El motor y la barra de corte provocan la mayoría de los incendios de cosechadoras
El 32% de los incendios de cosechadoras tienen su origen en el motor, el 30% en la barra de corte, el 20 en las transmisiones y el 20% en rodamientos 20%. Es la conclusión de un proyecto a tres años, financiado por el Gobierno de Aragón, en el que han participado la Escuela Politécnica Superior de Huesca, como centro tecnológico, Asaja-Huesca y la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME), como socios beneficiarios, y también la Asociación Aragonesa de Agricultura de Conservación, la cooperativa de Santa Leticia, de Ayerbe (Huesca) y la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes (Ansemat).
Durante la segunda jornada de FIMA 2020 se organizó una jornada informativa donde se explicó que los resultados obtenidos son fruto de una encuesta efectuada a propietarios de unas 275 máquinas en Aragón y Navarra, cotejada con datos bibliográficos de estudios realizados en Estados Unidos Australia y con datos peritados por la compañía de seguros Mapfre.
Según explicó el director de la Escuela de Huesca, Francisco Javier Ramos, con los dato obtenidos la propuesta es equipar las cosechadoras con sensores situados en puntos críticos que avisen cuando se alcanzan ciertas temperaturas para estar a tiempo de tomar decisiones. Para ello, se consideran también los datos ambientales clave (viento, humedad relativa, temperatura exterior, etc.), que también pueden influir.
El trabajo se ha realizado en continuo durante la campaña de cosecha a un número determinado de cosechadoras y, además, se han hecho ensayos de combustión en laboratorio con los residuos que quedan en la máquina, un elemento que puede iniciar la combustión cuando entra en contacto con esas zonas calientes. “Hemos estimado unas temperaturas mínimas para residuos de trigo o de cebada en torno a 250-300 grados, donde se inicia la combustión, y hemos comprobado qué zonas de las máquinas alcanzan esas temperaturas”, concluye Ramos.