Entrevista a Miguel Mateos Vizuete, de Tecnalia

La Evaluación Técnica Europea (ETE) es un procedimiento para que productos de construcción innovadores y aquellos que no tengan la cobertura de una norma armonizada puedan obtener el marcado CE. Tecnalia es uno de los centros acreditados que pueden otorgar este documento. Miguel Mateos, responsable en este organismo de la evaluación de productos de construcción innovadores, nos habla de todo ello en esta entrevista.

El Reglamento de Productos de Construcción (CPR) establece la vía de la Evaluación Técnica Europea (ETE) para el marcado CE de productos de construcción innovadores y de forma general, de todos aquellos productos de construcción que no están cubiertos por una norma armonizada (hEN). Ya en el mismo CPR, y en Reglamentos Delegados posteriores, se establecen y desarrollan los procesos que hay que seguir para la obtención de una ETE y del marcado CE en base a ella.

Hay que destacar que, a diferencia de lo que sucede con las normas armonizadas, esta es una vía voluntaria, por lo que queda a criterio del fabricante del producto de construcción innovador optar por la comercialización del producto con o sin marcado CE.

En sectores como las fachadas ventiladas, los ETE han tenido una gran implantación y un efecto tractor.

La Evaluación Técnica Europea, tomando la definición del CPR, es “la evaluación documentada de las prestaciones de un producto de construcción en cuanto a sus características esenciales, con arreglo al correspondiente Documento de Evaluación Europeo”.

En otras palabras, es un documento (la ETE), emitido por un organismo reconocido en al ámbito europeo, el Organismo de Evaluación Técnica (OET), que recoge las prestaciones del producto innovador (los resultados de los ensayos, cálculos, etc. realizados) respecto aquellas características que se han considerado relevantes para el uso y que están recogidas en el Documento de Evaluación Europeo (DEE), el equivalente a la norma armonizada. En aquellos casos en los que no existe tampoco un DEE para el producto, es posible su elaboración, siempre supeditado a que exista una solicitud de un fabricante concreto.

Una vez obtenida la ETE y el marcado CE, la ventaja principal es la libertad para comercializar libremente el producto en la UE. Es por tanto una forma de romper las barreras que se encuentran los productos innovadores en su acceso al mercado, reduciendo su time-to market y beneficiando a aquellos que dan el primer paso y se posicionan con la obtención de una ETE.

El CPR da tres opciones para que exista la posibilidad de emitir una ETE para un producto de construcción. El primero caso, y más general, es que no exista norma armonizada para el producto. La segunda posibilidad es que, aun existiendo norma armonizada, al menos uno de los métodos de evaluación que define dicha norma para las características esenciales no sea adecuado para evaluar el producto. Un ejemplo hipotético podría ser un ensayo que define un espesor determinado de la muestra, pero por las prestaciones mejoradas del nuevo producto, el espesor del mismo siempre es menor de ese espesor que pide el método de ensayo. Un caso como este obligaría a la adaptación, en el DEE, del método de ensayo existente o incluso al desarrollo de uno nuevo.

El último caso es cuando nos encontramos que alguna de las características esenciales del producto no está contemplada en la norma armonizada. Un caso concreto que afrontamos en Tecnalia consistía en un producto cuya norma armonizada no contemplaba la prestación acústica, pero dicha prestación era relevante teniendo en cuenta las características y uso del producto. Fue necesario el desarrollo de un DEE que, además de las características de la norma armonizada, incluyese dicha prestación acústica y cómo evaluarla.

A priori, cualquier producto de construcción innovador, no cubierto por una norma armonizada, puede obtener una ETE. No es necesario que el fabricante sea europeo, no es necesario que la producción se realice en la UE. En el caso de kits, no es necesario que el fabricante produzca todos los componentes del mismo. No es necesario que el producto que será objeto de la ETE pertenezca a un área determinada de producto o sea para un uso determinado. Tampoco es necesario ser una gran empresa. Solo es necesario que, con un producto de construcción bien definido, y con un uso, o usos concretos, así como con un control de producción establecido, el fabricante se dirija a un OET de su elección para solicitar una ETE. El OET guiará al fabricante en el proceso y le trasladará aquellos posibles requisitos, bien aplicables al producto bien aplicables al control de producción, que se deriven de las exigencias del DEE o incluso, en caso de no existir uno para el producto, iniciará el proceso de desarrollo y adopción del DEE.

