La demanda global de combustibles fósiles seguirá cayendo
La demanda de combustibles fósiles seguirá cayendo durante las próximas décadas sustituida por una cuota creciente de energías renovables y electrificación, según indica el nuevo informe de ‘Energy Outlook 2023’ publicado por bp. El documento recoge las principales tendencias que rodean las rutas de descarbonización para 2050 a través de tres escenarios diferentes: ‘Net Zero’, ‘Accelerated’, y ‘New Momentum’. Estos tres supuestos se han actualizado este año para considerar las consecuencias de la guerra en Ucrania y la aprobación de la nueva normativa norteamericana ‘Inflation Reduction Act’ (IRA).
Asimismo, los tres escenarios están diseñados para explorar las posibles variables del sistema energético mundial durante los próximos 30 años. “Comprender este abanico de incertidumbres ayuda a bp a diseñar una estrategia sólida frente a las distintas velocidades y formas en las que puede producirse la transición del sistema energético”, apuntaron fuentes de la compañía en su página web.
Por su parte, el economista jefe de bp, Spencer Dale, afirmó que “las políticas energéticas mundiales y los debates de los últimos años se han centrado en la importancia de descarbonizar el sistema energético y en la transición hacia las cero emisiones netas. Los acontecimientos del año pasado nos han recordado a todos que la transición también debe tener en cuenta la seguridad y la asequibilidad de la energía. Cualquier transición energética exitosa y duradera debe abordar los tres elementos del llamado ‘trilema’ energético: segura, asequible y con menos carbono”.
Del mismo modo, el informe indica que previsiblemente la guerra en Europa tendrá un efecto persistente en el futuro del sistema energético mundial, generando dificultades en la cadena de suministro energética y debilitando el crecimiento económico global. “El año pasado estuvo marcado por las terribles consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania. Desde un punto de vista exclusivamente energético, es probable que las interrupciones en el suministro de energía de Rusia y la escasez mundial resultante tengan un impacto duradero en el sistema energético”, explicó Spencer Dale
“En el momento en que escribimos este informe, la guerra continuaba sin un posible final a la vista. Como tal, cualquier análisis de sus posibles implicaciones debe ser tratado como preliminar. Sin embargo, la experiencia que sacamos de los años 70 sugiere que los eventos que aumentan la preocupación sobre la seguridad energética pueden tener un impacto significativo y persistente en los mercados”, añadió el economista jefe de bp.
Por otra parte, la ley norteamericana Iflation Reduction Act (IRA), firmada en agosto de 2022, incluye una larga lista de medidas dedicadas a la descarbonización de la economía en el país. En este sentido, el informe entiende que la nueva normativa tendrá un impacto directo en el sistema energético de EE.UU.
Los efectos de esta medida en el ‘outlook’ se concentra en el escenario ‘New Momentum’, en el cual, EE. UU reduciría sus emisiones en torno a un 22% para 2030, respecto a los niveles del año 2019, y experimentaría una bajada de hasta el 60% para 2050.
Algunos de los puntos principales del IRA en esta materia son:
- Energía eólica y solar: La capacidad de la energía solar y eólica se multiplicará más de cuatro veces para el año 2030, respecto a los niveles de 2019. Para 2050, la capacidad solar y eólica será más de diez veces superior, con alrededor del 20% de la capacidad instalada utilizada para respaldar la producción de hidrógeno verde.
- Hidrógeno: Veremos un apoyo significativo para el suministro de hidrógeno bajo en carbono, aumentando su uso hasta los 4 millones de toneladas métricas por año (mtpa) en 2030 y a 26 mtpa en 2050. Los incentivos del hidrógeno apoyan especialmente el hidrógeno verde, que representará alrededor del 60% del hidrógeno bajo en carbono de EE. UU en 2050, en comparación el 25% que pronosticaba el “Energy Outlook 2022”.
- Vehículos eléctricos: Las disposiciones de la IRA que respaldan la propiedad de vehículos eléctricos, combinadas con los compromisos a nivel estatal y de los fabricantes de vehículos, aumentarán el tamaño del parque de vehículos eléctricos de EE. UU en alrededor de un 15 % a mediados de la década de 2030.
- Biocombustibles: Los créditos adicionales incluidos en la IRA facilitan una penetración más rápida del combustible de aviación sostenible (SAF) hasta más del doble del nivel proyectado en la edición anterior del informe.
- Captura de carbono: Los mayores incentivos para la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en ingles) en el IRA respaldan su mayor uso en el sector eléctrico, así como en la industria y para producir hidrógeno azul. Con el IRA y otros incentivos, el despliegue de CCUS en los EE. UU alcanzará más de 100 mtpa para 2035 y cerca de 400 mtpa para 2050.
Tres escenarios en el ‘Energy Outlook’
De esta manera, el ‘Energy Outlook 2023’ toma como base estos tres escenarios (‘Accelerated’, ‘Net Zero’ y ‘New Momentum’) para considerar un amplio abanico de posibilidades en lo que respecta al futuro del sistema global de la energía.
