Tribuna de opinión
La fotovoltaica, una tecnología disruptiva
Se escucha a expertos técnicos destacar la gran flexibilidad y potencial que tiene la tecnología fotovoltaica para ser instalada sobre tejados, integrada en fachada sustituyendo elementos arquitectónicos, como muros cortina, en el mobiliario urbanístico, etc., las posibilidades son inmensas. Estas y otras muchas características de la tecnología fotovoltaica, hacen que sea protagonista de la evolución de los modelos energéticos en todo el mundo.
Lucía Dólera, responsable de Coordinación con Socios e Internacional, UNEF.
En la Conferencia de París sobre el Cambio Climático, el pasado mes de diciembre de 2015, se puso de manifiesto una serie de iniciativas llevadas a cabo en la cumbre COP21, y que representan un importante punto de partida en la lucha contra el cambio climático. El papel que puede jugar la energía fotovoltaica para la consecución de los objetivos establecidos en el acuerdo será clave.
Mientras este contexto genera un importante impulso al desarrollo de todas las energías renovables, el mundo está ya viviendo la revolución de la fotovoltaica, como demuestran los números de su evolución. Analizando la foto actual del sector fotovoltaico a nivel mundial en el 2015, se ve claramente esta revolución. Los datos publicados por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), indican que a nivel mundial en el 2015, se instalaron 50 GW de potencia fotovoltaica.
Asia fue el continente que más tecnología fotovoltaica instaló, con 15,2 GW en China y 11 GW en Japón. Le sigue en segunda posición Estados Unidos, con un total de 7,3 GW. Se destaca, además, el número de mercados emergentes en todos los continentes que han comenzado a contribuir significativamente al crecimiento global. Por ejemplo, Corea (1GW), Australia (0,9 GW), Tailandia, Malasia, Filipinas y Taiwán son ahora los mercados establecidos de fotovoltaica. Otros como Vietnam e Indonesia también están mostrando signos de posible desarrollo rápido de la FV en los próximos años. En la India se instalaron casi 2 GW en 2015, lo que refleja la tendencia positiva en este país. El continente africano y Oriente Medio representaron juntos cerca de 1 GW.
Los precios han bajado en los últimos cinco años más de un 80%.
En el caso de Europa, con cerca de 8 GW instalados, el mercado vuelve a crecer, tras varios años de decrecimiento, por el mercado de Reino Unido con 3,5 GW instalados, Alemania 1,5 GW o Francia 0,9 GW. Llama la atención que, a pesar de que España tiene uno de los mayores potenciales en el recurso solar de Europa, los números del mercado internacional contrastan con los datos del mercado español, habiéndose instalado en España solo 49 MW en el 2015.
La divergencia en la tendencia de los mercados fotovoltaicos internacionales y el nacional, se encuentra principalmente en la regulación. El RD 900/2015, regula las condiciones bajo las que los ciudadanos pueden realizar el autoconsumo eléctrico en España. Una legislación que, en lugar de apostar por el autoconsumo, no lo fomenta, estableciendo barreras económicas y administrativas. Para facilitar el desarrollo del sector fotovoltaico en España, se necesita un marco legal estable y preciso. Con una regulación favorable, ordenada y clara, el mercado volvería a resurgir, siendo de nuevo fuente de riqueza y recuperando el lugar de liderazgo en toda la cadena de valor del sector que nos merecemos.
Sin olvidar el papel importante que juega la I+D+i empresarial española, se han hecho verdaderos esfuerzos privados en los innumerables proyectos de investigación, tales como la integración de células en material cerámico; los paneles fotovoltaicos orgánicos translúcidos; diferentes tecnologías utilizando materiales en paneles de capa fina, etc.
En España tan sólo se instalaron 49 MW en el 2015.
Además, cabe destacar también el gran papel de los principales aliados de la fotovoltaica en el autoconsumo: el almacenamiento con baterías. Gracias a estos sistemas, se ofrece al mercado la generación de una energía fotovoltaica gestionable. En este sector de almacenamiento, también se están realizando grandes inversiones en la I+D+i, que posibilitan que se estén desarrollando nuevas tecnologías de acumulación como son: aluminio-aire, grapheno, de flujo o redox, ion sodio, iones de aluminio y plomo-carbono.
Todo lo que mueve este sector, hace que la tecnología fotovoltaica sea además una fuente de empleo cualificado y local. Para conseguir crear esos puestos de trabajo, el sector fotovoltaico español no pide ni subsidios, ni subvenciones, solo un marco regulatorio adecuado que permita trabajar, que facilite y haga lo más simplificado posible los trámites administrativos, tanto a nivel de compañías privadas como de la Administración. Que apoye la I+D+i, que ayude a crear riqueza fortaleciendo un tejido empresarial competitivo y que permita salir a competir con nuestra tecnología.
Es fundamental aprovechar las virtudes de esta tecnología, el futuro está en generar una energía más limpia, crear empleo cualificado, fortalecer un tejido industrial competitivo y un mejor aprovechamiento de los recursos autóctonos, contribuyendo de esta manera a reducir la dependencia energética de nuestro país.