Condiciones para garantizar un retrolavado automático en sistemas de filtración
A lo largo de nuestra experiencia en los distintos sistemas de filtrado, nos es muy habitual recibir consultas para un funcionamiento adecuado de los equipos durante el contralavado. Las condiciones de una instalación de filtración pueden variar con el paso del tiempo y esto, claro está, puede afectar al funcionamiento del equipo. Para ello, nuestro departamento de posventa ayuda a nuestros clientes a resolver esta problemática. De hecho, registra un número considerable de dudas que se producen cuando hay cambios ajenos en el sistema de filtración y, por lo tanto, se deben conocer muy bien las condiciones mínimas que se deben dar en las instalaciones para que el proceso de limpieza cumpla con estos mínimos requeridos. Cuando el equipo de filtración está bien dimensionado, simplemente se trata de realizar pequeños ajustes a corregir dentro del propio cabezal de filtrado.
Para garantizar un retrolavado automático en sistemas de filtración, es necesario tener en cuenta los siguientes condicionantes.
- La correcta elección del sistema de filtración
Conviene recordar que la función principal del sistema de filtración es evitar que lleguen partículas al destino final del emisor de agua; por ejemplo, al gotero en agricultura o a las boquillas en una torre de refrigeración.
Se necesita un buen conocimiento del sistema de retención, así como de la aplicación de destino y la calidad del agua a tratar, para poder obtener el máximo rendimiento posible del mismo.
Además de las características hidráulicas de la instalación, hay un factor muy importante que es el relativo a los parámetros físicoquímicos de la propia agua a filtrar. Nos podemos encontrar partículas que pueden dificultar este proceso y que pueden ser muy tediosas durante el proceso de contralavado: una concentración excesiva de sólidos suspendidos, una cantidad desproporcionada en materia orgánica, o bien los tensoactivos, en ocasiones pueden llegar a colapsar un sistema de filtro automático, resultando muy difícil desprenderse de ellos con las formas estándares de contralavado establecidas.
Para aguas con cierta complejidad, en lo que a materia orgánica se refiere, siempre es aconsejable —partiendo de un análisis exhaustivo de la calidad del agua— aplicar tratamientos fisicoquímicos previos a la entrada de las aguas en los equipos.
Igualmente, existen técnicas muy desarrolladas y que son de gran utilidad como son la decantación, la coagulación o la floculación.
Un caso por estudiar ocurre cuando el agua es peor de lo que se determinó (lo que suele suceder, sobre todo en años de sequía como los que estamos viviendo).
Para garantizar un proceso de retrolavado automático es necesario saber cuándo se deben instalar equipos de mallas, anillas, arena o microfiltración.
En este vídeo ayudamos a seleccionar de una forma correcta el sistema de filtración.
- La presión, la clave del buen funcionamiento
Estos equipos que funcionan a presión necesitan de esta para garantizar un retrolavado automático eficiente.
De forma estándar, nuestros equipos realizan el contralavado automático con la propia agua filtrada, por lo que es fundamental que la presión y el aporte de agua filtrada vaya acorde a las especificaciones técnicas de cada uno de ellos.
• Presión en salida
La gran mayoría de sistemas de filtración requieren una presión constante de salida de 2,5 bares durante el proceso de limpieza. No obstante, los filtros de anillas ‘low-pressure’ solo necesitan 1,5 bar y los filtros eléctricos de malla pueden hacer este proceso con 1 bar. Los equipos de arena admiten una menor presión durante el contralavado.
Por ejemplo, en el filtro automático de mallas, las boquillas del escáner de limpieza aspiran la suciedad de dentro del cartucho, que debe tener presión suficiente para aspirar las partículas incrustadas en la malla, así la propia fuerza del flujo del agua la pega contra esta. La boquilla tiene que poder extraer esa suciedad mediante succión y para ello necesita en salida una presión mínima (2,5 bares en la mayoría de los sistemas), que no debe confundirse con la presión de entrada.