En primer lugar, ‘Accelerated’ y ‘Net Zero’ analizan como el sistema energético podría cambiar en un contexto más favorable para la reducción de emisiones en 2050, con una bajada de las emisiones en torno al 75% en ‘Acelerated’ y de más del 95% en ‘Net Zero’. Para ello, ambos escenarios asumen un endurecimiento significativo de las políticas climáticas a escala mundial. Además, ‘Net Zero’ también tiene en cuenta un cambio en el comportamiento y las preferencias de la sociedad para apoyar aún más el crecimiento en eficiencia energética y la adopción de energías bajas en carbono.
Evolución de las fuentes de energía más destacadas. Fuente: bp 'Energy Outlook 2023'.
Así, estos supuestos más optimistas se encuentran alineados con los escenarios planteados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) para mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados en el año 2100.
En segundo término, ‘New Momentum’ refleja la trayectoria actual del sistema energético mundial teniendo en cuenta el notable aumento de las ambiciones y promesas de descarbonización de los gobiernos que hemos visto en los últimos años. En este escenario, las emisiones mundiales de carbono en 2050 se sitúan un 30% por debajo de los niveles de 2019.
El futuro de la energía global
Partiendo de esta base, el informe marca cuatro puntos clave para el futuro del sistema energético global: la caída del rol de los hidrocarburos, una rápida expansión de las renovables, el incremento de la electrificación, y la presencia de actividades “difíciles de descarbonizar”.
En este punto, el papel de los combustibles fósiles disminuirá desde un 80% en el año 2019 hasta unas cifras entre el 55 y el 22% para el año 2050. De esta manera, el rol de los hidrocarburos seguirá decayendo a medida que el mundo avanza en la transición energética. Además, el consumo total de combustibles fósiles cae en los tres escenarios que presenta el ‘outlook’. “Esta sería la primera vez en la historia moderna en la que podemos ver una caída de esta magnitud en la demanda de cualquier combustible fósil”, indica el informe.
Por el contrario, los tres escenarios coinciden en que la demanda de energía global crecerá, impulsada por las mejoras en la calidad de vida de los países menos desarrollados, al mismo tiempo que se desarrollan sistemas de eficiencia energética capaces de compensar el aumento del consumo global. Así, el informe estima un aumento del consumo eléctrico de entorno al 75% para el año 2050, teniendo en cuenta todos los escenarios.
“Para compensar los efectos de la caída en el uso de combustibles fósiles y el aumento de la demanda previstos, las energías renovables serán clave, encabezadas por la energía solar, eólica, la bioenergía y los sistemas de geotermia”, indica el ‘Energy Outlook 2023’. El análisis concluye que la participación de energías renovables en el ‘mix’ global aumentará entre el 35% y el 65% en 2050, impulsado por las mejoras en la competitividad de estas fuentes de energía y la proliferación de las políticas que fomentan la transición energética.
A su vez, el documento afirma que “en los tres escenarios, el ritmo al cual las energías limpias penetran el sistema mundial de la energía es más rápido que cualquier otro combustible a lo largo de la historia”.
Del mismo modo, el ‘Energy Outlook 2023’ pone sobre la mesa el papel cada vez más relevante del hidrógeno verde en aquellas actividades más “difíciles de descarbonizar”, especialmente para los escenarios ‘Acelerated’ y ‘Net Zero’. Así, el informe estima un aumento de entre el 13 y el 21% en el uso de hidrógeno bajo en carbono para mediados de siglo.
La caída de la demanda global de petróleo
El documento elaborado por bp detalla como la demanda global de petróleo se estabilizará durante los próximos 10 años antes de comenzar su caída durante en el resto del ‘outlook’, impulsada en parte por la disminución del uso del petróleo en el transporte por carretera “a medida que los vehículos se vuelven más eficientes—lo que les permitirá tener menores consumos— y utilizan cada vez más fuentes de energía alternativas”, tal y como apunta el ‘Energy Outlook 2023’ de bp.
En los escenarios de ‘Acelerated’ y ‘Net Zero’, los productos petrolíferos desempeñarán un papel fundamental hasta 2035 con unos consumos de entre 70 y 80 millones de barriles diarios (Mb/d). Hasta el año 2050 veremos como la demanda se reduce hasta los 40 - 20 Mb/d. Sin embargo, en ‘New Momentum’ los productos petrolíferos se mantienen cerca de los 100 Mb/d durante la próxima década, para comenzar a caer gradualmente hasta los 75 Mb/d en el 2050.
Como ya hemos indicado, las previsiones señalan una caída eventual de la demanda de productos petrolíferos a nivel global, especialmente por la bajada de su consumo en las economías más desarrolladas. Pese a ello, los datos de bp reflejan una subida importante en la demanda de los países menos desarrollados, que pasará de representar el 55% de la demanda global en el año 2021 a más del 70% para 2050.
