Entrevista a Alberto López, director de Fima 2010
¿Qué sensaciones ha tenido a lo largo de la feria, cuando muchos días han tenido que abrir las puertas antes de tiempo ante la avalancha de gente que se agolpaba en la puerta?
La palabra sería satisfacción, y no porque consideremos que el trabajo que se ha hecho durante estos dos años ha sido adecuado y correcto, sino por el sentir del sector y de un expositor que ha apostado muy fuerte por una cita como esta en un momento complicado, ofreciendo un contenido de calidad. Y como no, también satisfacción por el visitante que viene en masa a la feria, porque quiere trabajar y quiere mejorar, porque no se resigna ante esta situación que no es la que todos queremos para el sector agrícola. Cuando este punto de encuentro de oferta y demanda mantiene tal buen humor, es decir que el expositor y visitante viene y se va satisfecho, para nosotros la satisfacción es máxima.
¿Qué valoración puede hacer en relación a que se hayan superado las cifras de visitantes de 2008?
Pues muy positiva, pero no es eso lo que nos mueve. En esta edición, que ha sido como un pequeño ‘oasis’ dentro de un momento tan crítico dentro del marco macroeconómico, no queremos quedarnos en los datos, con el clima que se ha vivido en la feria. El hecho que el agricultor haya venido en masa en el momento más crítico y se hayan desplazado a Zaragoza para visitar y participar en Fima, nos hace pensar que vamos hacia arriba con toda la fuerza del mundo.
Debo suponer que había temor hace unos meses a que a muchos expositores no acabasen acudiendo a Fima, pero los hechos han demostrado lo contrario. ¿Se trata de un marco positivo de cara a preparar Fima 2012?
Ocurre en todos los sectores que cuando la situación no es buena, se instala un cierto pesimismo en todo, y todo el mundo habla en negativo. Durante todos estos meses hemos estado trabajando desde la humildad y el silencio, no en cuanto a la promoción interna, sino también llevando Fima lejos de nuestras fronteras. Este año, con una rotación importante de empresas, ha habido más de 130 empresas extranjeras nuevas que han expuesto por primera vez en Fima. Nosotros teníamos muy claros nuestros objetivos, y la ilusión ha sido que la respuesta después de la demanda haya sido muy alta. Esto hace que todo el mundo apueste y reconozca Fima, y que de cara a la edición de 2012, en la que ya estamos trabajando, hay muchas empresas que ya nos hayan pedido repetir.
¿La gran asistencia también se ha traducido en ventas?
Absolutamente, aunque en ferias profesionales el objetivo no sea la venta directa. A ferias como Fima no solo viene el usuario final, sino también toda la red de distribución de las diferentes marcas. Por lo tanto, el objetivo de una empresa es preparar bien la feria, realizando proyectos de captación, promoción y financiación, y aquí en Fima se plasma todo ese trabajo. Todo ello rodeado de la competencia más directa. Y a pesar de todo, y aunque no sea el objetivo, los expositores nos han expresado su satisfacción porque finalmente han podido traducir muchas de sus acciones en ventas durante la propia feria.
¿Podemos decir que ferias como Fima demuestran que no todo esta perdido?
Nunca está nada perdido y menos en el sector agrícola, un segmento que es el que más crisis ha sufrido a lo largo de su historia. Sobre todo, porque siempre ha tenido problemas relacionados con el coste de las materias primas, de los productos, etc., y lo que Fima ha demostrado es que el campo está más vivo que nunca. No hay que olvidar que el sector agroalimentario en España es el más fuerte y el que más productos tiene, no solo el agricultor sino también la industria de la transformación de las materias primas. Lo que se está demostrando es que hay inquietud e ilusión y que todo ello ha de servir como ejemplo para que la sociedad reconozca el buen trabajo que se hace en nuestra agricultura.