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CCAE califica sin apuesta de futuro a la Reforma de la PAC aprobada

Como un programa de jubilación anticipada

Nerea Lerchundi27/01/2003

27 de enero de 2003

Esta reforma pone en peligro la agricultura española y comunitaria, el mundo rural en general y el de las cooperativas en particular.

CCAE (Confederación de Cooperativas Agrarias de España) considera que la propuesta de la Comisión supone el desmantelamiento de la PAC, con vistas a allanar el camino para el inicio de las negociaciones en la OMC. Esta reforma pone en peligro la agricultura española y comunitaria, el mundo rural en general y el de las cooperativas en particular.

Para la CCAE, el efecto combinado del desacoplamiento, la modulación propuesta, la reducción de los precios internos y los instrumentos de regulación del mercado, unido a la reducción de los aranceles y a la apertura consiguiente del mercado comunitario, suponen la amenaza más seria que ha tenido la PAC y la agricultura comunitaria desde la firma del Tratado de Roma. De llegar a ser aprobadas las propuestas de la Comisión, gran parte de la agricultura comunitaria quedará en condiciones de inviabilidad.

Desde CCAE consideramos que la estrategia de reformar la PAC, antes de iniciar las negociaciones en la OMC, es una maniobra equivocada, que pone de manifiesto la voluntad de la Comisión de desmantelar la PAC e indica que el sector agrario europeo va a servir de moneda de cambio para facilitar el acceso de otros bienes y servicios de la UE, que se verán beneficiados a costa del sector agrario.

A juicio de CCAE la modulación no actúa como elemento de redistribución de rentas, sino como instrumento para sufragar los costes de otras OCMs, contradiciendo la orientación inicial de la Comisión de que los fondos liberados servirán para fortalecer el Desarrollo Rural.

Para CCAE resulta especialmente preocupante, el desacoplamiento de las ayudas directas propuesto, ya que supone comprometer la permanencia de la actividad agrícola en muchas zonas de la UE, especialmente en aquellas zonas menos productivas y en las zonas ganaderas más extensivas. Consideramos que la combinación de la ayuda desacoplada, unida a la bajada de precios que se plantea, va a inducir a muchos agricultores y ganaderos a abandonar la actividad agraria, ya que el precio de mercado no cubrirá los costes variables, convirtiendo esta actividad en no rentable y por lo tanto, insostenible para el agricultor o ganadero.

Este sistema producirá el hundimiento de numerosas empresas, pero tendrá una especial incidencia en las cooperativas, que sufrirán una reducción en las entregas de producto de sus asociados que conllevará al colapso de su actividad económica como empresa. Las cooperativas, además de instrumentos de comercialización, aportan servicios esenciales para el mantenimiento de la actividad agraria a través del suministro de inputs, incorporan valor añadido por medio del acondicionamiento y transformación del producto entregado por sus socios y fomentan toda una serie de actividades que las convierten en un verdadero motor económico no sólo para sus asociados, sino también para el medio rural donde están ubicadas.

Por otra parte, consideramos que el establecimiento de la llamada foto fija o referencia histórica para el reparto de las ayudas desacopladas, no persigue una distribución más equitativa de las mismas, sino que mantiene y consolida, diferencias inaceptables entre productores, sectores, regiones de producción y entre los Estados miembros. Esta circunstancia limitará la incorporación de jóvenes y, en consecuencia, introducirá una rigidez en el modelo contraria al dinamismo que precisa un mercado cada día más competitivo y exigente.

En este sentido, hay que remarcar que las cooperativas, con el ánimo de rentabilizar sus producciones, dinamizar el mundo rural y comercializar los productos de sus socios en condiciones deviabilidad, hemos realizado importantes inversiones en los últimos años para modernizar nuestras instalaciones y estar en condiciones de competir en un mercado y en un entorno cada vez más globalizado, donde la supervivencia se presenta inalcanzable para el productor individual. Si las orientaciones del Comisario Fischler llegasen a materializarse, estas inversiones no podrían ser rentabilizadas por la disminución o, incluso, el abandono de la producción, lo que produciría una pérdida de puestos de trabajo y un freno de la actividad económica precisamente en las zonas agrarias más vulnerables, contribuyendo así a acentuar todavía más los desequilibrios regionales existentes en la actualidad.

Respecto a las auditorias, a juicio de CCAE dejar a merced de auditores la percepción de las ayudas, puede provocar grandes distorsiones en función de la interpretación de la normativa.

CCAE es consciente de la necesidad de evolucionar y adaptar la PAC, pero introduciendo medidas que aseguren una actividad agraria sostenible a medio y a largo plazo, adaptadas a las nuevas demandas de la sociedad y del mercado, que permitan al mismo tiempo el mantenimiento de un tejido rural activo, donde la actividad agraria siga siendo el motor fundamental de su desarrollo.

En consecuencia, pedimos instrumentos que faciliten y promuevan la comercialización, la mejora y adaptación de las estructuras productivas, la incorporación de nuevas técnicas de cultivo y, en definitiva, supongan una apuesta por el futuro y no una distribución de ayudas en función de referencias históricas, que suponen un desmantelamiento del tejido productivo y un freno a la incorporación de jóvenes y al dinamismo del sector.