El papel de las baldosas cerámicas en la edificación sostenible
15 de febrero de 2012
Uno de los frentes de expansión, presente y futuro, para la baldosa cerámica es el de la arquitectura sostenible. Además de su función estético-decorativa en el revestimiento de espacios, las baldosas cerámicas juegan un papel cada vez más relevante en el marco de la sostenibilidad y la eficiencia energética gracias a sus propiedades intrínsecas, tanto en el mundo arquitectónico, el urbanismo o en el propio ámbito doméstico del hogar.
Son muchas las aplicaciones prácticas de la cerámica en este sentido: fachadas ventiladas que favorecen el mantenimiento del calor proveniente de la radiación solar durante las estaciones frías, y a la inversa, refrigerando el edificio cuando más calor hace; cerámica radiante que transmite calor a las estancias; suelos sobreelevados que evitan una insolación directa sobre la cubierta real del edificio; integración de células fotovoltaicas en las fachadas revestidas con cerámica; superficies autolimpiables con cerámica que contribuyen a reducir notablemente el consumo de agua y detergentes necesarios para su conservación y limpieza; pavimentos cerámicos conductores de calor que pueden llegar a ahorrar más de un 16% en la factura eléctrica de un hogar medio; o por ejemplo, las celosías cerámicas, que permiten regular la insolación de los espacios interiores facilitando su ventilación gracias a la creación de zonas de sombra.
Junto a todas estas aplicaciones, es un hecho que la continua disminución del grosor de las baldosas cerámicas ha permitido una reducción del 50% en el consumo de materias primas requeridas en su fabricación, un menor consumo de energía y con ello, menos emisiones de CO2 y menor generación de residuos en el caso de destrucción. Asimismo, por la propia naturaleza de su composición, la baldosa cerámica es de por sí un material sostenible. Se trata de un material de gran durabilidad y resistencia (menos escombros y necesidad de reposición), fácil de limpiar y mantener (ahorros económicos), es aséptico, por lo que no transmite olores, bacterias o emisiones contaminantes, además de ignífugo y resistente a las radiaciones solares.
Un material sostenible por naturaleza
Debido a sus propiedades intrínsecas, las baldosas cerámicas son ya de por sí un material de revestimiento idóneo para contribuir al desarrollo de soluciones sostenibles y eficientes energéticamente, tanto en el mundo arquitectónico y urbano como en el ámbito doméstico del hogar. Estas son algunas de sus características:
- Durabilidad y resistencia: la cerámica es uno de los materiales más resistentes a los desafíos ambientales, ya que es inerte y no le afecta la exposición al agua, al fuego e incluso a las radiaciones ultravioletas. Por tanto, un producto duradero implica siempre una menor necesidad de reposición, menos residuos y por tanto, un menor impacto energético y ambiental.
- Versatibilidad en acabados: se trata de uno de los materiales de construcción más versátiles. Es aplicable tanto en superficies verticales como horizontales, planas o curvas, interiores o exteriores, y en zonas secas o húmedas. Se puede crear prácticamente a medida en relación a tamaño, forma y ser tratada pictóricamente para adaptarse a las necesidades técnicas del edificio y la mejora de su eficiencia energética: con superficies reflectantes para iluminar zonas en sombra donde sea necesario o, en el caso contrario, con materiales y colores que absorban las radiaciones directas para regular de forma natural la temperatura de espacios y estancias.
- Bajo mantenimiento: requiere poco mantenimiento tanto en su conservación como en su limpieza, la cual se realiza bajo procesos y materiales de bajo coste e impacto ecológico.
- Material aséptico: su fácil limpieza y su carácter inerte lo convierten en un material que no trasmite olores o bacterias. Tampoco es fuente de ningún tipo de emisiones contaminantes a la atmósfera, por lo que las baldosas cerámicas contribuyen a la mejora de la calidad del aire en los interiores. Esta misma propiedad hace que las baldosas cerámicas sean un material idóneo para su posterior uso o reciclado.
- Material resistente al fuego: la cerámica es un material ignífugo, por lo que disminuye el riesgo de incendio en comparación con otros materiales en los edificios donde se instala.
- Material resistente a las radiaciones solares: la baldosa cerámica no pierde su color o intensidad por su exposición a los rayos solares. Esta propiedad junto a su resistencia y durabilidad, garantiza su inalterabilidad a lo largo del tiempo. Su ciclo de vida es por lo tanto mucho más extenso que el de otros materiales de recubrimiento.
