El desarrollo del tractor autónomo de Case IH recibe una medalla de plata en el programa de premios de SIMA
Case IH ha recibido una medalla de plata en el programa de premios a la innovación de SIMA, la feria internacional de maquinaria agrícola francesa, en reconocimiento al potencial que ofrece al progreso de la agricultura su prototipo autónomo: el ACV. Dicho prototipo es una versión sin conductor del tractor Magnum CVX de la misma marca. Esta innovadora tecnología se presentó por primera vez en la feria estadounidense Farm Progress Show de 2016.
La medalla de plata para el Case IH ACV reconoce el valor de liberar a los operadores de tareas agrícolas monótonas, lo que permite reorganizar la mano de obra de una manera más eficaz e ir más allá en términos de eficiencia en la agricultura de precisión. “Esta tecnología es necesaria porque, en algunas partes del mundo, resulta cada vez más difícil encontrar mano de obra cualificada que trabaje muchas horas en las grandes explotaciones agrícolas durante picos de trabajo”, explica Dan Stuart de Case IH.
El ACV, resultado de cinco años de desarrollo, ayuda a afrontar este reto gracias a su capacidad de aprovechar al máximo las condiciones óptimas de clima y suelo, a la vez que minimiza la necesidad de horarios incómodos.
“El guiado automático y la telemetría ya están disponibles en los tractores actuales, pero la tecnología autónoma va más lejos. Basándose en los tractores convencionales de alta potencia Case IH Magnum existentes y usando el guiado automático AccuGuide, que se suministra con Case IH RTK+ GPS para obtener un guiado ultrapreciso, el concepto de tractor autónomo ha sido diseñado para permitir una monitorización y un control completamente remotos con el registro y la transmisión de datos del campo de manera inmediata. El Magnum CVX se eligió como tractor básico para el desarrollo del ACV debido al tipo de aplicaciones para las que se utiliza principalmente, como son la siembra y el laboreo primario/secundario”, explica Stuart.
Estos tractores grandes se utilizan a menudo para arrastrar plantadoras de gran anchura a altas velocidades, lo cual requiere mano de obra cualificada que trabaje largas horas para poder aprovechar al máximo los periodos de buen tiempo. El funcionamiento autónomo somete la mano de obra a menor presión durante estos periodos para sacar el máximo partido; asimismo, el ACV puede integrarse sin problemas en las flotas existentes y, además de la tecnología sin conductor, utiliza componentes de serie como el motor, la transmisión, el chasis y los acoplamientos hidráulicos/TdF/enganche.
El funcionamiento del tractor comienza con el uso de un ordenador portátil o de sobremesa para trazar los trayectos más eficaces en la explotación. La tecnología autónoma resulta ideal para las tareas que permiten esto, como son el cultivo, la siembra y la pulverización. También es aplicable a tractores más pequeños, donde puede emplearse, por ejemplo, en la siega o la pulverización de huertos. Después, es posible monitorizar y controlar la máquina con un PC o una tableta que muestra una interfaz totalmente interactiva para facilitar el uso, la monitorización y el registro de datos e imágenes de la máquina.
Case IH ha colaborado con el proveedor tecnológico Asi para crear el paquete de seguridad del ACV, que utiliza la última tecnología de infrarrojos, detección de metales, radar, láser y vídeo para garantizar la seguridad de terceros y un funcionamiento impecable.
“El ACV es actualmente un prototipo, pero el vehículo se encuentra en continuo desarrollo, y la tecnología que incorpora es relevante y está lista para situaciones del mundo real. Estamos siguiendo la evolución de las normativas sobre vehículos autónomos y desarrollando el tractor en carretera, además de considerar cómo optimizar los aperos para el uso autónomo”, afirma Stuart.