España necesita “urgentemente” un sistema energético más sostenible
De acuerdo con la mayoría de los indicadores del año 2015, el sistema energético español mantiene su senda de escasa sostenibilidad, según la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas Icai-Icade, en el que se alerta de que España necesita “urgentemente” realizar la transición a un modelo energético más respetuoso con el medio ambiente.
La Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad, resultado del acuerdo entre la Universidad Pontificia Comillas Icai-Icade y BP España, presentó el 30 de marzo las conclusiones del Informe 2016 del Observatorio de Energía y Sostenibilidad. En él se señala que en 2015 el sector energético español consumió 6,28 exajulios (EJ) de energía primaria y emitió 313 millones de toneladas (Mt) de CO2, generando un valor añadido (sin descontar los costes externos) de 53.200 millones de euros (correspondiente a un 4,9% del PIB).
Según el análisis de la Cátedra BP, en 2015 el sistema energético español retomó la senda, “ya desgraciadamente habitual”, de empeoramiento de los indicadores de sostenibilidad energética. Los elementos positivos, como fueron la recuperación de la actividad económica y la bajada de precios de los combustibles, no fueron aprovechados para seguir impulsando la eficiencia energética. Por tanto, se volvió a vivir un crecimiento de la demanda de energía (un 5,7% en energía primaria y un 1,4% en energía final), pero de forma poco sostenible, al apoyarse fundamentalmente en el uso de combustibles fósiles, lo que a su vez provocó un aumento de las emisiones de CO2 (un 16%) y de otros contaminantes.
Mayor contribución de las renovables
El Informe 2016 del Observatorio de Energía y Sostenibilidad (referente a 2015, pero que se publicó en marzo de 2017, cuando se dispone de los datos oficiales correspondientes a 2015) mantiene que, “claramente”, es necesario revertir esta tendencia, apostando por una mayor contribución de las energías renovables y, sobre todo, por el ahorro y la eficiencia energética. En este sentido, el análisis recuerda que “la intensidad energética española empeora, al contrario de lo que sucede en otros países de nuestro entorno”. Se trata de un fenómeno que “choca con el gran margen de mejora en la eficiencia de los usos finales de la energía”.
Todas las energías fósiles aumentaron su contribución al mix energético en el año 2015. El dato más relevante en aquel año fue el aumento del consumo de carbón (un 20%). Además, el mayor crecimiento fue protagonizado por el carbón importado (que pasó a representar del 86% el año anterior al 91%), "por lo que no se puede alegar que este aumento se produjera para favorecer a la minería nacional".
Al acto de presentación acudieron el profesor de Comillas Icai y del MIT, Ignacio Pérez Arriaga; Pedro Linares, profesor de Comillas ICAI y experto en sostenibilidad energética y Enrique González, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de BP.
El consumo de carbón creció un 20%
Este incremento de la participación del carbón en el mis energético fue consecuencia de la caída del precio internacional de este combustible, de un precio muy bajo del CO2 y de la situación climatológica, que estuvo marcada por la falta de lluvias -que hizo caer la aportación de la energía hidráulica en un 29% respecto al año anterior- y la sucesión de anticiclones, que incidieron en una menor aportación de la eólica. Ambos factores, unidos a la falta de nuevas inversiones en renovables, provocaron un descenso de la contribución de la hidráulica y la eólica a la producción de electricidad.
Por lo que respecta a la demanda de productos petrolíferos para el transporte, siguió recuperándose, tanto para el transporte de mercancías como el de pasajeros. Este sector consumió un 40% de la energía final y contribuyó con un 23% a las emisiones del CO2. El aumento del 7% de las exportaciones de productos petrolíferos, unidos a la reducción de las importaciones en un 2%, hizo que el sector del refino aumentara su actividad, una buena noticia para BP y su refinería de Castellón.
Todos estos factores tuvieron como consecuencia un aumento muy significativo (un 16%) de las emisiones de CO2 asociadas al sector energético, así como de la intensidad de carbono de la economía española, al contrario de lo que sucede en los países integrados en la OCDE. Esta tendencia permite concluir que la reducción de emisiones de CO2 durante los años de la crisis económica fue coyuntural y que, en cuanto se ha retomado la actividad económica, los indicadores de sostenibilidad volvieron a empeorar en España.
