El 30% del calor de las viviendas se esfuma por el tejado, según Danosa
Aunque el invierno aún no ha empezado de forma oficial, el frío ya se ha instalado en nuestras vidas y los hogares se preparan para su particular ‘vía crucis’ con la factura de la calefacción. Ahora bien, esta factura podría verse reducida considerablemente si las viviendas estuvieran lo suficientemente protegidas como para no sufrir pérdidas innecesarias de calor. Y es que los inmuebles tienen una serie de puntos críticos por los que se escapa la energía, siendo el tejado el principal, ya que por él se esfuma el 30% del calor de las viviendas, según el Mapa del Fríoelaborado por Danosa, especialista en soluciones integrales para la construcción sostenible.
Las cifras son para quedarse ‘helado’, ya que el 99% de las viviendas españolas sufre pérdidas de calor innecesarias en invierno por su ineficiencia energética, según Danosa. Esto se debe a que la mayoría no se acoge al Código Técnico de Edificación (CTE) de 2013 –ya que fueron construidas anteriormente-, el cual marca las pautas básicas que deben cumplir las nuevas construcciones, como la protección contra el frío y el ahorro de energía. Si bien estas fugaspodrían reducirse hasta en un 70% si se emplease un buen sistema de aislamiento térmico, el cual también permite un ahorro equivalente en la factura de la calefacción, es decir, unos 400 euros anuales.
Sede de Danosa en Fontanar (Guadalajara).
El tejado, el coladero
El tejado es la zona por la que más se escapa el calor en las viviendas españolas, ya que es la superficie más expuesta a pérdidas por radiación al ambiente exterior y al cielo nocturno, tan prologando en condiciones invernales. Es por ello que es en esta parte del inmueble donde hay que redoblar los esfuerzos a la hora de aislar el edificio, pues si los techos están fríos, en el interior se produce la llamada “radiación fría”, que no es otra cosa que la sensación de frío a pesar de tener la calefacción a tope.
Los muros, en pleno contacto con el frío exterior
Los muros son los culpables de la fuga del 25% del calor, a pesar de que deben (o deberían) ser los principales protectores del frío en las viviendas. Esto sucede porque, normalmente, no están equipados con la protección aislante necesaria y el material del que están compuestos traspasa al interior el frío de la calle. De ahí que cuando tocamos las paredes en invierno estén heladas cuando no han sido adecuadamente aisladas.
Mapa del Frío.
La renovación del aire deja que corra demasiado
Los sistemas de renovación del aire que se instalan en los edificios están diseñados para permitir que los ciudadanos respiren un aire que no esté viciado –e incluso contaminado- y no tengan problemas respiratorios. Si bien a veces se exceden y provocan que no solo se vayan ‘los malos humos’, sino también el calor, en concreto, el 20%. El propio CTE admite que en invierno el caudal de renovación del aire si es fijo puede ser excesivo, lo que potenciará la entrada de aire frío, aumentando por consiguiente el gasto energético. Debido a ello se está empezando a generalizar la comercialización de sistemas de ventilación con recuperación de calor. En estos sistemas el aire frío exterior entra en la vivienda atemperándose con el aire extraído en el recuperador o intercambiador del calor.
Las ventanas, cuidado con la ventilación
Las ventanas, al igual que los muros, soportan las bajas temperaturas del exterior constantemente, con el agravante de que los vidrios no tienen la misma resistencia al paso del calor. No obstante, es aún más importante asegurar que estén bien selladas entre el marco y el muro para que no se cuele el aire por todo su contorno. Asimismo, si decidimos abrir para ventilar con el frío invernal, debería hacerse por un tiempo máximo de 10 minutos, evitando así el enfriamiento innecesario de la vivienda.
La sorpresa del suelo
Si bien el suelo solo representa una media del 7% de pérdidas de calor, no hay que olvidar el hecho de que es la superficie más próxima a nuestro cuerpo, más aún si pensamos en los pequeños de la casa, que lo utilizan tan a menudo como superficie de juego. Un suelo aislado es un suelo confortable.
El puente térmico también tiene sus fugas
En un edificio aislado térmicamente a veces hay zonas que no ha sido posible proteger por razones de la construcción del edificio, Por ejemplo, cuando se interfiere con su estructura. En ese caso surgen auténticas fugas de calor en esos puntos. Por ello, aunque represente un porcentaje pequeño de pérdidas de calor, al estar muy concentradas puede originar problemas de condensaciones y formación de moho por el enfriamiento súbito de las superficies afectadas.
Todo esto convierte a las viviendas españolas en las grandes depredadoras de energía del país, pues consumen el 20% de la energía total que se gasta al año. Según el responsable de aislamiento térmico de Danosa, Carlos Castro, “con un buen aislamiento térmico no sólo ahorra el bolsillo sino que también se pueden reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y en el momento en que las ciudades padecen grandes problemas de contaminación, es imprescindible concienciarse para adoptar los nuevos paradigmas de construcción: más eficientes, más sostenibles y, al mismo tiempo, más confortables”.