La emisión de ETE está limitada a los denominados Organismos de Evaluación Técnica (OET). Los OET somos designados por los Estados miembros y yo diría que el requisito fundamental para su designación es el amplio conocimiento técnico de la práctica de la construcción, incluyendo procesos y productos, así como un conocimiento detallado de las disposiciones reglamentarias, normas armonizadas de aplicación y métodos de ensayo. Por supuesto no pueden quedar fuera de estos requisitos la objetividad, la independencia, la confidencialidad o una trayectoria probada de respeto a las buenas prácticas administrativas. Esta idoneidad para el desempeño como OET es evaluada periódicamente por la Administración.

Los OET nos organizamos y coordinamos en la denominada European Organisation for Technical Assessment (EOTA) y es en su seno donde, de forma conjunta, desarrollamos y adoptamos los DEE. Es también un foro en el que compartir con otros institutos y laboratorios europeos ejemplos de las mejores prácticas con el objetivo de promover la eficacia y prestar un mejor servicio a la industria.

Los ensayos, y hablando con un alcance más general, la evaluación, ya que pueden contemplarse otras opciones distintas al ensayo, van a depender de las características esenciales relevantes para el producto y el uso previsto.

Dichas características relevantes son definidas en el DEE y van a estar relacionadas con los siete requisitos básicos de las obras de construcción que se establecen en el CPR: seguridad estructural, seguridad frente a incendio, higiene, salud y medioambiente, seguridad de uso, protección frente al ruido, ahorro de energía y sostenibilidad. Características que queden fuera de estos requisitos básicos no pueden ser evaluadas en una ETE, por mucho que, desde un punto de vista de un producto concreto, el mercado le otorgue gran importancia. Un ejemplo de característica que no puede ser cubierta por un ETE podría ser el cambio de color por efecto de la radiación UV para aquellos productos que van al exterior, ya que no podría encuadrarse en ninguna de las categorías anteriores.

También, de forma general, los métodos de ensayo para evaluar las características del producto van a estar referenciados a norma europeas, normas EN. Actualmente en Europa disponemos de un ecosistema amplio de normativa desarrollada por el CEN que cubre la mayor parte de métodos de ensayo a aplicar a productos de construcción y que son aplicados de igual manera en toda Europa. Es cierto que, por enfrentarnos a productos innovadores, habrá casos en los que sea necesario adaptar estos métodos de ensayos, hacer referencia a otras normas como las normas ISO o, en caso muy excepcionales, desarrollar métodos de ensayo específicos en coordinación con el resto de OET. Pero en la mayor parte de los casos y para una familia de productos concreta, los ensayos a realizar no diferirán apenas de los que se aplican a productos cubiertos por normas armonizadas.

Los ensayos y evaluación necesarios para conceder un ETE dependerán de las características particulares de cada producto y de su uso.

Hay sectores específicos de la industria de la construcción donde los ETE, a pesar de no ser obligatorios, han logrado una gran implantación por el efecto tractor que han tenido algunas empresas, nacionales o extranjeras, al obtenerlos. Se me ocurre el ejemplo del campo de las fachadas ventiladas, los SATE o los impermeabilizantes líquidos de cubierta. Sin embargo, otros sectores de dicha industria no son conscientes de las ventajas que una ETE aporta en el mercado o incluso de la posibilidad que tienen de obtenerla. Como laboratorio nos llegan muchas consultas de empresas que están innovando en producto, que buscan hacer ensayos para caracterizar su producto, pero que desconocen las posibilidades y ventajas que ofrece la ETE.

El problema que vemos es que el sector de los fabricantes de productos de construcción un sector muy amplio, a veces muy atomizado, y es difícil llegar a todos ellos. Para intentarlo, desde Tecnalia organizamos algunas actividades divulgativas, como presencia en ferias y congresos, actividades con asociaciones de fabricantes, webinars específicos...La idea es trasladar al mayor número de fabricantes posibles la existencia de esta vía y sus ventajas. Me consta que algunas asociaciones y otros OET son también muy activos en esta divulgación.

