El difícil equilibrio entre no perjudicar a la industria automovilística y reducir la contaminación
Los autores de este documento son: Francisco Aparicio; Miguel Aguilar; José María García; José María López; Antonio Mozas; Rafael Riquelme; Jaime Segarra y Guillermo Wolf, quienes han contado con el apoyo del Colegio y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM y AIIM); la Asociación Española de Profesionales de Automoción (Asepa) y el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (Insia) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). El estudio se presentó en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UPM.
La preocupación por los impactos medioambientales, tanto a nivel global y local, afecta de manera directa entre otros sectores al transporte y en forma muy especial a los vehículos automóviles, por la elevada cuota modal que absorbe el transporte por carretera en la movilidad interior, de personas y mercancías, en los ámbitos urbano e interurbano.
Este informe, tal y como apuntó César Franco, decano del COIIM, tiene como objetivo “dar una visión independiente de cuáles son los retos y oportunidades de la transición hacia un nuevo modelo de movilidad sostenible”, con la aportación de datos y reflexiones de carácter técnico.
10% del PIB
La industria de la automoción representa el 10% del PIB nacional. El informe destaca que España es el primer fabricante de vehículos comerciales e industriales de Europa, segundo de turismos, y octavo a nivel mundial.
Se estima que las plantas de fabricación de automóviles y el sector de componentes cuentan con 300.000 empleados directos y 1,7 millones de empleados totales. “Esta industria es un pilar fundamental de nuestra economía, sin las decisiones adecuadas puede verse afectada por la transición hacia la electromovilidad”, apuntó Francisco Aparicio, coordinador del informe y presidente de Asepa.
El informe también destaca el elevado envejecimiento del parque automovilístico español en los últimos años. El parque de turismos rozaba en 2007 los ocho años de antigüedad, cifra que aumentó hasta los 12,4 años en 2017.
Los vehículos que se fabrican actualmente reducen las emisiones contaminantes en un 90 %, y las de CO2 en un 25 % respecto a las de un vehículo de hace diez años, pero los efectos no se perciben a gran escala con un parque envejecido. “Se considera imprescindible a corto plazo establecer incentivos para la renovación del parque que ayude en la reducción de los impactos ambientales de los vehículos”, recomiendan los autores del documento.
Los autores del informe apuntan que la situación del sistema eléctrico español es favorable tanto en capacidad de generación como en composición del ‘mix’. El estudio subraya que, si se sustituyeran un millón de vehículos de combustión por vehículos eléctricos podrían reducirse las emisiones de CO2 en un 6,4 %, aumentando el consumo de energía en 1,1 %, cantidad “asumible para la red actual”.
Impulsar el hidrógeno
En este sentido, se recomienda invertir en más instalaciones e infraestructuras de generación de energía limpias, así como en infraestructuras de distribución y puntos de recarga.
Los autores del informe apuntan a la necesidad de desarrollar la tecnología de la pila de hidrógeno, al considerarse el combustible más abundante del mundo y ser posible su fabricación. Este tipo de vehículos, una de las opciones más ventajosas a futuro, todavía necesitan continuar su desarrollo para conseguir ser competitivos.
El informe concluye con una serie de recomendaciones entre las que destaca la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado que dote de estabilidad las decisiones políticas y proporcione estabilidad a los inversores multinacionales.
Asimismo, los autores se muestran partidarios de asegurar la uniformidad regulatoria en los diferentes niveles de la administración. En el estudio, además, se apunta que las políticas impulsadas por las administraciones han de basarse en el principio de neutralidad tecnológica, y “considera imprescindible incluir planes de fomento de I+D+i con objetivos ambiciosos que permita a la industria asumir las nuevas oportunidades que ofrece la transición hacia una movilidad electrificada.”
