Las enfermedades del rosal
Las enfermedades del rosal. Claro que tenemos que hablar de ellas, y como reconocerlas, pero solo porqué es "muy importante" intentar limitarlas al máximo o incluso prevenirlas. Y la manera más segura es escoger variedades "resistentes" o al menos "poco sensibles".
Queremos vestir una bella avenida muy transitada con plantas. Bueno, muchos son los criterios que tendrán que cumplir las plantas antes de ser escogidas. Color, altura, floración,... y "resistencia". Para mucha gente el rosal podría ser protagonista; si no fuera,... por la resistencia.
¡Las enfermedades! Desde luego consideradas por muchos, el punto flaco del rosal,... !Y con razón ! Lamentablemente existen demasiadas variedades poco resistentes, causantes de que cada vez más se descarte automáticamente el rosal de las plantaciones y jardines. Que lástima, porque en cuanto a la floración, pocas plantas pueden competir con el rosal. También sabemos que el rosal existe en todas las alturas, (ver primer artículo sobre los rosales antiguos en QEJ 101) realmente hay desde el tapizante más bajo, hasta el trepador que alcanza fácilmente seis metros. Y si perdonamos que no hay el color azul y negro, hoy en día, no tendremos límite para encontrar lo que buscamos. Pocas plantas ofrecen un abanico tan variado de colores.
Seamos sinceros, en los últimos cien años, creando nuevos colores y variedades, algunos obtentores se han olvidado un poco de la resistencia. Pero por suerte, aún tenemos a nuestro alcance el "material básico" para poder RE-introducir la resistencia en nuestras nuevas variedades. Muchos obtentores vuelven a presentar variedades obtenidas de rosales antiguos, combinando los nuevos colores con la "antigua" resistencia. Además contamos con mucha más experiencia, y sobre todo, antes de presentar una nueva variedad hoy en día, los obtentores ponen su listón muy alto. Para estar seguros de ofrecer un buen rosal, los obtentores controlan durante varios años (incluso hasta siete), todas las características de su futura novedad, y el factor "resistencia", está muy arriba en su lista de factores imprescindibles.
¡ Mas vale prevenir que curar !
Es obvio que sería imposible hablar de todas las enfermedades, plagas y fisiopatologías en un artículo, y tampoco es plan. Más vale prevenir que curar. Algunas circunstancias fomentan problemas, que podríamos evitar:
a) El lugar adecuado (ver artículo de zonas frías y calientes).
Todos los trepadores de la familia 'wichuraiana' como 'Wedding Day' (1950) toleran bien una exposición cerca del agua. Pero el trepador 'Zéphérine Drouhin' (Borbonia - 1868) no tendrá ni un día sin Oidium, si lo plantamos aquí. Tanto para grandes plantaciones como para el jardín pequeño, es imprescindible preguntar al comprar las variedades elegidas, si realmente son apropiadas para la zona de ubicación. Son muy importantes los factores como el tipo de terreno, el tener mucha o poco agua, mucho sol o media sombra... Un rosal en el lugar equivocado tendrá siempre un aspecto débil, no hará muchas flores, cogerá todas las enfermedades, e incluso morirá.
b) Una preparación adecuada del terreno.
Muy breve, porque en próximos artículos miraremos de forma más extensa como preparar y mejorar el suelo para rosales. Sobre todo no podemos plantar en lugares donde anteriormente habían rosales. Todos conocemos los nemátodos que suelen estar alrededor de las raíces de los rosales. Las raíces se deforman de las múltiples picaduras de los nemátodos y los rosales adquieren aspecto muy débil hasta que finalmente se mueren. Hay que renovar la tierra, con tierra lo más parecida a la existente, pero sobre todo no sustituir con otra totalmente diferente a la presente.
· Para jardines, es mucho mejor coger tierra de otro lugar del jardín, para no crear una confusión al rosal al extender sus raíces. Si lo requiere la condición del suelo, podemos mejorar, mezclándolo con sustrato (máx. 1/3). Una solución biológica preventiva (no al 100 %) es la plantación de Tagetes, que enterramos en el otoño.
· En grandes plantaciones puedo aconsejar claramente un análisis del suelo. Los rosales lo prefieren ligeramente ácido, (entre 5,5 / 6,5 pH) y el análisis nos indica como mejorarlo.
c) El abonado adecuado para evitar fisiopatologías (Ver próximo artículo sobre el abonado).
