Los instaladores eléctricos, a la conquista del mercado exterior
Vivimos en un mundo crecientemente abierto, el proceso de globalización ha terminado por abatir las distancias, incrementar la intensidad de los flujos comerciales y financieros entre países y elevar los niveles de interdependencia entre mercados. En este contexto, la internacionalización se ha convertido en un imperativo para toda empresa que pretenda el éxito competitivo. Las empresas españolas del sector de la instalación están poco internacionalizadas con respecto a otros países de la zona y por tanto deben acelerar sus procesos de internacionalización para aprovechar las oportunidades de negocio que ofrece el sector exterior e incrementar su competitividad y, con ella, su supervivencia.
El camino a seguir
Para que una empresa instaladora pueda ejercer su actividad más allá de nuestras fronteras precisa disponer de una serie de elementos básicos que le sirvan de punto de arranque en su proceso de internacionalización. Financiación, asesoramiento legal, partners locales en el mercado internacional en el que se va operar..., son cuestiones importantísimas para lanzarse a la conquista de nuevos mercados, pero más allá de todas ellas, el principal catalizador para iniciar el despegue es la confianza y creerse que una pyme también puede hacer negocios fuera. Está demasiado arraigado en los pequeños y medianos empresarios el convencimiento de que el vender fuera es cosa sólo de “grandes”, cuando no es verdad. Cada vez existen más ejemplos de empresas instaladoras que están realizando con éxito trabajos fuera de España y que se han implantado en otros países. Es cierto que no es una tarea fácil ni inmediata, y que las administraciones históricamente han facilitado la exportación de productos, pero no de servicios, con lo que las ayudas son pocas, pero no por eso debe verse la internacionalización como una quimera.
Dificultades para la internacionalización
Sin confianza no hay proyecto de internacionalización, pero sólo con confianza tampoco. A pesar del esfuerzo que están realizando las empresas instaladoras por la internacionalización de sus servicios, todavía se encuentran con demasiadas dificultades a la hora de introducirse en mercados exteriores, entre ellas, la falta de asesoramiento por parte de las instituciones públicas, las escasas facilidades fiscales y consulares, la poca fluidez financiera, etc.
Expertos de una importante empresa consultora de nuestro país como Elkano Consulting afirman que las mayores barreras para la internacionalización exitosa de nuestras empresas es la falta de recursos (ya sea tiempo o dinero), la falta de tamaño y el miedo a abordar mercados en solitario. Y es en este último punto, y más en el sector de los instaladores en el que las empresas de tamaño reducido son legión, cuando la cooperación entre empresas se erige como una estrategia necesaria para poder abordar proyectos en el exterior.
Cooperación empresarial
La cooperación entre empresas ya sea de forma privada entre ellas, a través de las asociaciones profesionales que las agrupa o través de las campañas financiadas por las Administraciones Públicas a través de instituciones como el ICEX, es una de las vías que debe facilitar la internacionalización de las empresas instaladoras españolas. Ejemplos de esta labor de cooperación existen muchos. Sin ir más lejos, en una reciente entrevista publicada por Interempresas, Francisco Paramio, presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de España (Fenie) explicaba cómo la Federación estaba ultimando la organización de sendos foros que, centrados en la Eficiencia Energética, iban a tener lugar en Perú y Guinea Ecuatorial y que permitirían, respectivamente, estrechar los vínculos comerciales, las posibilidades de acuerdo bilaterales y proporcionar también a las empresas instaladoras un mayor conocimiento de esos mercados para su implantación en los mismos
En esta misma línea de fomento y facilitación de la actividad internacional de las empresas como alternativa a la caída del mercado nacional se sitúa la actividad desarrollada por la Asociación Provincial de Instalaciones Eléctricas y Actividades Similares en Castellón (AICS) que durante el pasado año promovió una iniciativa para que los instaladores eléctricos de la provincia pudieran viajar a Sudamérica para prestar un servicio de formación teórica y práctica en Ecuador, Perú, Brasil y Chile. Dicha iniciativa contó con una inversión de 210.000 euros, gestionados por el Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana (IMPIVA) y respondía a los contactos que AIECS había mantenido, durante los últimos dos años, con instituciones representativas y empresas del sector eléctrico sudamericano, en el transcurso de los cuales se detectó una falta de formación profesional en el sector eléctrico sudamericano, al no existir planes de formación en el 80% del citado territorio.
Una necesidad inminente
No hay ninguna duda en torno a que para las empresas de instalaciones eléctricas la internacionalización de su actividad es un aspecto que ha pasado de ser un horizonte lejano a una necesidad inminente. Reiterando la idea de que la internacionalización está al alcance de cualquier empresa y no es sólo cuestión de grandes compañías, el sector necesita ya trabajar en el exterior con ideas y proyectos claros. Es evidente que la internacionalización es un proceso de profundas transformaciones y que este cambio exige asumir riesgos, abrir la cultura de la empresa, y una enorme capacidad de aprendizaje. La unión de las pymes del sector es un camino válido para adquirir estructura económica y ganar confianza. En este proceso también es muy importante que la Administración Pública apoye activamente este despliegue exterior, a través de las oficinas comerciales, para que den consejo, soporte activo y asesoramiento para llegar a acuerdos con otros países en temas fiscales, laborales y de legislación para facilitar la movilidad de los trabajadores.
Las previsiones del sector a corto plazo siguen apuntando a un estancamiento de la demanda interna que se mantendrá los próximos años, por lo que el crecimiento debe proceder del exterior. Nuevos proyectos de construcción de instalaciones de energía, tratamiento de aguas, gasoductos, oleoductos, sistemas de comunicaciones y transportes que precisarán infraestructura eléctricas en Latinoamérica, Norte de África, Europa del Este u Oriente Medio están esperando. El paso hacia la internacionalización no admite más demoras.