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La ventaja empresarial competitiva del sentido del tacto

Ákos Dömötör, consejero delegado de OptoForce20/12/2017
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El uso de sensores hápticos —es decir, con sentido del tacto— para robots industriales ofrece de inmediato ventajas competitivas esenciales. Gracias al extendido potencial para la automatización, aseguran una mayor eficiencia en la producción y también mejoran el rendimiento en procesos ya automatizados.

A menudo ofrecen un completo paquete de software con aplicaciones industriales estándar pre-programadas que acortan y simplifican enormemente el tiempo de integración y permiten al usuario obtener de forma rápida altos rendimientos. Para una empresa de fabricación, los sensores de fuerza / par de 6 ejes ofrecen la oportunidad de seguir siendo competitivos a escala mundial y conseguir, a la vez, que las producciones de bajo volumen sean rentables.

Automatización de tareas que requieren precisión; Oportunidad para las Medianas Empresas

La presión para encontrar la relación óptima precio-rendimiento aumenta y en Europa cada vez es más difícil por el aumento de los costes laborales y la escasez de técnicos cualificados y capacitados.

El nivel avanzado de automatización del proceso de producción simple que ya existe en Europa abre una oportunidad en el mercado mundial para las medianas empresas y ofrece a las marcas de manufactura una alternativa atractiva para trasladar las instalaciones de producción a países con bajos costes.

Sin embargo, para tareas que requieren de un alto nivel de precisión, el toque sensible de la mano humana ha sido esencial durante mucho tiempo y eso puede ser problemático cuando es exactamente lo que falta, es decir, personal cualificado. Al mismo tiempo, los entornos de producción se vuelven cada vez menos estandarizados —a medida que las tiradas de producción se acortan— y requieren sistemas robóticos más adaptables e inteligentes.

Los sensores de fuerza / par cierran esta brecha porque dan a los robots industriales el sentido del tacto. Los brazos robóticos equipados con sensores táctiles son capaces de percibir la menor resistencia o presión y eso significa que los robots ya no se limitan a moverse entre los puntos pre-programados, sino que se adaptan a sus movimientos y al entorno en tiempo real.

Por ejemplo, si se requiere colocar productos de tamaño estándar en una caja de cartón igualmente estándar —incluso si la caja no está bien posicionada— es suficiente pre-programar las posiciones y movimientos correspondientes en el robot. Pero cuando la tarea ya no es empaquetar productos estandarizados y del mismo peso sino más bien de tamaños y pesos personalizados —lo que es cada vez más demandado—, esta opción ya no es viable con posiciones pre-programadas porque requiere del sentido del tacto.

Sin embargo, la capacidad de los sensores hápticos —es decir, con sentido del tacto— para medir con precisión la fuerza permite a los robots percibir incluso la más mínima resistencia en cada paso de la tarea. Es decir, se les da el ‘sentido del tacto’ necesario para adaptar sus movimientos en tiempo real.

Así, se convierten en imprescindibles para ejecutar aplicaciones como apilar y empaquetar objetos o productos con diferentes dimensiones y pesos. Esto significa que las tiradas cortas de producción se pueden automatizar fácilmente sin la necesidad de re-programar el robot cada vez que cambia el tamaño del embalaje del producto.

La clave está en que los sensores de fuerza / par permiten utilizar robots industriales para tareas de producción para las cuales la sensibilidad de las manos humanas siempre ha sido esencial. Supone una ayuda para aumentar la eficiencia y productividad y es una forma de reaccionar a las crecientes demandas sin costes adicionales significativos.

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Mejora del rendimiento incluso en procesos ya automatizados

Los sensores de fuerza / par de 6 ejes, sin embargo, no solo contribuyen a expandir las posibilidades de automatización en aquellos procesos que antes no podían automatizarse. También ayudan a mejorar el rendimiento en procesos que ya están automatizados, ya que, un brazo robótico que navega de forma rígida entre puntos de referencia predeterminados es incapaz de detectar y reaccionar de manera apropiada a cualquier irregularidad, ya sea en la pieza de trabajo o en la superficie que se va a procesar.

El resultado pueden ser errores de fabricación que repercuten en la cadena de creación de valor, hasta la queja del producto por parte del cliente final. Incluso podría producirse un tiempo de inactividad de la producción, una situación desproporcionadamente costosa para cualquier empresa.

Sin embargo, estos escenarios pueden evitarse utilizando sensores con sentido del tacto, que garantizan precisión y calidad constante en el proceso de fabricación, evitando errores costosos, desperdicio de materiales y productos defectuosos.

