Evolución en España de las Tecnologías SIN Zanja y sus principales ventajas
Una de las megatendencias que se aprecian en nuestra sociedad es, sin duda, la toma de decisiones que hagan factible gestionar de forma más eficiente nuestros recursos en el entorno de las ciudades. Esta gestión más ‘inteligente’ de las urbes es el principal objetivo de lo que ha venido en llamarse las ‘smart cities’. Pues bien, en el ámbito de las infraestructuras, desde hace más de 20 años, hay una asociación que viene luchando por el fomento de estas ciudades inteligentes. Se trata de Ibstt, que promoviendo el uso de las Tecnologías SIN Zanja, aporta significativas ventajas a todos los habitantes de las ciudades y al propio medio ambiente.
Empezaré comentando que la Asociación Ibérica de Tecnología SIN Zanja, Ibstt, se constituyó en julio de 1995 con el fin de desarrollar, promover y difundir los conocimientos y prácticas de la Tecnología SIN Zanja en beneficio de los ciudadanos y el medio ambiente.
Un reducido grupo de técnicos, unos por vocación y otros por andar nuevos caminos o por casualidad, cada uno de ellos en su ámbito y por su cuenta, que trabajaban en actividades SIN zanja, y más concretamente en la instalación y manipulación de tuberías enterradas sin necesidad de abrir zanja, al contemplar el sucesivo nacimiento de asociaciones similares a la nuestra, que estaba teniendo lugar en el resto de países desarrollados, decidieron constituir el embrión de lo que hoy es la Ibstt. Las empresas son siempre personas, y así lo veía este convencido grupo de entusiastas de las Tecnologías SIN Zanja.
Países afiliados a las Istt, International Society of Trechless Technology.
A veces por convencimiento, otras por el temor a que la presión de los afectados fuera a dificultar la tramitación y posterior ejecución de una obra en territorio público, lo cierto era (e iba a ser cada vez más) que la definición de cualquier proyecto quedaba condicionada por el entorno humano que iba a beneficiarse del mismo. El respeto al medio ambiente era un factor decisivo a la hora de proyectar y ejecutar cualquier obra pública. Cada vez más la Administración y las empresas gestoras de los servicios básicos, agua potable y residual, electricidad, gas, telefonía, fibra óptica, etc. valorarían la capacidad de inspeccionar las redes, rehabilitarlas en su caso y acometer las nuevas instalaciones con los métodos SIN Zanja. La tendencia era pasar de ejecutar las tradicionales obras que desde siempre han levantado en línea las calles y acerasy que provocaban incomodidades en nuestras ciudades, a la utilización de unas técnicas que resuelven el problema con la simple apertura de catas puntuales.
Por aquel entones, en España esta era una tecnología joven a la que veían un razonable futuro a corto plazo. No inventaban nada, al norte de los Pirineos era ya un mercado real, diversificado y competitivo. Todo ello hizo cuajar la idea de asociarse para compartir experiencias, dar a conocer como colectivo las citadas técnicas y generar confianza en los que empezaban a ser sus clientes.
En el resto del mundo desarrollado existía ya una organización que cubría estos mismos objetivos, la Istt: International Society for Trenchless Technology, con sede en Londres, que agrupaba una serie de sociedades nacionales homólogas a la que ellos estaban gestando.
En buena lógica contactaron con ellos y se constituyeron en Sociedad Ibérica de Tecnología SIN Zanja, en siglas Ibstt, integrando en la misma España y Portugal.
Desde entonces, en Ibstt hemos desarrollado nuestra labor en la apuesta clara de dar un paso más por convertir nuestras ciudades en lugares más saludables, prósperos y sostenibles, que proporcionen una buena calidad de vida a todos los ciudadanos mediante el conocimiento y aplicación de las nuevas Tecnologías en el ámbito de la Innovación y la Sostenibilidad.
Actualmente en Ibstt agrupamos más de 50 empresas y 25 entidades colaboradoras que promovemos la utilización de Nuevas formas de Localizar/Inspeccionar/Limpiar/Mantener/Construir/Rehabilitar/Renovar cualquier tipo de Infraestructura enterrada y de cualquier tipo de material, en las ciudades inteligentes o smart cities del siglo XXI: soluciones smart, limpias e eficientes, que no molestan al ciudadano ni perjudican al medio ambiente.
