“En España no hay motivos para que la crisis de la vivienda se contagie al resto de sectores”
Entrevista a Josep Ramón Fontana, Jefe de la Unidad de Prospectiva Económica del ITeC
14/02/2008
14 de febrero de 2008
El pasado mes de diciembre el Institut de la Tecnologia de la Construcció de Catalunya (ITeC) dio a conocer los resultados del último informe Euroconstruct a propósito de la situación del sector de la construcción a nivel europeo. Uno de los responsables de elaborar dicho informe para España nos habla de la verdadera situación del sector en nuestro país.
Josep Ramón Fontana.
La actividad constructora en España caerá un 0,8 por ciento este año y 1,8 por ciento en 2009 por la crisis de la vivienda, según el último informe Euroconstruct. ¿A qué se debe esta situación?
Es una reacción ante el retroceso de la demanda. El sector está reduciendo sus niveles de producción de vivienda de nueva planta puesto que los compradores escasean. Por una parte, los compradores-inversores están migrando hacia otros mercados porque el sector residencial español ha perdido el atractivo de antaño desde el momento que los precios comenzaron a frenar su escalada. Y por otra, los compradores que buscan una vivienda para su uso propio están posponiendo al máximo sus decisiones a la espera de una bajada de precios y de mayores certezas en el mercado financiero.
¿Qué previsiones hay a nivel europeo?
Los pronósticos para la construcción en Europa también han empeorado y ahora se esperan crecimientos de tan sólo un 1,5 por ciento de crecimiento medio en el total del sector para 2008 y 2009. De nuevo el culpable de este comportamiento tan discreto es la construcción residencial de nueva planta, y es que la crisis de la vivienda no es un fenómeno exclusivo de España: entre los otros países grandes de la Unión, para 2008 se esperan números rojos en los mercados residenciales de Alemania, Italia y Reino Unido, y en Francia pueden llegar en el 2009.
No hace demasiado tiempo se manejaba la hipótesis de que la construcción residencial iba a experimentar un 'aterrizaje suave' tras su fase de apogeo. ¿Continúa siendo hoy una hipótesis válida?
Hay que reconocer que la desaceleración se está produciendo más deprisa de lo que se esperaba a principios del 2007. Pero incluso si el proceso se precipita, todavía quedan argumentos para contener la alarma. Habitualmente un ciclo se entiende como un proceso en el cual hay una situación de partida, unos años de crecimiento, y un regreso a la situación inicial. En el caso del sector español de la vivienda, hay expectativas de que la fase de regreso o aterrizaje no nos devuelva a la situación de partida, sino a un punto intermedio: ni tan bajo como las 300.000 viviendas que eran habituales a mediados de los 90 antes del boom, ni las 800.0000 viviendas de los mejores momentos del ciclo. Se cree que en la próxima década el sector residencial español puede moverse de una manera sostenible alrededor del medio millón de viviendas nuevas por año.
¿Qué medidas debe tomar el sector de la construcción ante esta situación?
Hay que volver a prestar más atención a las necesidades reales del mercado. Dejamos atrás una época en la cual la demanda absorbía todo el producto que el sector era capaz de producir: el producto bueno y el menos bueno, también. Esto se ha acabado, y no sólo porque los compradores se puedan permitir ahora ser más exigentes, sino sobre todo porque el sector financiero ya no está predispuesto a asumir los riesgos de antaño.
¿Cuál es el papel de la Administración ante esta circunstancia?
La vivienda pública parece ir encaminada a recuperar el papel que había jugado antes del boom inmobiliario. De hecho, ya en 2007 se han iniciado alrededor de 100.000 viviendas protegidas, una cifra nada despreciable que representa aproximadamente un 15 por ciento del mercado. Hay que remontarse hasta 1998 para encontrar una cuota parecida. Se trata de continuar en esta línea, puesto que está fuera de toda cuestión que hay una demanda significativa que no puede acceder al mercado convencional y que queda todavía mucho por experimentar en el tema del alquiler, un mercado muy desatendido por la oferta privada.
En contrapartida, la ingeniería civil concentra las mayores perspectivas de crecimiento para 2008 y 2009. ¿Cuales son los puntos fuertes de este sector?
Yo destacaría dos: los planes a medio plazo de infraestructuras de transporte, que comprometen al gobierno actual y a los siguientes a un esfuerzo inversor continuo y programado; y asimismo, el creciente papel de la participación privada en la financiación de este tipo de proyectos.
El caso de los países de la Europa del Este es particular porque difiere de la media de la zona Euroconstruct, ¿a qué se debe esta diferencia?
Los mercados combinados de Polonia, Hungría y las Repúblicas Checa y Eslovaca van a crecer una media del 9 por ciento anual durante el período 2008-2009. El sector que va a contribuir más claramente a estos resultados va a ser la ingeniería civil, donde se esperan incrementos de alrededor del 15 por ciento. La financiación con fondos europeos está desempeñando un claro papel motriz, parecido al que se presenció en España al final de los noventa.
Desde el ITeC hacen especial hincapié en que de todos estos resultados no se debe deducir que todo el sector esté atravesando un mal momento. ¿Qué mensaje quiere transmitir a los agentes de la construcción?
En la mayor parte de los países del grupo Euroconstruct existe el convencimiento de que los diferentes sectores de la construcción –residencial, no residencial y obra civil– se comportan de manera sustancialmente autónoma. Esto quiere decir que la recesión de la vivienda puede coexistir perfectamente, por ejemplo, con un mercado no residencial en crecimiento, tal como está pasando en Estados Unidos. En el caso de España tampoco hay motivos para que la crisis de la vivienda se contagie al resto de sectores.
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