Si hay una planta que quiere abono, es el rosal. ¡El rosal quiere comer, y mucho! Y tenemos que abonar con el abono adecuado en las diferentes épocas del año. En las grandes plantaciones nos podremos aprovechar del análisis del suelo como punto de partida para los cálculos del plan de abonado. Un abonado incorrecto (falta o exceso) se demuestra inmediatamente en las hojas, que cogen una decoloración diferente según el tipo de carencia de nutrientes.
d) Una poda correcta. (Ver próximos artículo sobre la poda).
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Además de ser muy importante para la floración, hay otras razones en las que nos tendremos que fijar un poco más al realizar la poda.
Al plantar el rosal es imprescindible quitar todas las raíces y ramas rotas, incluidas las que están ligeramente dañadas ya que sólo invitan a las bacterias y insectos a instalarse.
Cuando realizamos la poda de verano (para los rosales de una única floración) o la de finales invierno (para los rosales reflorescentes) nos tendremos que fijar ante todo en cualquier anomalía o deformación y eliminarlas hasta encontrar la madera sana. Un buen ejemplo es la agalla (Ver foto 1: Rhodites rosae y foto 2: Agalla cortada por medio) provocada por la larva de la avispa del rosal que inyecta una sustancia que hace deformar el rosal. Esta se elimina fácilmente con las tijeras. Por suerte también existen predadores naturales, como el Forficula auricularia comiendo un huevo de la avispa Diplolepsis rosae dentro la agalla Rhodites rosae (Ver foto 3).
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e) Tratamientos preventivos y controles regulares contra insectos, ácaros y parásitos.
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A finales de otoño podemos aplicar un tratamiento de contacto (como un clorfenvinfos) para matar todos los insectos y huevos que aún pueden haber en las ramas. Importante echar debajo de las hojas, porque aquí suelen encontrarse los huevos.
A finales de invierno, cuando los rosales empiezan a brotar tenemos que aplicar un tratamiento preventivo sistémico al rosal para eliminar los primeros insectos y orugas chupadores.
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Para las grandes plantaciones tendremos que confiar en tratamientos, alternando productos sistémicos.
f) Cambiar variedades sensibles por otras muy parecidas, pero "resistentes".
Si sabemos que hay más de 30.000 variedades en el mundo, soy realmente partidaria de sustituir los realmente sensibles por otras, muy parecidas. Podremos gozar igualmente de sus flores, sin tener la obligación de estar tratando sin fin. Realmente no es agradable tener que luchar una y otra vez contra la mancha negra, Oidium (Ver foto 12: Sphaerotheca pañosa var. rosea) e incluso la roya.
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La roya se presente en primavera con estas manchas naranjas muy fáciles a reconocer. (Ver foto 11: Phragmidium mucronatum). Suelen ser más sensibles las familias botánicas, pero hay años donde también los 'cultivars' padecen. Por suerte se escapan la mayoría de los rosales polyanthas, trepadores y híbridos rugosa. Los tratamientos preventivos con funguicidas con cobre suelen ser muy efectivos.
El Oidium empieza con una temperatura de más de 20ºC, y sobre todo con días calurosos que tienen noches frías con rocío. Hay variedades muy sensibles como 'Papa Meilland', y otras, sobre todo con hojas brillantes más gruesas, más resistentes como el trepador 'Albéric Barbier'. Demasiado Nitrógeno puede aumentar la sensibilidad. La clave está en cambiar mucho de producto para evitar resistencia.
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Realmente es importante preguntar por las características, resistencia,... antes de elegir una variedad. Hoy en día, por cada una sensible hay dos o tres muy parecidas mucho más resistentes. No obstante, algunas variedades sensibles aún no tienen a su igual, y son demasiado preciosas para dejarlas perder. Seguro que su lugar está en el jardín particular de coleccionistas o en las rosaledas, donde no pueden faltar.
Otra vez estamos delante de nuestro plano, y queremos vestir la bella avenida muy transitada con plantas. Y claro, muchos son los criterios que tendrán que cumplir las plantas antes de ser escogidas. Color, altura, floración,... y "resistencia". El rosal podría ser protagonista; porque por la resistencia, ya no tenemos que prescindir de él. Podemos escoger entre un abanico de variedades y cada día los obtentores introducen nuevas variedades RESISTENTES.