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Protocolo de la Bioseguridad

Control al comercio de productos modificados genéticamente

OSSET PÉREZ-OLAGUE, SONSOLES31/01/2000

31 de enero de 2000

Unos 135 países han suscrito en Montreal el Protocolo de la Bioseguridad, a finales del pasado enero. En su virtud, el comercio de productos modificados genéticamente se someterá a un estricto control: identificación clara de su condición y aceptación justificada de cada país importador.
El Protocolo de Bioseguridad involucra a todos los países que ratificaron la Convención de Biodiversidad consensuada en la Cumbre de Río de Janeiro de 1992, pero su aprobación, prevista en febrero de 1999 en Cartagena de Indias (Colombia), no fue posible por las divergencias entre el Grupo de Miami (Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina, Uruguay y Australia), por un lado, y la Unión Europea y los países en desarrollo, por el otro. Las concesiones realizadas a última hora por ambas partes han permitido finalmente la aprobación de este documento, clave para la protección del medio ambiente y la regulación del comercio de los productos modificados genéticamente.
En estas negociaciones Europa ha logrado imponer el llamado principio de precaución, por el que la introducción de un producto transgénico podrá ser vetada, si los datos científicos relativos a su seguridad son dudosos contempládose incluso que el país exportador realice una evaluación previa de riesgo ambiental.
Por otra parte, la batalla del etiquetado tal como la planteaba la Unión Europea ha quedado en que el Protocolo sólo exija que en la etiqueta general de cada producto se especifique que «puede contener organismos modificados genéticamente», frente a la etiqueta específica que quería la UE, que tendrá que esperar dos años tras la entrada en vigor del Protocolo para iniciar las discusiones de un etiquetado más concreto.
El Protocolo, según defiende EE.UU. sólo regula estrictamente las semillas, los productos agrícolas no elaborados y demás artículos que entran en contacto con el medio ambiente pero no afectará a los productos elaborados.
Tras llegarse al acuerdo, hay satisfacción en todos los países, pese a que ningún bloque de naciones ha logrado imponer totalmente sus criterios. Margot Wallstrom, comisaria europea de Medio Ambiente señaló en Bruselas que el Protocolo de Bioseguridad es «un enorme paso hacia adelante» que «beneficiará a todas las partes».