El marcado CE de cualquier producto se fundamenta en dos pilares básicos, independientemente de que se realice con la referencia de una norma armonizada o con la de un DEE. Por un lado, tenemos los ensayos de tipo que caracterizan el producto. Y por otro, el obligado Control de Producción en Fábrica para asegurar que el producto en su fabricación no sufre cambios respecto al que se utilizó para esa caracterización inicial. En el caso del marcado CE vía ETE, la evaluación realizada para la emisión de la ETE sustituye a esos ensayos de tipo, pero el fabricante estará obligado a mantener el CPF y, en caso de que apliquen los sistemas 1+, 1 o 2+ de marcado CE, tendrá que involucrar a un Organismo Notificado para el DEE de referencia. Este Organismo Notificado evaluará periódicamente el CPF y emitirá el correspondiente certificado. Con la ETE y el certificado, el fabricante podrá emitir la correspondiente declaración de prestaciones (DoP) y marcar CE el producto.

El marcado CE vía ETE tiene exactamente la misma validez que un marcado CE vía norma armonizada. A ese respecto, el CRP no establece diferencias entre normas armonizadas y DEE, ni entre los marcados por una u otra vía.

Como comentaba antes, obtener una ETE, una vez completadas el resto de las tareas de Evaluación y Verificación de la Constancia de las Prestaciones (EVCP), permite al fabricante el marcado CE de su producto y beneficiarse, por tanto, de las ventajas que el marcado CE otorga, principalmente la libre comercialización en la UE.

También hay otras ventajas asociadas, como son la credibilidad que aporta la ETE a las prestaciones que declara el fabricante, el reconocimiento internacional, la transparencia que aporta que todos los OET apliquen los mismos criterios y trasladen de la misma manera las prestaciones al documento ETE. También, y de acuerdo a estudios realizados por la EOTA, se aprecia una reducción del time-to-market e incluso un incremento de ventas.

Ya hemos visto a lo largo de la entrevista que en el marcado CE vía ETE actúan tres tipos de organismos: el OET, que desarrolla el DEE si es necesario y emite la ETE; el laboratorio que ensaya el producto y, también de ser necesario, el Organismo Notificado que evalúa el CPF y emite el certificado correspondiente. Tecnalia cubre estos tres aspectos. Somos OET, por lo que desarrollamos DEE cuando el producto lo requiere o empleamos los DEE existentes para la emisión de ETE. También somos Organismo Notificado, por lo que actuamos en ese seguimiento del Control de Producción ligado al producto. Por último, las capacidades de nuestros laboratorios, tanto en experiencia como en equipamiento, cubren en gran medida las necesidades de ensayo relacionadas con los productos de construcción. Todo esto nos permite convertirnos en el único interlocutor necesario para todo el proceso, acompañando al fabricante desde la primera solicitud hasta el mantenimiento de su marcado CE una vez obtenida la ETE.

Tecnalia, desde la entrada en vigor del CPR, ha emitido algo más de una treintena de ETE para productos diversos. Otro buen número de ellas están en estos momentos en elaboración. Debido a esta diversidad de productos, la casuística es variada. Hay casos en que el fabricante vio la ETE como única vía de acceso a un mercado donde ya existían empresas con ETE y tener el marcado CE o no tenerlo suponía quedarse sin opciones frente a la competencia. Hay otros productos que, por su grado de innovación, podríamos considerar únicos y que necesitan la ETE y el marcado CE para demostrar con garantías frente a sus clientes que las prestaciones que ofrece el producto son, al menos, equivalentes a las de los productos convencionales que llevan décadas empleándose para el mismo uso. Otro factor a tener en cuenta es el ámbito en el que vaya a comercializarse el producto. Aquellos productos que apuestan por la comercialización en la UE, y en algunos casos incluso fuera del ámbito de la UE, encuentran en la ETE un documento reconocido que transmite confianza en la evaluación realizada y en las prestaciones declaradas, independientemente de su país de origen. Es por todo ello que cada vez más fabricantes optan por la vía de la ETE, a pesar de ser una vía voluntaria.