Quiero señalar que lo verdaderamente importante es la contribución que las Tecnologías SIN Zanja juegan en al actual escenario de la economía verde y desarrollo sostenible, al estar aprobadas por la ONU (Programa 21, Capitulo 34) como unas tecnologías ecológicamente racionales y ambientalmente sostenibles, que ofrecen un rendimiento medioambientalmente mejorado en comparación con las tecnologías tradicionales que implican la molesta apertura de zanjas en las ciudades. Garantizan el compromiso con la sociedad al evitar ruido, polvo, escombros, materiales de relleno o roturas del pavimento. No perjudican la vida del ciudadano de a pie, comercios, circulación, tráfico en las smart cities. Su empleo reduce hasta en un 25% los costes económicos de la obra frente al empleo de las tecnologías tradicionales, disminuyen un 30% la duración de la obra, facilitan la elaboración de los proyectos, y reducen en un 20% las emisiones de CO2, los costes sociales y ambientales en un 80%, así como los accidentes en un 70%, contribuyendo de ese modo a la conservación del planeta y a la promoción del desarrollo sostenible, jugando un importante papel en el nuevo marco de la Economía Circular, que persigue reducir el consumo y preservar las materias primas, el agua y la energía, al tratarse de soluciones limpias e eficientes con un alto componente tecnológico.
Las Tecnologías SIN Zanja tienen, entre otras muchas, dos ventajas respecto a la construcción tradicional, que las hace únicas e imprescindibles en una ciudad que presuma de actual, moderna e inteligente:
1. Reducen significativamente los costes sociales.
2. Son un factor clave en la lucha contra el cambio climático.
Entonces, ¿por qué son poco utilizadas en España? Por falta de conocimiento. Entre otras cosas, se necesita un impulso decidido de los gestores del agua para impulsar su utilización. En España, agrupadas en la Ibstt, existen empresas con sobrada capacidad técnica para desarrollar el sector. Como ya he dicho en alguna otra ocasión, las barreras para hacerlo “no son tecnológicas” (la tecnología existe, la maquinaria existe, los precios son más económicos y los profesionales existen), sino “políticas y sociales, de comportamiento, de toma de decisiones”.
Según la Organización Mundial de la Salud, y por vez primera en la historia, ya hay más población viviendo en ciudades que en el campo.
En 2050 el 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades. De este total, aproximadamente la mitad de los habitantes del mundo residirán en ciudades de entre 100.000 y 500.000 habitantes, y al menos un 10% de la población mundial lo hará en las denominadas megaciudades, es decir, urbes con más de 10 millones de habitantes. En un escenario así, ¿tenemos que seguir sufriendo y padeciendo en las calles de “nuestras queridas ciudades inteligentes del siglo XXI”, las molestas e incómodas zanjas a la hora de hacer obras?
No cabe ninguna duda que este es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. Para gestionar esta explosión urbana de una manera sostenible y asegurando la calidad de vida de los ciudadanos, es totalmente necesario extender el uso de las nuevas tecnologías, las Tecnologías SIN Zanja, Tecnologías No Dig, Trenchless Technologies, a la hora de instalar y mantener sus infraestructuras en el subsuelo, tal y como ocurre en el resto de países.
Insisto en la necesidad de convencer a los ayuntamientos de que existen nuevas formas de instalar infraestructuras urbanas con Tecnologías SIN Zanja, tecnologías innovadoras, tecnologías limpias e inteligentes que mejoran y facilitan la vida de sus ciudadanos, que minimizan los riesgos ambientales y garantizan el compromiso con la sociedad al evitar ruido, polvo, escombros, materiales de relleno o roturas del pavimento.
La transición hacia una Economía Verde requiere un giro Urgente de las prácticas actuales a la hora de mantener o instalar servicios en las ciudades inteligentes. Es necesario que todos nos impliquemos: líderes políticos comprometidos, profesionales capacitados, empresas con visión de futuro, agentes sociales y económicos… Es necesario colaborar, encontrar sinergias, optimizar recursos y trabajar en red. Unir esfuerzos en la búsqueda hacia una sociedad más sostenible con soluciones innovadoras que los ciudadanos necesitamos para un desarrollo sostenible de las infraestructuras de nuestras ciudades, soluciones ‘smart’ con un alto componente tecnológico, las Tecnologías SIN Zanja.
A 20 años vista, ni las cosas salieron tan bien como debían ni tan mal como podían haber salido. Seguimos en un campo apasionante, con más futuro que presente y con más presente que pasado. Seguimos pensando que las manzanas siguen en el árbol y que necesariamente la fuerza de la gravedad las hará caer. Y que en algo podemos ayudar.
A todos aquellos que tras la lectura de estas líneas, vean nacer o acrecentar su interés por las Tecnologías SIN Zanja, les invitamos a adherirse a la Ibstt.