Algunas propuestas novedosas
El recinto ferial de Valencia acogió la muestra Cevisama, en la que cerca de 100 empresas asociadas a ASCER expusieron sus novedades de producto, muchos de los cuales se orientan a mejorar la sostenibilidad de los edificios y las ciudades. Algunos ejemplos de desarrollos en este campo son los siguientes:
- Ya existe cerámica capaz de absorber CO2. Un metro cuadrado de esta superficie puede llegar a descontaminar hasta 250 microgramos/hora de los perjudiciales óxidos de nitrógeno (NOx) y retirar hasta el 74% de ácido nítrico (responsable de la lluvia ácida) del aire de nuestras ciudades.
- Los pavimentos cerámicos conductores de calor, gracias a sus nanoconductores, pueden llegar a ahorrar más de un 16% en la factura eléctrica de un hogar medio, lo que supone casi el coste de dos meses de la energía usada en la climatización
- Los sistemas de cerámica radiante permiten convertir todo el suelo en un gran panel emisor de calor, calentando así las estancias sin necesidad de conectar ningún otro sistema de calefacción.
- Se han logrado crear superficies autolimpiables con cerámica que contribuyen a reducir notablemente el consumo de agua y detergentes necesarios para la conservación y limpieza. Todo ello gracias a nanopartículas que confieren a la baldosa un efecto fotocatalítico, es decir, que reacciona con la radiación ultravioleta del Sol, produciéndose una oxidación que destruye la materia orgánica en contacto con la superficie.
- La continua disminución del grosor de las baldosas cerámicas ha permitido una reducción del 50% en el consumo de materias primas para su fabricación, un menor consumo de energía en su fabricación y con ello, menos emisiones de CO2 y menor generación de residuos en el caso de destrucción. El menor espesor y peso de las piezas también repercute en un menor impacto en su transporte.
- La industria cerámica ha desarrollado un sistema que permite integrar células fotovoltaicas en las fachadas cerámicas. Con ello se consigue disponer de paneles solares integrados en las estructuras arquitectónicas.
- Gracias a la cerámica cada vez más edificios utilizan fachadas ventiladas, por su importante aportación en términos de eficiencia energética. Las fachadas ventiladas favorecen el mantenimiento del calor proveniente de la radiación solar durante las estaciones frías, y a la inversa, refrigerando el edificio cuando más calor hace, especialmente en verano.
- Ya se comercializan baldosas cerámicas de colocación en seco, que se ensamblan entre sí sin necesidad de utilizar cemento ni otros materiales de adhesión. Por ello su instalación no genera residuos ni escombros, y además pueden ser reutilizadas de nuevo en cualquier otra estancia.
I+D: mejora de producto y competitividad
El sector cerámico español sigue hoy a la vanguardia mundial en cuanto a la aplicación de programas de I+D, con el objetivo de ofrecer a consumidores y profesionales productos de alto valor que respondan a las nuevas necesidades. Para ello, empresas e instituciones vinculadas al sector contribuyen para desarrollar un producto cada vez más competitivo y con ello, seguir abriendo mercado.
- Suelos calefactados para exteriores. Su objetivo es garantizar la comodidad y el confort de los clientes en terrazas urbanas mediante la preservación del calor en la superficie.
- Espesores mínimos. Hoy ya es posible obtener baldosas con espesores de entre 3 y 5 mm, lo que está convirtiendo a la cerámica en un producto más sostenible gracias al menor uso de materia prima para su fabricación, el abaratamiento del coste de transporte y un menor gasto energético en los procesos productivos.
- Piezas termoconformadas para la creación de volúmenes tridimensionales con material cerámico.
- Impresión digital, para personalizar piezas de cerámica con cualquier imagen.
- Cerámica translúcida. Baldosas de naturaleza vítrea que presentan una gama cromática muy amplia, otorgando una iluminación natural y un color exclusivo a los espacios donde se ubican.
- Colocación en seco, lo que permite un abaratamiento de costes, menor tiempo de colocación y una menor generación de residuos o escombros. Prácticamente un verdadero “do it yourself”.
- Piezas domóticas. La baldosa actúa como interfaz entre el usuario y la instalación domótica. El contacto de los dedos sobre la superficie de la baldosa permite la actuación (baldosas sensorizadas). También se ha comenzado a desarrollar su uso con sensores de movimiento o de peso para su empleo en edificios públicos y en aceras, por ejemplo para detectar la presencia de personas en un semáforo y que este mute automáticamente para permitir el paso de peatones.