El incremento de la competitividad por medio de la certificación OEA
En la etapa actual, superados los primeros estadios de expectación e incertidumbre asociados a la puesta en marcha de cualquier sistema novedoso, la figura del Operador Económico Autorizado (OEA) podemos decir que está consolidada, forma parte del lenguaje común de las organizaciones que componen la cadena logística, y se ha incorporado en muchos casos como objetivo estratégico de mejora de la competitividad en los planes de las empresas.
Los beneficios de obtener la certificación OEA son, ahora más si cabe, evidentes. Las comunidades logístico-portuarias compiten entre sí en un entorno global y las certificaciones OEA —o siendo correctos, el no obtenerlas— pueden suponer una desventaja competitiva con respecto al resto. Recordando el famoso título ‘¿Quién se ha comido mi queso?’, de Spencer Johnson, aquéllos que no den el paso de certificarse como OEA se harán en breve esta pregunta.
En un entorno tan competitivo y el contexto económico global actual, la necesidad viene impuesta por el mercado y los propios clientes.
Y para las empresas de Avia, de componentes de automoción, resulta un valor diferenciador y estratégico que puede garantizar el éxito de las operaciones comerciales.
En unos casos, los grandes operadores logísticos están exigiendo a sus proveedores la certificación OEA, exigencia que estos a su vez están trasladando a sus proveedores. Este efecto en cadena es inherente al propio estatus de OEA, puesto que la certificación requiere no sólo que la empresa certificada sea segura y de confianza para la Agencia Tributaria, sino que también incite a sus socios comerciales a serlo. Por lo tanto, quien carezca de la certificación se queda necesariamente fuera del mercado.
Y paulatinamente vamos a ver cómo llega a todos los proveedores de automoción esa exigencia que, no deja de ser, finalmente un beneficio para todos.
Otros motivos que inducen a la obtención del certificado son aquellos relacionados con los beneficios operativos y financieros que se obtienen por convertirse en socio de confianza de la Agencia Tributaria. Entre estos beneficios se incluyen los de elección del lugar de inspección física de las mercancías, notificación previa de reconocimiento físico, prioridad en los controles, menor número de controles físicos y documentales, reducción significativa de las garantías, o el despacho centralizado y comunitario.
Los beneficios relacionados con la imagen y reputación de una organización también están directamente relacionados con la certificación OEA. Al convertirse la empresa en socio de confianza de la Aduana, es posible optimizar la eficiencia de los servicios ofrecidos y, como consecuencia, la competitividad propia y de los clientes. Esta certificación es una distinción de las compañías logísticas que apuestan por ofrecer la máxima calidad y seguridad en los servicios prestados a sus clientes.
Obtener esta certificación supone obtener un estatus de socio de confianza para la Agencia Tributaria, para lo cual se requiere cumplir una serie de requerimientos; superar con éxito un proceso de auditoría que establece la propia Agencia - relacionados con aspectos como la seguridad de la información e instalaciones, trazabilidad, relaciones con socios comerciales, historial o solvencia financiera, entre otros – y, por último, mantener estas condiciones para seguir manteniendo la certificación OEA.
El proceso para llegar a ser socio de confianza de la Agencia Tributaria requiere un conocimiento profundo de los requisitos de la norma y los procesos logísticos. Por este motivo la decisión de prepararse para la certificación debe tomarse desde la dirección de la empresa e ir acompañada de una planificación de recursos para garantizar el éxito del proyecto.
La preparación para la certificación OEA implicará cambios en las empresas a nivel organizativo, técnico, de operaciones y/o administrativo. El esfuerzo y plazos requeridos dependen de las características de la empresa, tipo de certificación, grado de implantación de sistemas de calidad y gestión en la empresa y los recursos asignados al proyecto.
Sin embargo, la profesionalización y tecnificación de las industrias auxiliares de automoción englobadas en el Cluster de Automoción de la Comunitat Valenciana; y su trayectoria y compromiso con la mejora continua son base suficiente para que dichas industrias no vean ni encuentren especiales impedimentos en la certificación como OEA.
En líneas generales podemos afirmar que un proyecto de preparación intensivo de una empresa podría necesitar alrededor de 16 semanas, más el tiempo requerido para la solicitud y ejecución de auditorías por la Agencia Tributaria, en total unos 6 meses desde que se inicia el proyecto hasta que se obtiene la certificación. No obstante, es habitual que estos proyectos se prolonguen hasta una media en torno a 12 meses.
En la mayoría de casos, para asegurar la consecución del objetivo dentro de los plazos establecidos por la empresa y con garantías de éxito, se hace necesario contar con un asesoramiento externo. Esto es debido a que las empresas no disponen habitualmente de recursos propios con altos conocimientos de las exigencias requeridas del OEA y el proceso de preparación y certificación. Y en aquellos casos donde se dispone de estos recursos, un asesoramiento adecuado contribuirá a incrementar la eficiencia del proyecto de preparación optimizando la dedicación de los recursos propios. El consultor dará soporte a la empresa durante todo el proyecto de adaptación de procesos y sistemas de la empresa a los requisitos de la Agencia Tributaria,
Una decisión que influirá en el resultado del proyecto es la elección del socio o colaborador de confianza que asesore a la empresa. El consultor debe ser experto conocedor de los procedimientos de certificación y de los procesos logísticos, un valor diferencial que no todos los consultores son capaces de aportar.