Menor tiempo de integración para sistemas robóticos

Como con cualquier otra tecnología de fabricación, un factor que siempre es de importancia central en la introducción de un sistema robótico; el tiempo de integración. Además del coste de la implementación y la mayor eficiencia lograda, este es un factor decisivo a la hora de definir el ROI (retorno de la inversión) y, por lo tanto, la medida del éxito que la empresa puede esperar al usar la tecnología.

Cuanto más flexible y adaptable sea un sistema robótico, más fácil se integra y más rápido se amortiza generando ganancias. El sentido del tacto del robot a través el uso de sensores de fuerza / par de 6 ejes representa un valor significativo en la adaptabilidad de los sistemas robóticos, ya que, se pueden automatizar líneas de producción al mismo tiempo.

Un factor siempre relevante en la introducción de un sistema robótico es el tiempo de integración, esto se consigue a través del uso de sensores de fuerza / par cuyos paquetes de software pre-instalados son muy sencillos. Estos paquetes contienen una variedad de aplicaciones industriales estándar orientadas a los requisitos del sector en cuestión.

Las aplicaciones pre-empaquetadas —están listas para operar en solo 15 minutos— pueden incluir desde insertar conectores, aplicaciones de pulido hasta paletización. Además, no requieren de un extenso conocimiento de programación o costosos conocimientos de terceros, ya que, se trata de paquetes de software integrados.

En conclusión, la opción de utilizar sensores de fuerza / par para proporcionar brazos robóticos con el sentido del tacto es un valor que beneficia a la empresa. En última instancia, se consiguen mayores niveles de competitividad a través de la automatización de procesos precisos que antes requerían de la destreza humana y logran un mayor rendimiento y flexibilidad que permite un retorno de la inversión más rápido.

Entrevista a Ákos Dömötör, CEO de OptoForce

Ákos Dömötör, CEO de OptoForce, y parte de su equipo, participaron en la jornada ‘The Collaborative Automation Tour 2018’, celebrada los pasados 16 y 17 de enero en las instalaciones de Universal Robots en Barcelona. Interempresas tuvo ocasión de asistir al evento y de entrevistar a Dömötör.

Ákos Dömötör, CEO de OptoForce, en las instalaciones de Universal Robots, en Barcelona, el pasado 16 de enero

Ákos Dömötör, CEO de OptoForce, en las instalaciones de Universal Robots, en Barcelona, el pasado 16 de enero.

Ustedes desarrollan sensores hápticos, es decir, con sentido del tacto. ¿Qué quiere decir exactamente esto?

Se trata de sensores de fuerza/par de 6 ejes para robots colaborativos capaces de medir la fuerza de torsión aplicada. Son fáciles de instalar, robustos, ligeros, y especialmente útiles para producciones de bajo volumen.

¿A qué robots colaborativos se pueden implementar?

Los sensores de OptoForce son compatibles con los robots de Universal Robots y Kuka, y pronto también con los de ABB y Yaskawa.

¿Para qué aplicaciones son más adecuados este tipo de sensores y esta capacidad de sentido del tacto?

Principalmente, en la industria electrónica y en la de automoción, en tareas de precisión donde hasta ahora era imprescindible la intervención de un operario como en el ensamblaje de determinados elementos en los que es necesario controlar la fuerza y la precisión.

¿Pero no es este tipo de tareas las que puede realizar un cobot bien programado o un humano?

No siempre. Para el ensamblaje de una de las partes del teléfono móvil de una conocida empresa multinacional era necesaria una precisión de 0,05. Sin embargo, en el nuevo modelo la precisión requerida pasó a ser de 0,02, y a este nivel no podía llegar un cobot o un humano durante las 8 horas de una jornada laboral. En este caso, nuestros sensores resultaron la mejor solución.

¿Qué distingue a sus sensores de los de sus competidores?

Se pueden adaptar a robots colaborativos de diversas firmas y son sensores muy flexibles, de muy fácil programación y muy completos. Están hechos a medida para la pequeña y mediana empresa. Además, somos una compañía líder en nuestro mercado con más de 70 distribuidores en todos los continentes y el único fabricante del mundo que suministra el sensor de fuerza y el software.

¿Qué esperan del mercado español?

España está apostando fuertemente por la automatización y creemos que las pymes están empezando a darse cuenta de las ventajas competitivas que pueden aportar los robots colaborativos. Creemos en este país y queremos estar presentes con nuestros sensores para ayudar a las pequeñas empresas a destacar en un mercado cada vez más competitivo.

OptoForce suministra en España a través de distribuidores como Robot Plus, CFZ Cobots y Fluitronic a una amplia gama de industrias, incluyendo los sectores de salud, juegos, automoción, robótica industrial y electrodomésticos.

Empresas o entidades relacionadas

Robotplus, S.L.

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