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Las otras barreras del TLC

Acuerdo comercial entre Corea del Sur y Chile

HorticomNews04/04/2003

4 de abril de 2003

Para aprovechar el tratado con la nación asiática los productores chilenos deberán enfrentar la cultura proteccionista coreana, el peso político de sus agricultores, la herencia feudal y los problemas geopolíticos. Aunque suene paradójico, el proteccionismo arancelario de Corea del Sur puede ser el aspecto más positivo del tratado que Chile ratificaría este año con ese país.

Para aprovechar el tratado con la nación asiática los productores chilenos deberán enfrentar la
cultura proteccionista coreana, el peso político de sus agricultores, la herencia feudal y los
problemas geopolíticos. Aunque suene paradójico, el proteccionismo arancelario de Corea del Sur puede ser el aspecto más positivo del tratado que Chile ratificaría este año con ese país.

¿Por qué? La razón es muy simple. Frente a competidores directos como Australia, Nueva Zelandia, México o Canadá estados con los que Corea no tiene acuerdo de libre comercio las empresas chilenas podrán colocar sus productos con precios menores a los de sus rivales.

Más aún, debido al escaso volumen de las exportaciones agrícolas chilenas, el efecto neto del tratado con Corea sólo puede ser positivo para el sector silvoagropecuario. Basta recordar que los productos agrícolas representan sólo el 1,4% de las importaciones chilenas hechas por el país asiático.

"Estamos hablando de un país en que a la gente le gusta comer bien y que tiene ingresos anuales cercanos a los US$10 mil", señala Fernando Thauby, abogado y Master de la Korea Maritime University.

Para Darío Guzmán, jefe de la Oficina Comercial de Chile en Corea del Sur, hay dos rubros en que claramente se ven buenas perspectivas. El primero lo constituyen las carnes de cerdo. "Este producto fue autorizado a ingresar a comienzos del año pasado y ha sido muy bien aceptado en el mercado local. Fueron en total casi 3.400 toneladas, lo que refleja que la calidad y el precio han sido competitivos, especialmente en un mercado en que la carne de cerdo es de consumo alto y por lo mismo, con consumidores exigentes", afirma Guzmán. El segundo producto con buenas posibilidades es el vino, especialmente los tintos, debido a que ha sido identificado por la prensa coreana como benéfico para la salud, elemento clave para los coreanos al momento de decidir sus compras de alimentos.

Al respecto Guzmán señala que "el mercado del vino se está expandiendo, lo que sugiere la necesidad de que el sector piense y lleve a cabo acciones que le permitan comenzar a ser más conocido, educar al consumidor y posicionarse, ya que obviamente no estamos solos y nuestra competencia goza de una mayor imagen".

Los peros
Sin embargo, antes de meter su producción en un barco directo hacia la península coreana, los
productores chilenos deben tener en cuenta ciertas particularidades del acuerdo de libre comercio, el primero al que llega Corea del Sur.

Básicamente hay tres puntos a considerar. El primero se refiere a que existen dos traducciones del documento original que fue redactado en inglés: una en coreano y otra en castellano. "Los dos idiomas son muy distintos, lo que da espacio para interpretaciones diferentes. Hay que considerar que ya cuando se litiga en tribunales chilenos, con leyes redactadas por nacionales, hay fuertes diferencias en las interpretaciones", señala Thauby.

Otro elemento fundamental se refiere a que los exportadores chilenos "pagarán el noviciado" de ser los primeros en abrirse paso gracias a un acuerdo de libre comercio en un país que hereda una cultura de fuerte intervención estatal en la economía.

Hernán Gutiérrez, director del Programa Asia Pacífico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, ejemplifica este punto al describir la reciente política de exportaciones de Corea del Sur.

"El Estado estableció un sistema de castigo y recompensa para desarrollar las exportaciones. El gobierno controlaba la banca, protegía los bienes que querían que se produjeran y subsidiaba las exportaciones. Pero también podía castigar: el que no cumplía con los requerimientos técnicos de penetrar los mercados extranjeros, se le quitaba la protección y se podía ir a la quiebra".

Para Fernando Thauby la capacidad del Estado coreano para intervenir en la economía se refleja en las disposiciones legales. El ejemplo más claro es que "la Constitución dice que el comercio exterior es un área importante y que debe ser regulada y protegida por el Estado".

El tercer elemento a considerar es que los productores agrícolas pueden enfrentar dificultades
adicionales por la importancia que tradicionalmente ha tenido el campo para la política coreana. Esta situación deriva de un pasado feudal muy cercano y de políticas de seguridad alimenticia.

"En los países del noreste de Asia, es decir Japón, China y Corea, el feudalismo fue el sistema
predominante de organización social. Estos estados se proyectaron fuera del sistema feudal recién a fines del siglo XIX y, sobre todo, a principios del siglo XX. Claramente la esencia del feudalismo es la ligazón con el campo y lo rural", afirma Gutiérrez.

La memoria reciente de los coreanos también les hace preocuparse por asegurar la alimentación de su población ante la posibilidad de eventos catastróficos. "Es un pueblo que ha sufrido mucho durante su historia. Cualquier persona que hoy tiene más de 50 años en Corea, es alguien que de chico tuvo que vivir en carne propia lo que era una guerra", señala Thauby.

Basta revisar los diarios para corroborar el beligerante clima que se vive en la zona por sus vecinos de Corea del Norte. Estas experiencias han estimulado la tendencia coreana al autoabastecimiento agrario, colocando para ello tanto barreras arancelarias como paraarancelarias con el fin de permitir el desarrollo de una agricultura nacional aunque ésta tenga costos mucho mayores que los de productores internacionales

A pesar de las dificultades mencionadas, los analistas entrevistados por la Revista del Campo están de acuerdo en señalar que Corea enfrenta acelerados cambios en su relación con la economía internacional y que cada vez se va afirmando una cultura de apertura hacia el exterior, aun en el tema agrario. Depende entonces de empresarios con espíritu pionero la posibilidad de aprovechar las oportunidades que el actual giro de la economía coreana da a campo chileno.

Fuente: Diario El Mercurio, Rev. Del Campo, 04-03-03, artículo publicado en Circular Cafi Nº 20/03