Fertilización mineral en árbol
12 de mayo de 2003
Las aplicaciones de urea son una buena vía para elevar el contenido de nitrógeno de las hojas. Durante la poscosecha, cuando el follaje de los manzanos comienza a amarillar, es habitual que los huertos reciban una fertilización mineral, ya sea al suelo o vía foliar. Esta práctica es necesaria, básicamente, para restablecer al menos en parte los nutrientes extraídos por la fruta de la temporada
Las aplicaciones de urea son una buena vía para elevar el contenido de nitrógeno de las hojas.
Durante la poscosecha, cuando el follaje de los manzanos comienza a amarillar, es habitual que los huertos reciban una fertilización mineral, ya sea al suelo o vía foliar. Esta práctica es necesaria, básicamente, para restablecer al menos en parte los nutrientes extraídos por la fruta de la temporada (fundamentalmente potasio) y para preparar a la planta para una adecuada brotación en la primavera (especialmente con nitrógeno y boro).
Entre los elementos factibles de suministrar por vía foliar figuran el nitrógeno, el fósforo, el potasio y el boro. El que no se considere al resto se explica, en parte, porque no todos son devueltos a la planta desde las hojas senescentes.
Según una investigación realizada con manzanos Gravenstein, de 12 años, sería ineficiente aplicar cincy magnesio, debido a ese fenómeno. Más aún, al final de la temporada el calcio sería movido desde el árbol hacia las hojas.
Además, se constató que el 16% de la materia seca de las hojas volvería a la planta; es decir, azúcares, metabolitos secundarios (como los fenoles, responsables de la inducción del receso invernal) y otras sustancias.
Cuánto suministrar
Durante este período, la dosis de fertilizante a suministrar dependerá, entre otras variables, de la cosecha alcanzada durante la temporada; el nivel de los elementos en las hojas; el crecimiento del árbol (diámetro del tronco); la sintomatología de las hojas y fruta; la movilidad del elemento en la planta; la eficiencia de la aplicación y de la absorción; la formulación del producto; la fertilidad del suelo.Para compensar la extracción de nutrientes que realiza la fruta, la literatura europea (suiza, alemana) señala que en aquellos huertos de más de 7 y 8 años (plena producción) por cada tonelada de manzanas producida se requiere reponer 1 a 1,3 kg N y 1,3 a 1,5 kg K. Estas dosis son sólo de mantenimiento, y bajo situaciones de déficit mayores, indicados por análisis foliar y sintomatología, el requerimiento puede ser más alto.
El nitrógeno, fósforo y potasio son suficientemente móviles al interior de la planta; no así el cinc, el manganeso, el hierro, el boro, el magnesio y el calcio, especialmente cuando son aplicados por vía foliar. La mala redistribución interna de estos últimos hace que deban ser focalizados en los tejidos que los requieren.
La efectividad de estas aplicaciones es variable. Influyen en ella las condiciones ambientales y, especialmente, el desarrollo de la canopia. En plantaciones adultas, a pleno follaje, el empleo de un volumen de agua controlado y nebulizadores convencionales permitirían que la eficiencia de aplicación de los productos foliares alcance a 70% (60% hojas; 10% corteza; 2% fruta), lo que se considera adecuado en huertos homogéneos.
De los nutrientes que llegan a depositarse en las hojas no todos son absorbidos a igual velocidad. Entre los más rápidos figuran el nitrógeno y el potasio. El fósforo, el manganeso y el hierro serían los más lentos; de hecho, este último elemento tendría que utilizarse en forma quelatada (asociado a un compuesto orgánico) para asegurar un ingreso aceptable.
Para mejorar la absorción es muy apropiado el empleo de productos minerales formulados
especialmente. Sin embargo, no todas las alternativas disponibles en el mercado son adecuadas; hay que tener presente que no siempre una alta concentración es sinónimo de una mayor efectividad.
Aporte al suelo
La eficiencia de la absorción radicular de los nutrientes dice relación con su etapa de crecimiento activo; muy tarde en la temporada (primeras hojas amarillas) ésta disminuye. Para el nitrógeno aplicado al suelo (ensayo en ciruelos) tendría un tope cercano a 40%. Ésta se logra a mediados de temporada, cuando cesa el crecimiento vegetativo (noviembre-diciembre).
Una sobredosificación puede causar alteraciones en la zona radical que afectan la eficiencia de
absorción del elemento. Altas dosis de urea inducen una baja del pH, lo que puede ser significativo para la disponibilidad de otros elementos (por ejemplo, inhibe la absorción de calcio y solubiliza el manganeso con una eventual toxicidad).
De este modo, no es apropiado aplicar nitrógeno temprano en altas dosis cuando se usa urea. En huertos con producción la aplicación de ésta y del potasio debe ser diferida hasta noviembre para favorecer la absorción de calcio desde el suelo.
El nitrógeno foliar
La urea es la forma más utilizada en las aplicaciones foliares de poscosecha.Cuando comienzan a caer las primeras hojas es probable que gran parte de las restantes hayan
formado su capa de abscición, por lo que la absorción y traslocación no son adecuadas. Por lo tanto, las aplicaciones al follaje deben ser programadas con anticipación (no más allá de marzo o mediados de abril). En las variedades tardías los tratamientos deben ejecutarse inmediatamente después de la cosecha.
Un terreno fértil
No sólo la cantidad y concentración de los elementos en el suelo determina su fertilidad, también la relación existente entre ellos. La capacidad de intercambio catiónico (CIC) indica la cantidad de un elemento que puede ser adsorbida por las arcillas y humus, principalmente. En suelos frutales el calcio debiera ocupar sobre 70-80% de la CIC, y el magnesio, el segundo elemento en importancia, 10 a 12%.
Datos Clave
Traslocación
Las hojas senescentes pierden el 52 a 65% del nitrógeno que contienen en favor de la planta.
Área foliar
Un índice de área foliar de 4 corresponde a 40.000 m2 de hojas/há, lo que representa 2.400 kg MS/há.
Fuente nitrogenada
La urea contiene 46% de nitrógeno; es decir, 1 kg del producto aporta 460 gr del nutriente.
Nivel de referencia
Un nivel de nitrógeno foliar deficiente es 1,8% y uno adecuado de 2,32%.
Fuente, Ing, Agr. Jose Antonio Yuri, publicado en Circular Cafi Nº 30/03