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Tribuna de opinión

Invertir en I+D en España en tiempo de crisis

Aida López Merino, consultora senior, Sara Sierra Navarro consultora, Financiación de la Innovación Área Industria Química y Automoción, en Alma CG16/10/2013

Una reciente noticia advierte del interés del grupo PSA Peugeot Citroën en trasladar parte de las actividades de I+D que se realizan actualmente en sus instalaciones francesas, a una nueva unidad de innovación en un país con menores costes. Curiosamente, España está entre las tres primeras opciones junto con Portugal y Marruecos. Este no es un hecho aislado, es conocido el interés de los fabricantes de automóviles (OEMs) en invertir en España, que cuenta con 17 fábricas de automóviles y camiones. Sin embargo, hasta hoy estas inversiones estaban destinadas a centros de producción, dejando de lado centros de conocimiento y desarrollo, que son la clave para el futuro de la industria.

España ha sido tradicionalmente un destino atractivo para la inversión extranjera directa (IED) en empresas industriales que persiguen minimizar los riesgos de su inversión, buscando la excelencia en los servicios y una alta rentabilidad, gracias a unas excelentes infraestructuras de transportes, energías y telecomunicaciones. Sin embargo, a la hora de invertir en centros de investigación estas variables cobran menor importancia, siendo el coste de personal, que incluye tanto el sueldo bruto como las cuotas a la Seguridad Social, la variable de mayor peso a la hora de elegir país de destino.

Según el estudio realizado por la Association Nationale de la Recherche et de la Technologie (Anrt) acerca de los costes de investigación en Europa, las empresas que pretenden abrir o ampliar sus centros de investigación y desarrollo deben focalizarse en aquellas regiones que les permitan obtener el máximo retorno de la inversión. Entre los países más atractivos para captar el potencial investigador, España ocupa una posición privilegiada. En el estudio se analizaron doce grupos internacionales con actividades de I+D en distintos países, calculando el coste real efectivo por investigador y teniendo en cuenta las ayudas directas e incentivos fiscales en cada región.

La primera reflexión que pretende transmitir dicho estudio es que la competencia para atraer la actividad investigadora de las grandes multinacionales es cada vez mayor, pudiendo afirmar que una región sin un mecanismo de incentivos fiscales atractivo la hace ser descartada de inmediato. Si se procede a estudiar en detalle los datos del análisis, sorprendentemente España ocupa la segunda posición en el ranking, con los menores costes medios de investigador después de introducir el impacto de los incentivos fiscales.

Autor: Flavio Takemoto
Autor: Flavio Takemoto.

En España se puede recuperar hasta el 59% del coste de un investigador beneficiándose de las deducciones fiscales por I+D+i, según lo dispuesto en el Real Decreto Legislativo 4/2004 de 5 de marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades y sus modificaciones posteriores. Las deducciones fiscales por I+D+i son uno de los instrumentos más utilizados en la Política Económica de los gobiernos para fomentar y dar impulso a la investigación, el desarrollo y la innovación. Además de la deducción básica por I+D, que puede variar entre el 25% y el 42% del gasto, existe una deducción adicional del 17% para los gastos de personal de la entidad correspondientes a investigadores cualificados, adscritos en exclusiva a actividades de investigación y desarrollo. Por lo que, usando la misma referencia sin incentivos, el ahorro conseguido en España en relación con el coste del personal investigador alcanza el 50,5% de media empleando los instrumentos fiscales disponibles.

Es importante que el Gobierno aproveche la posición privilegiada de España, frente a otras potencias mundiales, a la hora de invertir en personal investigador y know how español, publicitando unos incentivos fiscales atractivos pero poco utilizados en comparación con nuestros vecinos europeos.

Con la recién aprobada Ley de apoyo a los emprendedores y a su internacionalización, España demuestra que está preparada para evolucionar y facilitar el cambio hacia la obtención de un mayor retorno fiscal. Esta Ley permite a las empresas con márgenes de beneficios más reducidos o en pérdidas, que hasta el momento no podían aplicarse sus deducciones por gastos en I+D+i, beneficiarse del reembolso de las deducciones no aplicadas hasta un límite de 3 millones de euros por año, siempre y cuando se reinvierta en innovación y se mantenga el número de efectivos de I+D. Esto supone un incentivo añadido a la actividad investigadora que permitirá captar nuevos centros de I+D+i en España.

Para ello, empresas como Alma CG ayudan a las compañías a identificar los gastos por actividades de I+D+i y a facilitar sustancialmente todo el proceso de gestión, consiguiendo financiación para nuevos retos empresariales y para seguir captando el potencial investigador extranjero, con el objetivo de que España sea una nación de referencia que brinde todas las posibilidades a las empresas para potenciar sus actividades y fomentar la competitividad.

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