Cada gota importa
Un hotel puede reducir drásticamente su consumo de agua haciendo inversiones mínimas. ¿Cómo? Gracias a los sistemas de reducción de caudal, muy efectivos en términos de costes y de ahorro de agua.
Desde el punto de vista de un hotel, reducir y hacer más eficiente el consumo de agua requiere considerar tres entornos complementarios: el cambio en la organización y la adopción de planes de gestión integrales; la inclusión de equipos y sistemas más eficientes; y el esfuerzo por involucrar al cliente, reorientándole hacia el consumo responsable de agua, a través de tecnología y con la ayuda de campañas de concienciación.
El primer paso es medir y auditar, planteando las necesidades específicas de sus instalaciones, las infraestructuras disponibles, las particularidades climáticas del entorno, la legislación vigente y la estacionalidad o picos de uso de agua en temporadas altas. Conociendo las necesidades, instalar equipos y sistemas más eficientes contribuirá a aumentar la productividad, la eficiencia y la fiabilidad, y reducirá los costes operativos, tanto energéticos como de agua; especialmente en la producción de ACS y bombeo, fundamentales para el confort de los huéspedes y para las operaciones más esenciales en el hotel.
Finalmente, el equipamiento que está en contacto con los huéspedes y usuarios del hotel también juega un papel muy relevante en la gestión eficiente del agua. Es fundamental involucrar al cliente, reorientándole hacia el consumo responsable de agua, ayudándose de campañas de concienciación y de la tecnología disponible, para que en su contacto con las instalaciones del hotel sea consciente del impacto de su consumo.
Precisamente, uno de los puntos críticos de consumo de agua en los hoteles son los espacios de baño, en los que se pueden incluir dispositivos que permiten hacer uso racional del agua y la energía, pero sin que se refleje en la calidad percibida por el cliente, como es el caso de los sistemas de ahorro de caudal.
¿Dónde pueden los hoteles ahorrar agua?
Existen diversas áreas y departamentos en las que los hoteles pueden ahorrar agua, tal y como refleja la 'Guía de Recomendaciones para la Gestión Sostenible del Agua',publicada por el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) y la firma Aqualogy, que incluyen las habitaciones, cocinas, instalaciones de ocio y zonas comunes, en las que se puede instalar perlizadores, duchas de bajo consumo y equipamiento más eficiente en el consumo de energía y agua; el mantenimiento de zonas verdes, con sistemas de riego con aguas recuperadas, que se adapten a la climatología y la estación; los protocolos de limpieza y optimización de agua; y el control de pérdidas de agua en climatización.
Como se puede ver son muchas las iniciativas en las que los hoteles pueden trabajar, y deben tender a la gestión centralizada e integrada, de los equipos y recursos que intervienen en el suministro, distribución y uso del agua en sus instalaciones. No obstante, la gestión del agua está aún, y salvo excepciones notables en el sector, dando sus primeros pasos.
Lo que sí han hecho algunos hoteles en España es optar por equipos de bombeo, climatización y producción de ACS más eficientes, lo que ha ayudado a reducir sus facturas energéticas asociadas al consumo de agua, e instalar sistemas de ahorro de caudal, que ciertamente generan ahorros muy relevantes en la factura del agua de los hoteles. De hecho, según un reciente análisis de ITH y de Stalvia, si los más de 14 mil hoteles españoles instalasen dispositivos como perlizadores y duchas de bajo consumo en sus instalaciones, en un año se ahorrarían el equivalente al agua que consume una ciudad con un número de habitantes similar a Málaga o Zaragoza.
53 millones de euros de ahorro para los hoteles españoles
En general, los dispositivos de ahorro de agua, que precisan inversiones muy bajas, se traducen en reducciones directas en el consumo, aunque dependiendo del sistema estos ahorros pueden incrementarse, como en el caso de la tecnología sobre la que se han hecho este análisis.
Los sistemas convencionales de ahorro de agua se basan en la mezcla de agua con aire, por efecto Venturi (un fluido en movimiento dentro de un conducto cerrado disminuye su presión al aumentar la velocidad después de pasar por una zona de sección menor). La salida de agua de las duchas con estos sistemas consta de pequeños orificios; por eso, en caso de falta de presión, sale muy poca agua, con una difusión muy pobre; pero si se da un exceso de presión, los rayos de agua llegan a ser molestos sobre la piel. Modelos con orificios sólo en la parte perimetral del cabezal, el confort de uso es muy bajo (el rayo de agua está vacío en el centro); mientras que si el agua tiene media o alta concentración de cal, se acumula en los orificios, tanto externamente, como internamente, lo cual reduce el confort con el paso del tiempo. Por otra parte, al mezclar agua con aire, aumenta el riesgo de propagación de legionela, en caso de que estuviera presente.
Además, los sistemas de reducción convencionales requieren de operaciones frecuentes de limpieza, tanto para desinfección como para eliminación de cal incrustada y acumulada. Con el tiempo, la cal acumulada interiormente deteriora el funcionamiento del dispositivo, y se debe sustituir, con mayor frecuencia que los dispositivos no ahorradores.
Para el estudio elaborado por ITH y Stalvia se usaron los sistemas de ahorro de caudal de última generación, de Bathlia, que disponen de un sistema patentado, con un núcleo formado por un tornillo-turbina, que, en combinación con una precámara de expansión, genera pulsos de presión alta y baja de forma imperceptible (30 veces por segundo), consiguiendo de esta forma un ahorro de agua de hasta el 60%. Otras ventajas adicionales son que ofrece un confort de uso superior, la difusión del agua es siempre uniforme y con una presión y temperatura correctas, compensa los fallos de presión; reduce los riesgos de legionela al no mezclar el agua con el aire; y elimina los problemas de calcificación.
Así, a partir del rendimiento este tipo de sistemas de ahorro de caudal, ITH y Stalvia han calculado el volumen de agua que un hotel podría ahorrar al contar con un equipamiento como éste. De esta forma, un hotel con 103 plazas (media nacional según el INE), se ahorraría al año aproximadamente el equivalente al agua que necesitaría para llenar una piscina olímpica (hasta 2.243 metros cúbicos), lo que para toda la planta hotelera española, formada por más de 14 mil hoteles, se traduce en unos 31 millones de metros cúbicos anuales de ahorro, lo que equivale al consumo total anual de una ciudad de unos 600 mil habitantes, de tamaño entre Málaga y Zaragoza.
En términos de costes, la disminución de consumo de agua en hoteles que se conseguiría instalando sistemas de ahorro de caudal también es muy relevante. Considerando que, según datos de 2013 de la Asociación Española de Abastecedores de Agua y Saneamientos (AEAS), el precio medio por metro cúbico del agua en España es de 1,7 euros, los hoteles españoles podrían ahorrase más de 53 millones de euros al año instalando este tipo de elementos. También se pueden conseguir ahorros indirectos en concepto de la energía necesaria tanto para calentar el agua como para el bombeo.
Desde el punto de vista económico, la instalación de estos sistemas de ahorro y consumo eficiente de agua tienen un coste muy bajo (una media de 2.300 euros para un hotel tipo de 103 plazas), son muy fáciles de instalar, su impacto en la operativa normal del hotel es prácticamente nulo, y la inversión se puede recuperar en un plazo de seis a siete meses.