TNU conciencia a los conductores para que reduzcan sus emisiones de CO2
El día 28 de enero, se celebró el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, también llamado Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, con el objetivo de crear conciencia y sensibilizar a los ciudadanos sobre el cambio climático y el impacto ambiental que esta ocasiona.
Tratamiento Neumáticos Usados (TNU), el Sistema Colectivo de Gestión de neumáticos Fuera de Uso, en el que se agrupan los principales distribuidores e importadores del país, propone a través de unos sencillos consejos de mantenimiento, como reducir la contaminación y alargar la vida del neumático. El objetivo es modificar algunas prácticas del conductor actual, para poder reducir la huella de carbono al máximo.
La huella de carbono se conoce como “la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto”. Tal impacto ambiental es medido llevando a cabo un inventario de emisiones de GEI o un análisis de ciclo de vida según la tipología de huella, siguiendo normativas internacionales reconocidas, tales como ISO 14064, PAS 2050 o GHG Protocol entre otras. La huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente. Una vez conocido el tamaño y la huella, es posible implementar una estrategia de reducción y/o compensación de emisiones, a través de diferentes programas, públicos o privados.
En el caso del neumático, su impacto medioambiental se produce en las tres etapas diferentes de su vida: fabricación, uso y reciclado. El trabajo para reducir su huella de carbono debe enfocarse en estas tres etapas, pero sobre todo en la etapa intermedia, la de su uso; la vida útil de un neumático, a ella se debe en su mayoría, alrededor de un 96%.
De esta forma, la mayor parte de las emisiones derivadas del propio neumático se deben a su uso y a la resistencia a la rodadura. Cuanto menor sea la resistencia, menor será su impacto medioambiental. Pero la resistencia a la rodadura no puede reducirse sin contar con otros aspectos básicos como la seguridad (distancia de frenado, adherencia en seco y mojado…) y la durabilidad. Lo ideal es mantener un equilibrio óptimo entre ellos, para conseguir un neumático más eficiente. La resistencia se incrementa si no se circula a la presión recomendada por los fabricantes, si ésta es la correcta, se puede reducir el consumo de combustible hasta un 3’3%, además de alargar su vida útil.
Asimismo, si todos los conductores de nuestro país, llevasen la presión correcta en sus neumáticos, equivaldría a una reducción anual de más de 1.320 millones de litros de combustible y más de 2 millones de toneladas de emisiones de CO2 al medio ambiente.