La langosta, un crustáceo que escasea cada vez más
Caracterizada por tener unas antenas muy largas, capaces de sobrepasar la longitud total del cuerpo del animal; por su cola en forma de abanico fuertemente musculada que les permite nadar; y por la presencia de pinchos en el costado de sus segmentos abdominales; la langosta carece de pinzas y presenta un caparazón robusto de color rojo o violeta parda; además, los ejemplares más jóvenes tienen una banda longitudinal amarilla en la parte superior de su cuerpo.
La langosta tarda entre cuatro y cinco años en alcanzar la madurez, edad en la que alcanzará un tamaño aproximado de 20 cm. Aunque con el paso del tiempo, la langosta puede llegar a medir 40 centímetros y pesar 4 kilogramos.
Foto: Rafael Leal
Justamente por este motivo, investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han estudiado los beneficios de las reservas marinas en las langostas rojas; con el objetivo de evaluar las repercusiones del cese de la pesca en la Reserva Marina de las Islas Columbretes (RMIC) sobre la langosta roja, Palinurus elephas, sus comunidades asociadas y sobre las pesquerías adyacentes, así como mejorar y ampliar los conocimientos sobre su biología y ecología.
El estudio del IEO, en colaboración con el Centro Nacional Patagónico (CENPAT), ha demostrado tras dos décadas de protección en la Reserva Marina de las Islas Columbretes –conjunto de cuatro grupos de islas volcánicas que sumadas poseen 0,19 km2 situadas a 48,2 km al este del cabo de Oropesa (Castellón)– que la fecundad de la langosta roja en la reserva es 30 veces superior que en los caladeros adyacentes abiertos a la pesca.
Los investigadores del IECO aseguran que el beneficio reproductivo neto del área protegida a nivel regional se estima en seis veces el que se produciría si la reserva marina no existiese; concluyendo así el primer estudio en el que se cuantifica el beneficio de proteger el potencial reproductor de una población explotada a largo plazo.