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Adoptando las medidas adecuadas

El declive del campo de Elche

Paco Seva Rivadulla16/05/2003

El campo de Elche atraviesa un declive social que aún puede detenerse adoptando las medidas necesarias e inculcando entusiasmo en las nuevas generaciones para que se hagan cargo del legado agrícola.

Artículo publicado en la Revista Horticultura 144 - Abril 2000.

El sector agrícola del Campo de Elche atraviesa un profundo declive social y económico que se ha convertido en una realidad en el año 2000. El municipio de Elche se caracteriza por disponer de una rica industria de calzado, que ha generado durante muchísimos años grandes ingresos económicos para los empresarios de este ramo y para los habitantes de esta localidad alicantina, estando siempre la actividad agrícola en un segundo plano.
No obstante, hay que reconocer que el retroceso que ha experimentado el sector primario nunca ha sido tan evidente como en los tiempos actuales. Las cifras hablan por sí solas. De hecho, no es ningún misterio afirmar que la superficie agrícola se ha reducido en un 60 por ciento en los últimos cinco años, lo que ha traído consigo que cultivos como los cítricos, las hortalizas o frutales hayan prácticamente desaparecido debido al retroceso que han experimentado y por el abandono de la actividad agrícola por parte de los productores.
No es nada nuevo, el descubrir que más del 70 por ciento de los agricultores ilicitanos tienen una avanzada edad y no existe, por desgracia, una renovación en la actividad agrícola, lo que pone en una situación muy difícil el porvenir del agro en esta zona productora de la provincia de Alicante.


Actividad comercial
Sin embargo, la actividad comercial en el Campo de Elche sigue siendo muy activa en cuanto a los operadores comerciales privados, que sí están jugando una función muy importante por su aportación al sector agrícola, en contraposición con la práctica desaparición del sector cooperativista, que por diversas razones (descapitalización, situación económica poco saneada, mala gestión, etc) se han reducido hasta prácticamente no tener presencia.
De hecho, en estos momentos solamente hay tres cooperativas agrícolas que están funcionando, lo que pone de manifiesto el escaso, por no decir nulo, interés que tienen los agricultores en el movimiento cooperativista, que no se ha consolidado en esta zona de Alicante. La economía industrial basada en el calzado, los servicios, el textil y la construcción, han eclipsado las posibilidades que tienen los agricultores y los comerciantes del Campo de Elche.
Muchas tierras agrícolas han pasado a convertirse en solares para construcción tanto de chalets como de edificios con pisos modernos, y es palpable el enorme crecimiento que ha seguido la construcción que ya se ha comido una buena parte de la zona de campo de Elche. Ante semejante panorama, que no se ha descrito con un tono completo de pesimismo, cabe señalar que el sector necesita acometer un plan de reestructuración que gravitaría en torno a los siguientes parámetros:
1. Es necesario dotar al Campo de Elche de una infraestructura de riego moderna, sustituyendo el riego por goteo al riego a manta, así como trabajando a favor de conseguir el esperado trasvase Júcar-Vinalopó que alivie los problemas hídricos que atraviesa el campo ilicitano.
2. Hay que desarrollar medidas de incentivación que permitan a las nuevas generaciones incorporarse a la actividad agrícola con facilidades. Es decir, créditos blandos, subvenciones a fondo perdido, etc.
En definitiva, que los jóvenes encuentren aliciente en este sector y no se vayan a otros sectores como la construcción o los servicios.
Es necesario encontrar buenos gestores para las cooperativas ilicitanas y llevar a cabo una campaña para promover e incrementar el número de cooperativistas, actualmente muy bajo, con el fin de llegar a poder consolidar este movimiento dentro de los circuitos comerciales europeos. Es necesario apostar por una horticultura fuerte, moderna y competitiva, para que el Campo de Elche se pueda convertir en una zona tan próspera como es El Campo de Cartagena para los agricultores.
De esta manera, se conseguirá que las nuevas generaciones vuelvan a recuperar su entusiasmo, interés e ilusión por la agricultura y se animen a rescatar esta actividad.
Cumpliendo estas premisas, al menos se conseguirá que el Campo de Elche no siga retrocediendo y se evitará su desaparición, que si llegara a darse condenaría a muchísimas familias y supondría el fin de una comarca histórica muy ligada siempre a la producción de frutas y hortalizas de primor y alta calidad.