción, de un sistema o de un edificio a lo largo de su ciclo de vida. Según las normas internacionales (EN 15804 e ISO 21930), un LCA calcula de manera rigurosa y científica el uso de los recursos energéticos, hídricos y naturales, las emisiones que desprenden al aire, a la tierra y al agua, y la generación de residuos. Estos datos se calculan para cada etapa del ciclo de vida del edificio. Los resultados de un Análisis del Ciclo de Vida se presentan por medio de las Declaraciones Ambientales de Producto, que pueden ser verificadas por una tercera parte independiente. “Este proceso garantiza la calidad y fiabilidad de los resultados”, asegura Claire Plateaux, jefa de Productos de Climatización de Isover Saint-Gobain.
Si queremos realizar un análisis completo del ciclo de vida de una instalación de climatización, sostiene Plateaux, es necesario llevar a cabo un exhaustivo control de todos los parámetros que intervienen en el proceso global con un enfoque basado en soluciones.
“Pensamos que el desarrollo del LCA para los productos del aislamiento según los estándares de ISO es la única manera científica de calcular y de comparar los impactos de cualquier producto”, apunta Plateaux. Sin embargo, un análisis basado solamente en una parte del ciclo de vida del producto sería “tendencioso”. Es necesario tener en cuenta no sólo todos los materiales necesarios para su realización sino también los métodos de montaje. El análisis de ciclo de vida debe de integrar todas las etapas de cada material: producción (desde la extracción de las materias primas hasta la obtención de los productos terminados), transporte (desde la fabricación hasta el lugar de la construcción), instalación, uso del edificio, fin de vida del edificio (demolición y reciclado).
Claire Plateaux explica que para realizar un análisis completo del ciclo de vida se deben tener en cuenta dos aspectos. En primer lugar, hay que considerar la energía necesaria para producir los productos que constituyen una solución constructiva. En segundo lugar, los elementos que la componen, el transporte necesario y la forma de instalación.
Tipos de conductos de aire
En una instalación de climatización se emplean fundamentalmente tres tipos de conductos de aire: conductos metálicos aislados, conductos autoportantes de lana de vidrio y conductos flexibles aislados.
Los conductos metálicos aislados
Los conductos metálicos aislados tienen como principal ventaja la rigidez mecánica, pudiendo alcanzar resistencias mecánicas muy elevadas (en la mayoría de los casos se utilizan por esta causa como conductos de ventilación). “Su principal inconveniente radica en que necesitan dos operaciones de montaje: el conducto metálico y su aislamiento, bien por la cara interior o por la exterior del conducto”, explica Plateaux. Esta característica requiere, por tanto, dos operaciones. Adicionalmente, y esto es “fundamental” en el tema que nos ocupa, “los conductos metálicos se cortan y definen en un taller, y se transportan a obra, lo que conlleva un gasto energético considerable”.
Los conductos autoportantes de lana de vidrio
Son conductos de aire realizados por corte y plegado de una plancha de lana de vidrio revestida. Su principal ventaja es que, en sí, están constituidos por un material aislante térmica y acústicamente, por lo que el conducto se obtiene ya aislado en una sola operación, disminuyendo los costes de instalación. Además, estos conductos pueden instalarse en obra, lo que reduce enormemente los gastos energéticos de transporte asociados a esta solución (se transportan los paneles a obra y allí se conforma la solución).
Los conductos flexibles
Este tipo de conductos se utiliza casi exclusivamente como accesorios o conexión entre el ramal principal del conducto y las unidades terminales (difusores), debido a las elevadas pérdidas de carga a su través.
El impacto ambiental
El impacto ambiental de una instalación según su red de conductos “puede ser muy diferente”, según la jefa de Productos de Climatización de Isover Saint-Gobain. La selección de una red de conductos autoportantes de lana de vidrio, que aportan en una sola operación la instalación del conducto, el aislamiento térmico y el acústico, reduce de forma “muy considerable” la energía embebida en esta solución con respecto a una solución basada en un conducto metálico aislado.
La consideración de los aspectos ambientales es y será algo “completamente inherente” al desarrollo de cualquier actividad, producto o servicio”. En nuestro país, “estos aspectos se tienen en cuenta cada vez más y a todos los niveles”, afirma Plateaux.
Las soluciones Isover Saint-Gobain
Isover Saint-Gobain ofrece su gama de conductos autoportantes Climaver. Esta gama, presente en España desde hace más de 40 años, y con más de 100 millones de metros cuadrados instalados en su historia, se compone de todos los elementos necesarios para conformar conductos de aire autoportantes pre-aislados.
Los paneles Climaver, realizados en lana de vidrio, y “en constante proceso de evolución y desarrollo”, consisten en paneles de lana de vidrio doblemente revestidos por complejos de aluminio, o bien de vidrio (tejidos o velos), según se pretenda obtener propiedades mejoradas de limpieza, de acústica, decorativas…