La Fundación Renovables reclama una planificación energética basada en seis grandes propuestas
Todas estas medidas deben servir, según la Fundación Renovables, para salir de la situación actual en la que se está manteniendo un modelo que realimenta la crisis económica al incrementar el déficit comercial por el carácter inflacionista del mayor consumo de hidrocarburos y que se caracteriza por un caos normativo que no solo no logra reconducir lo que para el Gobierno es el único problema, el déficit tarifario del sistema eléctrico, sino que lo agrava.
La Fundación Renovables ha presentado su análisis sobre la situación energética señalando que el 2012 termina peor de lo que empezó, con un caos regulatorio y normativo como se ha demostrado en toda la gestación y tramitación del Proyecto de Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética. “La razón principal –ha señalado el presidente de la Fundación, Javier García Breva– es que el PP no sabe cómo acabar del todo con las renovables manteniendo los ingresos a las energías convencionales y actúa como si fuera cierto el acertijo de que muerto el perro se acabó la rabia. Solo se trata de recaudar y no de reformar el sistema eléctrico ya que ni siquiera va a garantizar su sostenibilidad”. Respecto al déficit de tarifa la Fundación advierte que, así como después de los recortes a las renovables del RDL 14/2010 siguieron subidas de la luz y después del RDL 1/2012 pasó más de lo mismo, ahora con la nueva ley de fiscalidad volverá a suceder y señala que las causas del déficit son las subastas de la TUR, los pagos al carbón, la baja demanda y los costes extra peninsulares.
Según la Fundación Renovables se siguen cometiendo los mismos errores porque no se han analizado los impactos de la crisis en el sistema eléctrico: el continuado descenso de la demanda eléctrica desde 2007, la crisis financiera que ha convertido el déficit tarifario en deuda pública con unos intereses desmesurados y la falta de competencia que hace que el precio de la energía se siga referenciando al de la fuente más cara, como el gas y el carbón, factores que hacen que el déficit se incremente sin parar. “De hecho –afirmaba García Breva-, sin renovables los problemas serían los mismos o más graves porque la sostenibilidad del sistema no depende de las renovables sino de una crisis que ha demostrado el fracaso de la planificación gasista que está en el origen de la sobrecapacidad del sistema, que paró el RDL 13/2012, y que está en el fondo de todas las tensiones actuales y también por la falta de competencia en el mercado eléctrico que se va a acentuar tras la desaparición de los organismos reguladores, CNE y CNC, y su unificación en la CNMC”.
El análisis de la Fundación concluye apuntando que se agrava la insostenibilidad del sistema ya que con un crecimiento negativo del PIB se incrementan las importaciones energéticas, se acrecienta la intensidad energética y aumentan las emisiones de CO2, lo que constituye un lastre a la competitividad de la economía por un modelo que desprecia el ahorro de energía y alienta el mayor consumo de combustibles fósiles importados. Para el presidente de la Fundación “es sintomático cómo se trata de ocultar el coste que tiene para la economía una dependencia energética tan desproporcionada y un diferencial de intensidad energética tan grande, cuando la decisión racional sería depender más de la energía que se tiene y dejar de incentivar el consumo de la que no se tiene”.
Partiendo del convencimiento de que la salida de la crisis económica exige un cambio del modelo energético y que nuestro país está más obligado que ninguno a hacer la transición de un modelo basado en la mayor dependencia y el mayor consumo de energía a otro basado en el ahorro de energía, las energías renovables autóctonas y la reducción de emisiones de CO2, la Fundación Renovables plantea las siguientes propuestas:
1- Definición de una estrategia a largo plazo mediante una planificación energética consensuada que defienda los objetivos europeos de renovables, ahorro y emisiones para 2020 y los objetivos post 2020 que figuran en la ‘Hoja de ruta hacia una economía baja en carbono y competitiva para 2050’ aprobada en 2011 por la UE. Las prioridades de la misma han de ser: Reducción de importaciones energéticas; Reducción de emisiones de CO2; Cierre ordenado de centrales térmicas de carbón, gas y nucleares; Incremento de los objetivos de renovables.
2- Plan de estímulos a la Generación Distribuida que incluya: Decreto de autoconsumo; Cumplimiento de las Directivas europeas de renovables 2009/28/CE, de Eficiencia Energética de Edificios 2010/31/UE y de Eficiencia Energética 2012/27/UE; Convertir al consumidor en el centro del sistema como consumidor-generador y participante activo en la gestión de la demanda; Eliminar las barreras que impiden la integración de las renovables en el urbanismo y el transporte, facilitar la implantación de los edificios de consumo casi nulo de energía, los contadores de balance neto y la rehabilitación energética de edificios.
3- Ahorro y Eficiencia energética. Transposición y cumplimiento de la Directiva de Eficiencia Energética 2012/27/UE a través de: Elaboración de una estrategia nacional de rehabilitación de todo el parque de edificios; Creación de un Fondo Nacional de Eficiencia Energética; Aprobación de un Plan de Acción Nacional de Eficiencia Energética; Ello requiere una reelaboración del PAEE 2011-2020, un plan de apoyo a las ESEs, la derogación del RDL 1/2012 y la publicación del decreto de certificación energética de edificios.
4- Prohibición de autorizaciones para explotación de gas y crudo no convencional. Se trata de impedir la destrucción del patrimonio natural y ambiental solo justificable por la codicia además de ir en contra de los principios básicos de la política europea de descarbonización de la energía.
5- Regular el principio de corresponsabilidad fiscal para que la transición de modelo energético sea equitativa y no se cargue exclusivamente al consumidor eléctrico sino a todos los consumidores de energía, como viene reclamando la Fundación desde hace dos años.
6- Plan de actuación específico paras las Islas Canarias y Baleares donde hoy día ya es más competitiva la generación renovable, constituyendo un modelo que en el futuro se replicará en toda Europa.