Retos del actual modelo energético español
En cuanto a los balances económicos, el Observatorio de Energía y Sostenibilidad destaca el descenso de los gastos en energía primaria (un 28%) debido al descenso de los precios de los recursos energéticos. En cambio, aumentaron los gastos en energía final, lo que supone un aumento significativo del valor añadido del sector, sobre todo en el refino de petróleo, aunque ese valor añadido se reduce en un 45% si se descuentan los costes externos del sector asociados a la emisión de contaminantes.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, el modelo energético español continúa presentando importantes desafíos respecto a la eficiencia económica, la dependencia energética exterior o al impacto medioambiental. Y como ya avanzaba en ediciones anteriores de este análisis, España continúa careciendo de una política energética estable, que proporcione señales adecuadas a los agentes y que contribuya a avanzar hacia la sostenibilidad del sector.
El estudio también analiza las actuaciones gubernamentales en el campo energético y mantiene que “los primeros pasos del nuevo gobierno han tenido luces y sombras”. Entre las primeras, “es de agradecer el consenso político acerca de la solución de la pobreza energética” y entre los segundos el informe lamenta que “sigue sin resolverse satisfactoriamente el problema del autoconsumo”, como tampoco se termina de concretar la subasta de nueva capacidad renovable prevista. Desde las instituciones internacionales (en este caso, la Unión Europea) también se recuerda al gobierno español la necesidad de realizar una reforma fiscal ambiental.
Necesidad de incrementar el precio del CO2
El hecho de que en 2015, un año en el cual las condiciones meteorológicas redujeron la producción de electricidad a partir de fuentes renovables (principalmente eólica e hidráulica), esta escasez de suministro se cubriese importando carbón, pone de manifiesto que la señal de precios del CO2 no es la adecuada, lo que “exige una reflexión sobre la necesidad de contar con un precio del CO2 más elevado que el actual y que afecte a todos los sectores”, pero dentro de un esquema que proteja los sectores expuestos a la competencia de países que no penalizan las emisiones, de forma que las energías que más CO2 emitan sean más caras, un reparto que favorecería las inversiones en tecnologías más eficientes, reduciría las emisiones e incentivaría el desarrollo de energías renovables.
En el Observatorio de Energía y Sostenibilidad en España se lamenta que España continúe adoleciendo de una política de Estado y de un consenso acerca de la transición energética necesaria. Además, denuncia que las promesas electorales de una Ley de Cambio Climático y Transición Energética no se hayan concretado todavía.
Por tanto, y en vista del carácter coyuntural de las mejoras en sostenibilidad de otros años, así como de la tendencia subyacente de empeoramiento, “parece fundamental comenzar ya esta transición energética hacia un sistema más sostenible”.
En este sentido, “es muy bienvenida la obligación impuesta por la Unión Europea a todos los países miembros de realizar Planes Integrados de Energía y Clima”. En concreto, el denominado Paquete de Invierno deja claro el compromiso de la Unión Europea con un modelo energético más sostenible y descarbonizado, y pone el acento en el importante papel de la eficiencia energética y del consumidor activo. “Ahora es el turno de España de responder a estos retos mediante una estrategia de largo plazo, consensuada entre todos, y que permita sentar unas bases sólidas para los inversores en los próximos años”.
Observatorio de Energía y Sostenibilidad en España
El objetivo del Informe 2016 del Observatorio de Energía y Sostenibilidad en España, publicado por la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de Comillas Icai-Icade, es valorar la evolución de los acontecimientos en el campo de la energía en España desde el punto de vista del desarrollo sostenible.
El dosier obtiene, a partir del análisis de fuentes de información y estudios, indicadores fiables y representativos de la evolución de la producción y consumo de energía en España, así como de sus implicaciones en el desarrollo sostenible. Además, aporta el análisis crítico y la valoración de la información obtenida que realizan los especialistas colaboradores de la Cátedra con el apoyo de expertos externos.