Las soluciones como mallas volumétricas o geoceldas son sistemas permeables capaces de controlar la erosión y mantener la biodiversidad
Grupo Projar recomienda el uso de revestimientos sintéticos permanentes para evitar la erosión en cauces por lluvias
La compañía del sector verde, Grupo Projar, recomienda el uso de materiales sintéticos permanentes, como mallas volumétricas y geoceldas, para evitar la erosión con la llegada de lluvias torrenciales en cauces de ríos y zonas húmedas.
Dependiendo de la situación y orografía del terreno, desde la compañía aconsejan la malla volumétrica en aquellos casos donde las pendientes son altamente inclinadas ya que se puede instalar por encima de los 40 grados de pendiente.
Se trata de una técnica que permite la creación de suelo fértil en zonas donde por su pendiente se imposibilita el extendido de tierra vegetal. Y, de este modo, se aúna la integración paisajista con la sostenibilidad.
Las mallas volumétricas, de 2 metros de alto por 2 de ancho, se anclan a la superficie mediante grapas de acero. Se trata de un sistema más económico que las geoceldas y especialmente indicado para terrenos más inclinados y tratamientos de control de erosión.
Mientras que la geocelda, recomendada en aquellos casos donde la pendiente sea inferior a los 40 grados, permite confinar tierra dentro de ella para que crezca la vegetación. Existen de diferentes tamaños y de diferentes profundidades.
Estos dos materiales son capaces de confinar y estructurar suelos para crear balsas de laminación o canales. Por lo que la utilización de este tipo de técnicas de bioingeniería y materiales es idónea para resolver problemas de control hidrológico y mejorar el valor ambiental de estas actuaciones.
Freno a la erosión
En ambos casos, según explica el Responsable de la oficina técnica de Grupo Projar, Pablo Navarro ,“se trata de técnicas que van a persistir a lo largo del tiempo, ya que se trata de materiales permanentes que arman el suelo generando un complejo resistente formado por vegetación, suelo y malla. Esto da como resultado un freno a la erosión mucho más eficaz que únicamente la vegetación, evitando que las lluvias torrenciales o el flujo en el canal se lleven por delante la vegetación y el suelo”.
En este sentido, aclara también que “este sistema está especialmente indicado para canales de transporte y drenaje de agua donde la vegetación debe ser de tipo herbácea para facilitar las labores de mantenimiento y mantener la capacidad hidráulica”.