En las anillas ocurriría lo mismo, pero en vez de fuerza de succión, se necesitaría esa presión en salida para poder despegar la suciedad de las anillas cuando se invierte el flujo del agua y esta sale por los orificios de la torre de anillas.
En los filtros de lecho lo que precisamos es una presión suficiente para poder remover perfectamente la arena y que salga la suciedad acumulada en el lecho filtrante.
Como recomendación general, siempre es aconsejable una presión en entrada ligeramente superior a la que se requiere.
• Presión diferencial adecuada
La presión diferencial es la diferencia de presión que se produce entre la entrada de agua bruta y la salida de agua limpia, o, en otras palabras, qué cantidad de suciedad vamos a dejar que acumule el filtro antes de darle la orden de limpieza. Decimos ‘’darle la orden’’ porque este parámetro es elegido en el programador.
En Lama hemos estudiado cada sistema para hacer una buena elección de la presión diferencial, determinada por la calidad de agua. Además, de ofrecer recomendaciones de cuándo se puede instalar un sistema u otro, también ayudamos a nuestros clientes con información técnica sobre cuál es la presión diferencial que nos asegura un correcto funcionamiento. Por norma general, debe ser 0,3 kg/cm2 en la malla, 0,4 kg/cm2 en la anilla y 0,5 kg/cm2 en arena. Nuestros programadores salen de fábrica con los parámetros de diferencia de presión ya creados, es decir, que cuando la diferencia de presión entre la entrada y la salida sean los que hayamos establecido, el programador enviará la orden de limpieza al filtro.
¿Qué puede ocurrir si no elegimos bien este parámetro?
Normalmente, cuando se modifica el programador para subir la presión diferencial es porque se quiere que el filtro limpie menos. Esta decisión puede ocasionar que entremos en ciclo de lavado porque, tras la limpieza, no se ha conseguido eliminar la suciedad por completo y —aunque tengamos correcto el parámetro de presión en salida e incluso una correcta elección del sistema de filtrado— el filtro vuelva a limpiar frecuentemente.
La correcta presión diferencial la determinará también la carga y tipo de suciedad que tenga el agua. Unas partículas inorgánicas sólidas son más fáciles de limpiar que unas que sean orgánicas, por lo que es posible que en algunos casos podamos aumentar un poco la presión diferencial, pero siempre siguiendo los parámetros recomendados, además de un seguimiento del funcionamiento del equipo tras el cambio.
En resumen, la correcta elección del sistema de filtración, la adecuada presión en salida durante la limpieza (2,5 kg/cm2 como recomendación general), así como una presión diferencial adaptada a nuestras condiciones de filtración son los pilares necesarios para asegurar el resultado esperado cuando planifiquemos un sistema de filtrado automático.
• ¿Qué podemos hacer ante la falta de presión?
A lo largo de nuestra trayectoria, nos hemos encontrado con esta problemática en numerosos clientes, especialmente en aquellos que necesitan filtrar aguas industriales.
Entre las soluciones más comunes podemos destacar las siguientes:
- Hemos desarrollado y perfeccionado sistemas compactos que permiten la posibilidad de evitar este tipo de inconvenientes. Como ejemplo, un sistema de filtrado automático para bajos caudales donde el propio equipo acumula el agua necesaria para el proceso de limpieza y aporta la presión suficiente para garantizar la limpieza. Nuestro ‘Autosenior One’ es una solución ante esta problemática.
- La ayuda de aire comprimido. Este procedimiento se emplea especialmente en los filtros de anillas automáticos durante el proceso de lavado. Esta solución aumenta de forma exponencial la velocidad de giro de las anillas y reduce de forma considerable el consumo de agua de lavado y los tiempos del mismo.
- La instalación de válvulas inteligentes. Cuando el programador comience el ciclo de lavado, cierra de una forma parcial la salida del equipo y se puede aumentar de forma temporal la presión. Para esta opción con válvulas, hay que tener muy en cuenta la bomba del sistema.