El 37% de los españoles respalda financiar las infraestructuras del coche eléctrico vía impuestos
28 de enero de 2013
El estudio -difundido con motivo de la recién aprobada normativa europea que exige a España multiplicar por 60 sus puntos de recarga, hasta alcanzar los 82.000 en 2020- muestra cómo la escalada del precio de los carburantes y la necesidad de una movilidad más fluida en las grandes urbes acrecienta el interés por el eléctrico, cuyo coste apenas roza los 1,5 euros por cada 100 kilómetros. Según las previsiones del Ejecutivo, dentro de siete años circularán ya cerca de 2,5 millones de vehículos de este tipo por las carreteras españolas.
Curiosamente, sólo el 21%, frente al 22% de los europeos, piensa que deben ser los conductores de vehículos eléctricos los únicos que carguen con el peso de la tributación, conscientes de las múltiples ventajas que estos modelos tendrán sobre el bienestar general cuando se conviertan en una alternativa real de movilidad
En su opinión, el apoyo de todos los contribuyentes para soportar el coste de los aproximadamente 8.000 millones de euros que supondrá crear una red mínima de puntos de recarga en toda la Unión Europea se traducirá a la larga en una menor dependencia del crudo, pero, sobre todo, una menor contaminación tanto ambiental como acústica en los núcleos urbanos.
Según el director general de AutoScout24 España, Gerardo Cabañas, ”se plantea una transición hacia un escenario con motorizaciones alternativas porque el actual modelo energético no es sostenible a largo plazo; pero hacer más ágil el cambio exigirá discriminar de alguna manera a quienes continúen empleando motores tradicionales. Al fin al cabo, es un proceso que debe ser compartido por todos”.
Por su parte, si bien la opción de que sean los proveedores energéticos quienes se hagan cargo de sufragar las infraestructuras no parece, según el estudio, una opción realista, lo cierto es que el 17% (un punto por encima de los europeos) defiende un sistema de financiación a través de impuestos indirectos, donde las compañías suministradoras repercutan los costes a los consumidores.
En una comparativa por países, el estudio de AutoScout24 muestra cómo los franceses son los europeos más reticentes a participar activamente en la financiación de las infraestructuras relacionadas con la movilidad eléctrica ya que sólo el 27% es partidario de esta medida, seguidos de Bélgica donde sólo el 29% lo respalda.
En el extremo opuesto, se encuentran italianos (45%) y austríacos (41%), firmes defensores de un sistema de financiación en el que el contribuyente asuma los costes, ya sea a través de impuestos directos o indirectos; mientras España (37%), Alemania (36%) y Países Bajos (36%) se sitúan en un punto intermedio.