El petróleo deja paso a otras energías
En esta misma línea, el papel del petróleo cae en todos los modelos de transporte reflejando la transición hacia alternativas bajas en emisiones. Un cambio en el que destaca la movilidad eléctrica para el transporte por carretera, y los bio-combustibles y el hidrógeno en transporte aéreo y naval.
En el transporte por carretera, el número de coches eléctricos —incluyendo híbridos enchufables— y vehículos de transporte de mercancías ligeros se incrementará hasta los 550 - 700 millones para 2035 — lo que representa el 30-35% del parque de vehículos— y en torno a 2.000 millones de vehículos —el 80% del parque— para 2050, en los supuestos ‘Acelerated’ y ‘Net Zero’.
En 2019, el parque global de vehículos eléctricos (VE) no superaba los 20 millones de coches, por lo que las estimaciones más optimistas del informe indican que, para lograr estos objetivos, a mediados del 2030, los coches eléctricos deben suponer la mayor parte de las ventas de vehículos. Para ello, “será necesaria la combinación entre una regulación más restrictiva, una mejora de la tecnología— abaratando costes y aumentando el rendimiento— y un aumento de la aceptación por parte de los consumidores”, especifica el documento.
También vemos un cambio importante en el papel del diésel en camiones y autobuses de servicio medianos y pesados. En 2021 el 90% de los camiones del parque mundial utilizaba diésel, y según los datos del informe, este número se reducirá hasta el 70 - 75% en 2035 y rondará el 5-20% en 2050. “Aquí el principal cambio es la electrificación, pero los camiones alimentados por hidrógeno también tienen un papel importante, especialmente para los usos pesados y de larga distancia. La elección entre electrificación e hidrógeno varía en función de los diferentes países y regiones, y sus políticas relativas a estas nuevas energías”, apunta el ‘Energy Outlook 2023’.
De esta manera, la electrificación del transporte por carretera estará liderada, en un principio, por China, Europa y Norte América, que en total sumarán entre el 60 y el 75% del crecimiento del mercado de los vehículos eléctricos hasta 2035. Para mediados de siglo, se estima que estas regiones representarán entre el 50 y el 60% del crecimiento en este mercado.
¿De dónde vendrá el petróleo?
A nivel global, los últimos años han estado marcados por la incertidumbre derivada de la coyuntura internacional. Esta situación propiciará un escenario plagado de cambios en la cadena de suministros del petróleo durante los próximos años.
“Con el tiempo vemos como cambia el dibujo de los suministros mundiales de petróleo, impulsado por la caída en la producción de Estados Unidos a finales de esta década, después de lo cual, su presencia disminuye a medida que desaparecen las ubicaciones más productivas, y la OPEP trata de aumentar su presencia. Simultáneamente, vemos una disminución sostenida de la producción rusa”, señala el informe.
Del mismo modo, el ‘outlook’ refleja una caída de la producción en EE. UU durante las décadas de 2030 y 40, al mismo tiempo que la OPEP adopta una estrategia más competitiva en un contexto de caídas aceleradas en la demanda del petróleo.
Así, la bajada de la producción fuera de la OPEP representa entre el 75 y el 85% de la caída de la producción del petróleo para 2050, en los supuestos de ‘Acelerated’ y ‘Net Zero’. En ‘New Momentum’, también vemos como, casi en su totalidad, esta caída corre a cargo de los proveedores fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Papel clave del hidrógeno verde
Asimismo, el documento pone de manifiesto el papel del hidrógeno renovable para la movilidad del futuro. Una tecnología que poco a poco se va abriendo paso en el mercado a medida que se ponen en marcha distintas iniciativas destinadas a desarrollar este vector energético.
En este punto, el informe destaca el papel fundamental del hidrogeno verde especialmente a la hora de reducir las emisiones en los sectores más “difíciles de descarbonizar”, tanto para la industria como para el transporte, en ‘Accelerated’ y ‘Net Zero’. Aunque, cabe destacar que en ‘New Momentum’ el papel del hidrógeno está limitado.
A corto plazo, el informe augura un desarrollo lento de esta tecnología. “En su mayoría vemos como estas aplicaciones se circunscriben únicamente a aquellas actividades en las que ya se estaba empleando el hidrógeno gris, como sustituto. Y no será hasta la década de 2030 cuando, debido a un menor coste de producción y un endurecimiento de las políticas de emisiones, el hidrogeno renovable comience a despegar”, según apunta el informe.
En el caso concreto del transporte, el ‘outlook’ indica que “el uso del hidrógeno estará centrado especialmente en el desarrollo de combustibles derivados del mismo para su uso en el transporte pesado de larga distancia por carretera, la aviación o el transporte marítimo”. Así, para 2050, el hidrógeno bajo en carbono y sus combustibles derivados representarán entre el 10 y el 20% de la energía final total utilizada por el sector del transporte, en los escenarios ‘Acelerated’ y ‘Net Zero’.